Ť Derevo, grupo que participa en Teatro del Cuerpo 

Adassinski: pensar en exceso es quizá el peor enemigo de las artes

Ť Nuestra creación colectiva carece de roles previos, señala

Carlos Paul Ť La compañía Derevo (St. Petersburgo-Dresden), considerada una de las más ''sorprendentes y renovadoras" en el ámbito teatral europeo, se encuentra en México para presentar su espectáculo Once, en el contexto del tercer Encuentro Internacional de Teatro del Cuerpo que se efectúa en varias sedes.

El actor-director-diseñador Anton Adassinski, quien encabeza el grupo, opina que para hacer teatro hay mucho que aprender, pues primero se necesita saber ''cómo ser estúpido, cómo reírse de sí mismo, cómo no pensar arriba del escenario, porque la mente es quizá el peor enemigo de las artes".

Acerca de su concepción del actor, destaca que existen cuatro preguntas para cualquier persona que trata de subir a un escenario: La primera es ¿quién? ¿Quién va a subir al escenario?, ¿cómo convertirse en otro? Para esto puede utilizarse cualquiera de las escuelas o corrientes teatrales, no importa, pero implica muchos años.

La segunda es ¿dónde? Saber qué significa el teatro, la técnica teatral, las luces, las tramoyas y cómo se mueven las cosas. Hay que mirar todo lo que ocurre alrededor del actor, porque muchos no se involucran en lo que pasa detrás del escenario. La tercera es ¿cómo? Se necesita escoger y definir un estilo: cabaret, musical, drama, danza o clown. Seguir una línea y ser profesional.

La cuarta es ¿por qué? ¿Por qué alguien quiere estar en un escenario?, ¿qué le quiere decir a las personas? De hecho este interrogante, añade Adassinski, ''debería ser el primero".

Para el creador escénico esta última pregunta tiene un sentido místico. ''¿Por qué estamos ansiosos de subirnos a un escenario y decirles cosas a otras personas? Es un trabajo muy peligroso, ya que se crea una nueva alma en el escenario. Y en ese momento el actor es Dios, porque sólo dios puede traer el alma a un trabajo y no un actor. De hecho es una confrontación entre Dios y el actor".

Y como la intención del grupo Derevo es ''siempre sorprender", sus presentaciones son ''siempre distintas".

Once es ''de raíz múltiple en la que conviven teatro físico, pantomima, el más puro estilo clown, la commedia dell' arte y la danza, así como el drama y la comicidad tan propias del alma rusa. Es un cuento de amor que nos puede hacer reír. Aunque una historia de amor siempre es trágica".

Respecto de las temáticas que más interesan al grupo, Anton Adassinski comenta que es todo lo referente al ''problema religión. Existen demasiados dioses. Nos interesa muchísimo por qué las personas se pelean, se matan y se dividen los países por una cuestión religiosa".

Sin embargo, añade, ''no nos interesa i  ncorporar cosas históricas o políticas en nuestros espectáculos. Estamos interesados en la cuestión desde el punto de vista místico, espiritual".

Sentir y recrear la belleza

Sobre la fundación de la compañía, Anton apunta que después de un año de trabajo a puerta cerrada con un grupo de cien actores, seleccionó a seis con los que formaría el grupo Derevo. De Petersburgo, en Rusia, se instalaron en Praga, luego en Amsterdam y Florencia para terminar en Dresden, donde radican y Adassinski dirige un laboratorio permanente de búsqueda y entrenamiento.

Nuestro trabajo, dice, es de ''creación colectiva, pues no tenemos roles establecidos". Y respecto de nuestra premisa para crear un espectáculo ''siempre trato de recordarlo, pero nunca me acuerdo cómo empezó. Es algo casi intuitivo".

Anton, formado como coreógrafo y director del grupo de rock Avia, consideró en un principio que el teatro había muerto. Sin embargo, ahora no lo cree así. Adassinki tiene la esperanza de que ''si todavía existe una persona que puede construir en escena un mundo más interesante del que está afuera, por medio de su alma y energía, y si todavía hay seres que desean adentrarse en este mundo de fantasías, quiere decir que el teatro seguirá vivo. Sentimos la belleza y deseamos crearla''.

(Theatre Derevo escenificará Once, en la que actúan Anton Adassinski, Elena Iarovaia y Tatiana Khaborova. Ofrecerán dos únicas funciones, los días 11 de agosto, a las 20:30 horas y el 12, a las 19:00, en el Teatro México, del Centro Cultural Manolo Fábregas, ubicado en Velázquez de León 31, colonia San Rafael)