JUEVES 10 DE AGOSTO DE 2000

Ť Plan oficial para crear 400 mil puestos de trabajo


Gigantesca marcha contra el ajuste económico de De la Rúa

Ť Desfilaron trabajadores, niños de la calle y hasta sexoservidoras

Stella Calloni, corresponsal, Buenos Aires, 9 de agosto Ť "Somos caminantes de sueños", dijo un locutor en momentos en que los miles de participantes en la Marcha Grande por el Trabajo, encabezada por los máximos líderes de la independiente Central de Trabajadores Argentinos (CTA), llegaron a la plaza del Congreso después de 15 días desde su salida de la ciudad de Rosario, a más de 300 kilómetros de esta capital.

El objetivo de la marcha fue rechazar los últimos ajustes económicos dispuestos por el gobierno del presidente Fernando de la Rúa y lograr las suficientes firmas que permitan solicitar la creación de un seguro de 380 pesos (dólares) para todas las familias de desocupados, así como un salario mínimo de 400 dólares, entre otras demandas.

La canasta de gastos de una familia de cuatro personas está estimada en más de mil dólares mensuales.

Miles de trabajadores, representantes de organismos humanitarios, entre ellos las dos asociaciones de las Madres de Plaza de Mayo, y reconocidos artistas esperaron a los integrantes de la Marcha Grande por el Trabajo, entre los que había un centenar de niños de la calle que son albergados por la CTA. Marcharon incluso representantes de la Asociación de Meretrices Argentinas, integrante de la CTA.

El ambiente era de fiesta, con las murgas, una tradición uruguaya ya instalada en Argentina, y títeres gigantes que acompañaban a los manifestantes, lo que puso una nota de color en un día invernal.

"Hemos demostrado una vez más que la imaginación al servicio de las causas justas argentina-30 crea vida y emoción", dijo Víctor de Genaro, secretario general de la CTA, quien caminó durante estos 15 días junto a otros dirigentes gremiales de educación y prensa.

El pasado 26 de julio representantes de varios gremios adheridos a la CTA, acompañados por sacerdotes como Juan Farinello y con el apoyo de algunos obispos, comenzaron su marcha en ciudades y pueblos del interior del país, donde recibieron la solidaridad de los vecinos que les preparaban alimentos y los alojaban.

Varios gremios de otras organizaciones sindicales se unieron espontáneamente y ayudaron a reunir más de 400 mil firmas para plebiscitar la propuesta de la CTA.

"Lo más impresionante de la marcha fueron los vecinos y lo que aprendimos sin palabras de aquellos rostros de pueblos fantasmas, que antes fueron prósperos, para entender con un gran desgarramiento lo que nos ha sucedido como nación", dijo De Genaro a La Jornada.

En su discurso, De Genaro fue duro con el gobierno, aunque se mostró dipuesto a un diálogo, pero recordó que no se trata de un debate "entre economistas para ver de dónde sale la plata; estamos dispuestos a discutir cara a cara con quien se anime".

Recordó el sindicalista que los economistas son los que deben explicar "qué son los 200 mil millones de dólares de la deuda externa, que ha ido creciendo y nos hacen pagar a nosotros".

Sostuvo, además, que con 10 por ciento de lo que recaudan el Estado nacional y las provincias podría ponerse en marcha la propuesta de la CTA.

"Señor presidente, con nuestra gente le decimos que queremos ir a discutir con usted, le decimos que nos gustaría que usted, los gobernadores, intendentes, legisladores sean capaces de darnos propuestas mejores. No estamos dispuestos a soportar que mueran 75 niños por día en un país que exporta alimentos al mundo", añadió el líder sindical, quien recibió el apoyo de varios legisladores de la propia Alianza gobernante (socialdemócrata).

En el acto estuvo presente una delegación extranjera, con líderes sindicales de Brasil, Uruguay y Paraguay, uno de cuyos representantes afirmó que "ésta es una lucha de los trabajadores del Mercado Común del Sur y de todo el mundo".

En este contexto, el gobierno presentó un Plan Federal de Infraestructura de cinco años que contará con inversión pública y privada por 20 mil millones de dólares, y que tiene como objetivo final la creación de 400 mil puestos de trabajo, en momentos en que la desocupación, según cifras oficiales, alcanza 14.5 por ciento y la subocupación es de 14.4 por ciento, que afectan a 4 millones de argentinos.