SABADO 12 DE AGOSTO DE 2000
Ť Trabajadores del Hospital Picacho de Pemex denuncian represión
Petroleros exigen ''vida democrática'' en el STPRM
Fabiola Martínez Ť Con ''temor'' de ser identificados por su dirigencia nacional y reunidos frecuentemente de manera clandestina, trabajadores del Hospital Picacho de Pemex se organizan para exigir ''vida democrática'' al interior del Sindicato Nacional de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM).
Los 900 sindicalizados de base en el Hospital Picacho no cuentan con una sección sindical que los represente y las decisiones que les atañen son conducidas por Amado Contreras, un enviado del dirigente nacional de este gremio, quien no es empleado del nosocomio "y desconoce la problemática cotidiana que ahí impera".
En entrevista con este diario, los trabajadores petroleros en referencia solicitan que no se mencionen sus nombres ni las estrategias que realizan desde hace varios meses para conseguir sus objetivos, porque -señalan- "si en este momento se enteran quiénes somos nos despiden de inmediato".
Ellos y ellas están enterados de que en otras partes del país, particularmente en Veracruz y Tabasco, existe un movimiento (Alianza Democrática de Trabajadores Petroleros) que también reclama "formas democráticas" para la elección de sus dirigentes locales y nacionales.
De esa forma, "tomamos fuerza y aliento; no queremos destituir a nadie, sólo la oportunidad de constituir nuestra propia sección para los empleados del Hospital Picacho, expresar libremente lo que pensamos sin temer por agresiones o despidos, y que se establezca el voto universal, directo y secreto en los procesos internos''.
Hasta ahora, agrega uno de los empleados inconformes con lo dispuesto por el Comité Ejecutivo del STPRM, aquel que expresa una opinión distinta es hostigado en su puesto de trabajo e incluso se le sanciona por ''irregularidades inventadas de cualquier tipo''.
En el mejor de los casos, nos encontramos con el enviado del dirigente nacional, Carlos Romero Deschamps (quien prometió escucharlos en la asamblea de febrero pasado, pero al final ni siquiera fueron invitados al evento) y la única respuesta posible es ''háganle como quieran, yo cuento con el apoyo del senador (Romero)... votaron por un cambio, Ƒno?, pues vayan y pídanle vida democrática a Vicente Fox''.
Al respecto, manifiestan también su inconformidad por lo dispuesto en su estatuto que obliga a este gremio a brindar apoyo y lealtad al PRI, la CTM y el Congreso del Trabajo. De igual forma, agregan, cuando tomemos la fuerza y valor suficientes para exponer públicamente nuestra inconformidad, pediremos una rendición puntual de cuentas del destino de nuestras cuotas sindicales que ''religiosamente nos descuentan cada quincena en cantidades que van desde 50 a 150 pesos.
"Nada más habría que multiplicar esa cantidad por 90 mil (número de afiliados al STPRM): resultará un monto millonario del que pocos conocen su destino y seguramente una buena parte fue a parar a la campaña de Francisco Labastida".
"La gente del Hospital Picacho reclama cambios, así se escucha en los consultorios, en los baños, en los pasillos, štenemos ganas de democratizar esto! pero desafortunadamente la mayoría del personal sindicalizado sigue escondida, hay temor, mucho temor de manifestar una opinión contraria a la del enviado del dirigente nacional. Es algo así como una mafia: o te compran o te corren, aquí en el STPRM se manejan con la ley del más fuerte", expresaron.