JUEVES 10 DE AGOSTO DE 2000
Ť Los catálogos razonados, vía para contener la falsificación: Juan Coronel
Cada mes aparecen por lo menos 10 obras de Rivera en subastas
Ť Pendiente, la ubicación de muchas de las creaciones del muralista guanajuatense
Ť Blanca Garduño: hay personas que se dedican a emitir certificaciones carentes de validez oficial
Miryam Audiffred Ť La falsificación de obra plástica seguirá proliferando en México y sólo se podrá contener cuando las autoridades publiquen catálogos razonados que den fe del quehacer artístico nacional, considera el investigador Juan Coronel quien desde hace varios años se dedica a dictaminar y localizar trabajos gráficos relacionados con Diego Rivera.
Nieto del muralista, Coronel está seguro de que la reproducción de pinturas y dibujos del artista guanajuatense -ayer se dio a conocer en estas páginas la existencia de tres libretas con trazos falsos- se debe a que no existe un solo trabajo editorial que cuente con datos actuales y esté en constante transformación.
Datos sin actualizar
''Me atrevo a señalar que la obra de Diego no está nada localizada -comenta Coronel-. De hecho, entre subastas europeas, norteamericanas y mexicanas aparecen, en promedio, unas diez obras de Rivera al mes considerando aquellos trabajos que aparecen cuando los museos organizan una muestra con apoyo de los coleccionistas".
De acuerdo con el investigador, el Estado no puede tener un control sobre las falsificaciones si, por ejemplo, en el caso de Diego Rivera la investigación más recien te en torno de su producción corresponde a 1989. Se trata del Catálogo General de Obra de Caballete que, realizado por el Centro Nacional de Investigación, Documentación e Información de Artes Plásticas del INBA, registra más de 2 mil 500 creaciones y concluye con las numerosas pinturas y dibujos localizados -en 1987- en los catálogos de venta de obra de las galerías Christie's y Sotheby's, entre los que destacan la acuarela Nieves de espalda y el óleo Familia campesina.
Si bien esta publicación es lo más cercano que existe a un registro de obra patrimonial -el trabajo plástico de Rivera fue declarado monumento artístico mediante un decreto presidencial del 15 de diciembre de 1959- los datos contenidos en esas páginas no han sido revisados ni actualizados, no obstante que Coronel y la crítica de arte Raquel Tibol, a decir del especialista, estiman que la producción del pintor supera las 6 mil obras, sin considerar el trabajo muralístico.
En palabras de Juan Coronel aún queda mucha gráfica de Rivera por encontrar. ''Un claro caso de nuestra pérdida -dice el investigador- son los cinco aguafuertes que Diego expuso en la Academia de San Carlos, en 1910, y que a pesar de estar consignados en un catálogo del recinto nunca hemos podido ver".
El temor de los coleccionistas
Son muchos los problemas relacionados con la falta de publicaciones actualizadas. Uno de ellos es el temor de los coleccionistas de registrar su obra como lo ordena la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos propuesta por el presidente Luis Echeverría en 1972 y según la cual los propietarios de obra patrimonial -es decir, de creaciones plásticas de Rivera, José María Velasco, el Doctor Atl, Frida Kahlo, David Alfaro Siqueiros y Saturnino Herrán- quedan obligados a registrar las piezas ante el INBA, a informar todo cambio de domicilio o transacción que se realice así como a conservarlas en buen estado y notificar cualquier deterioro.
Coronel señala que es necesario conseguir un cambio de mentalidad y lograr que los propietarios adquieran conciencia de que la única forma de proteger su patrimonio es la documentación y el registro, pues estos papeles los acreditan como únicos propietarios de una obra ante los ojos del mundo.
En su opinión también se requiere una normatividad que tipifique el delito de falsificación de obra de arte, pues hasta ahora sólo está considerado el fraude, ''asunto en el que uno puede empantanarse por años".
Juan Coronel sostiene que en la exposición Los niños mexicanos de Diego Rivera presentada, en 1998, en el Museo Casa Estudio Diego Rivera y Frida Kahlo y de la cual se editó un catálogo, ''se incluyeron falsos Riveras'', en particular, según el nieto del pintor, Niña con rebozo, Niña con flores, Retrato de niño y Niña de perfil, todas pertenecientes a colecciones privadas.
Consultada al respecto, la titular de ese recinto, Blanca Garduño, negó categóricamente esa circunstancia. ''Nunca se han expuesto, allí, obras falsas. Todo lo que he presentado en este museo cuenta con el apoyo de un comité de especialistas y con la aprobación del Instituto Nacional de Bellas Artes, única instancia autorizada por la ley para dictaminar obra.
''El problema radica en que no se siguen los cauces legales y hay personas que emiten este tipo de documentación la cual carece de validez oficial".
Además, asevera: ''No existe un solo documento que ponga en duda la autenticidad de las obras exhibidas en las más de 200 exposiciones organizadas durante mi trayectoria''.
La confusión generada por la ''gran calidad" de las falsificaciones que circulan en el mercado ha impulsado la organización de muestras como la de principios de año en el Museo Mural Diego Rivera para dar a conocer las únicas obras inconclusas que dejó el muralista, ya que -concluye Américo Sánchez, titular de ese recinto- ''la situación actual nos invita a mantenernos informados y entablar una cierta complicidad que obstaculice el comercio de obra falsa".