SABADO 12 DE AGOSTO DE 2000
Ť Descarta debatir con autoridades y capitalinos
Arquidiócesis: el PRD quiere imponer proyectos ''contra la voluntad de Dios''
Alma E. Muñoz Ť La Arquidiócesis de México rechazó debatir sobre el aborto con autoridades y capitalinos. Como primera respuesta a la iniciativa de la jefa de Gobierno, Rosario Robles, para atenuar las penas por interrupción del embarazo, representantes de la institución acusaron al Partido de la Revolución Democrática (PRD) de un intento de albazo en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal para imponer proyectos proabortistas "contra la voluntad de Dios".
Confiado en que a través de la oración, los legisladores perredistas cambien de parecer para introducir cambios al Código Penal, el sacerdote Daniel Gagnon, encargado de la Comisión Arquidiocesana para la Doctrina de la Fe, mencionó que con el Evangelio "no se juega" y rechazó la posibilidad de someter a consulta ciudadana "algo tan malo" como un legrado.
"Yo no voy a juzgar si las personas son buenas o no. Sólo puedo pensar que -en el caso de los perredistas- no lo han pensado bien, no han analizado con el ser supremo en oración. La vida está por encima de cualquier política y las decisiones no se toman por mayoría sino por lo que dicta Dios".
A nombre de la Curia Metropolitana, Javier Acuña, titular de la Comisión de Justicia y Paz, aseguró que para la Iglesia, en caso de aprobarse la iniciativa de Rosario Robles, ''la legislación sería moralmente inicua y carecería de auténtica validez jurídica. Cuando una ley civil legitima el aborto deja de ser moralmente vinculante. Este es un crimen que ninguna ley puede legitimar''.
México, adujo, ha suscrito distintos tratados y convenciones internacionales en los que reconoce el derecho a la vida, ''considerando éste desde su concepción hasta su muerte natural. En ningún ámbito de la vida, la ley civil puede sustituir a la conciencia, ni dictar normas que excedan su competencia. La tolerancia legal del aborto no puede, de ningún modo, invocar el respeto a la conciencia de los demás''.
''Nos preocupa que a casi tres años de culminar el trabajo de una legislatura se toque el tema. En todo caso sería mejor dejar las bases de la consulta que pretenden los actuales legisladores para la próxima Asamblea. A eso nos referimos con el tinte de albazo. En busca de la consolidación de nuestra democracia se busca que los grandes asuntos nacionales se consulten a la sociedad en su conjunto, no se tomen por mayoría en una cámara.
"La vida como principio, como valor superior para la Iglesia católica, está fuera de debates. La Arquidiócesis sostiene el derecho a la vida como fundante y fundamental de los demás. Precisamente porque estamos hablando de un momento en que los consensos están dándole forma y contenido a la nueva expresión política nacional, las declaraciones de personaje relevante alguno no son suficientes para traducirse en cambios legislativos".
-Hablan de un albazo perredista pero olvidan que en Guanajuato también lo hubo. ƑEn dónde está la defensa de la democracia?
-Las especulaciones las hace usted. El llamado que hacemos es para concientizar a la sociedad. El caso Guanajuato igualmente es de preocupación nacional en caso de hechos, en esa circunstancia se equipara con el Distrito Federal. Ahora bien, el llamado se hace por parte de la Arquidiócesis a su comunidad católica y se incluye a los legisladores. La Iglesia no va a renunciar a sus principios. Tampoco va a desconocer una ley si es que esta existe pero para nosotros tendrá carácter de inicua.
El secretario adjunto de la Secretaría General de la Conferencia del Episcopado Mexicano, Luis Barrera, consideró por su parte, que la propuesta perredista se utiliza para "comprometer los programas del próximo gobierno de Vicente Fox Quesada y para ocupar espacios en los medios de comunicación e influir en la sociedad".
Descartó que "la Iglesia provoque o promueva penalidades cívicas; tampoco insta a las administraciones gubernamentales a promover legislaciones antivida" y externó temor eclesial porque únicamente se busque penalizar sin corregir los motivos que orillan a las mujeres al aborto.
"La Iglesia busca atender a las mujeres que han sido violadas y esperan un hijo porque no todas las mujeres violadas quedan embarazadas, es un mínimo porcentaje y a través de centros se les ofrece ayuda psicológica. No participa en las implicaciones con impacto político. Para las mujeres hay pena si abortan: la excomunión. Pero si se arrepienten del pecado y confiesan, se repara el daño moral. En este año todos los sacerdotes están facultados para perdonar y no únicamente los penitenciarios especiales o los obispos".