JUEVES 10 DE AGOSTO DE 2000

Algunas cifras ante el nuevo milenio

 

* Elena Urrutia *

De los 900 millones de analfabetos que hay en el mundo, 600 son mujeres. El ausentismo escolar sigue siendo una característica en las niñas de los países pobres cuyos padres las prefieren en casa ocupándose de las tareas domésticas y cuidando a los hermanos pequeños, y no en la escuela "perdiendo el tiempo". En los hogares mexicanos de extrema pobreza de las localidades rurales de alta marginación, sólo 60.4 por ciento de las niñas estudia, en contraste con 70 por ciento de los niños.(1)

Si bien el analfabetismo en la población femenina en México ha disminuido en las últimas décadas: en 1970 representaba 29.67 por ciento del total de mujeres de 15 años y más, para 1995 descendió a 12.9, en las poblaciones rurales de menos de 15 mil habitantes se encuentran en situación similar a la que prevalecía en el país hace 25 años: de la población mayor de 15 años, 23.3 por ciento son mujeres y 15.4 por ciento hombres, en tanto que en las zonas indígenas se encuentra sin instrucción 40.0 por ciento de mujeres y 24.2 por ciento de hombres.

Por otra parte, la eficiencia terminal en primaria es ligeramente mayor en las niñas que en los niños. Para el ciclo 1997-1998, 85.6 por ciento de las niñas y 84.2 por ciento de los niños que iniciaron la primaria, la terminaron, y en el nivel secundaria la eficiencia terminal fue de 78.1 por ciento en mujeres y 69.9 en hombres. ƑSe deberá esta diferencia a que el apremio por integrarse a la vida productiva es mayor en los jóvenes que en las jóvenes?

En la educación media superior --bachillerato y profesional medio-- se ha presentado un ligero incremento en la última década, en la matrícula de mujeres: 43.6 por ciento en bachillerato y 53.3 por ciento en profesional medio. En cuanto al nivel de educación superior, la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES) reporta que en 1998 las mujeres participaban con 46 por ciento de la matrícula. En la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), que alberga el mayor número de alumnos(as) de este nivel, es notable que para 1998 las mujeres representaban 50.6 por ciento frente a 49.4 por ciento de hombres.

No obstante, si bien en relación con la incorporación del personal académico al Sistema Nacional de Investigadores (SIN) se observa un incremento en la participación de las mujeres, para 1998 la proporción de éstas aumentó a 28 por ciento, se muestran grandes diferencias entre hombres y mujeres a medida que asciende el nivel; en el periodo 1997-1998, del total de investigadores del Nivel III --el más alto-- 85.8 por ciento eran hombres y el 14.2 por ciento restante, mujeres.

Para el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), los derechos humanos de las mujeres se violan en tres esferas: "discriminación en cuanto a oportunidades económicas, políticas y sociales; desigualdad en la vida familiar, incluso en el matrimonio y en la adopción de decisiones sobre la reproducción; y violencia basada en el género, del hogar a la comunidad, por parte del Estado, y los conflictos armados". Se señala a la violación como arma de guerra (se recordará el caso de Yugoslavia).

Las mujeres víctimas de violencia lo son principalmente de su pareja. El Centro de Apoyo a la Violencia Intrafamiliar (CAVI), que opera la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) y que se encarga de atender a víctimas de violencia intrafamiliar, reportó que, en 1996, del total de víctimas atendidas por maltrato, 89 por ciento eran mujeres, en su mayoría adultas (86 por ciento).

Otro tipo de violencia a la que son sometidas las mujeres, las niñas y los niños, es la violencia sexual. De acuerdo con la información reportada por las Agencias Especializadas de Delitos Sexuales en el Distrito Federal, de enero a mayo de 1995, del total de víctimas de delito sexual, 90 por ciento eran mujeres (22 por ciento menores de edad y 48 por ciento mujeres de 13 a 24 años). De las mujeres en edad fértil víctimas de violación, de acuerdo con las mismas agencias, 12 por ciento registró como consecuencia un embarazo (el caso de Paulina, en Tijuana, es un triste y reciente ejemplo).

Ante el límite de espacio, cifras sobre salud, atención a la pobreza, mujer trabajadora, fomento productivo, mujer y familia, participación en la toma de decisiones e imagen de la mujer serán objeto de futuros artículos. Por lo pronto, es útil recordar que corregir la discriminación de la mujer depende más de la voluntad política que de la economía: Japón tiene un producto interno bruto (PIB) tres veces mayor que Costa Rica y, sin embargo, en lo que respecta a la potenciación, empoderamiento de la mujer, ocupa el lugar 41, en tanto que Costa Rica está en el 24. *

 

 

1. Las cifras referidas a México proceden del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI).