LUNES 7 DE AGOSTO DE 2000
* Rodolfo Nieto* *
* Julio Cortázar *
Por debajo está el búho-sapo, el búho-sapo-hombre, algo como un gran terror que ríe una oscura operación conciliatoria. Por debajo, es decir en lo más inmediato cuando se conocen los verdaderos rumbos: por eso el búho y el sapo son también y sobre todo un hombre, una mano que pinta para afirmar este presente perpetuo donde irá a estrellarse el tiempo estúpido.
ƑCómo decirlo sin traición? Sólo un lenguaje de cosmogonías, en el que aún laten hogueras, jirones de cielo primordial, ceremonias de la piel desnuda, pueden acercar al punto de vista de donde emergen el búho-sapo, esta pintura. Pero el búho y el sapo son el hombre, el que organiza la noche, el hacedor de los lujos: estas hogueras, estos pedazos de cielo estrellado siguen palpitando al término de la carrera de la raza. La misma mano que ofició los sacrificios arcaicos anula aquí la historia, el antes y el después, para tramar un terreno de encuentro y de acorde, la indescriptible operación del arte, desgarrón en la temporalidad que es mirar el búho y que el búho nos esté mirando, el búho-sapo, el búho-sapo-hombre, sin eras ni paisajes ni progreso. Por eso, y porque la magia no sólo es negra o blanca sino que obra desde la entera paleta del pintor, todo tiende aquí a la ruptura de lo usual para avanzar hacia una recomposición que descubre ese punto de vista a la vez remoto e inmediato.
Comprendidas las premisas (Ƒpero necesita comprenderlas el autor de una pintura como ésta, no actúa en un terreno privilegiado que no admite tomas de distancias mentales?) se accede por derecho propio al taller central que hace posibles telas y collages en una violenta y jubilosa pugna de materias, de gestos plásticos y de procedimientos donde pedazos de telegramas y mensajes, papeles industriales, planos de ciudades y una refinada pintura entablan la amistad más profunda desde sus aparentes y abolidas resistencias. La labor alquímica se anuncia ya en la superficie, donde todo se trasmuta y vira hacia un orden diferente, pero Nieto no se queda en eso, la pugna es honda y se proyecta lejos, destila y purga y cuaja materias más sutiles: Aquí se osa la alegría en el centro mismo del pavor, se afirma el privilegio humano de la risa contra la nada. Por eso el frecuente lujo en esta pintura, el coraje de caerle encima con todo el color gritando en plena batalla, entre relámpagos que enlazan y destruyen y transforman, entre signos de oscuras mutaciones. Hay mucho de violento en tanta elegancia y mucho de elegante en tanta violencia: paradoja extrema de un arte donde tesis y antítesis son radicales porque tienden a una síntesis extrema, a la flecha que elevará su diamante estremecido en una realidad más rica.
De este lado, contempladores, todo nos espera: no hay más que merecerlo.
* Texto de presentación para el catálogo de la segunda exposición de Rodolfo Nieto en la Galerie de France, en París, 1967.
El pintor Rodolfo Nieto fue asiduo lector y amigo de escritores como Severo Sarduy, José Bianco, Octavio Paz y Julio Cortázar, quien escribió el texto que aquí presentamos en exclusiva para nuestros lectores. El poeta David Huerta también se contó dentro de las amistades que convivieron con Nieto en París, lugar donde creó una de las obras más importantes de la plástica nacional. Estos versos están incluidos en el catálogo que el Centro Cultural Santo Domingo de Oaxaca preparó para la exposición Caminata con Rodolfo Nieto (1955-1970), que se inauguró el pasado viernes.