LUNES 7 DE AGOSTO DE 2000
* Astillero *
* Julio Hernández López *
Son muchas las enseñanzas que al próximo gobierno federal puede aportar Carlos Astorga Othón (CAO), el secretario de Salud que Vicente Fox trajo de Baja California para incorporarlo a su equipo nacional de honestidad y cambio.
La brillante adquisición foxista no sólo es ducha en impedir que niñas violadas aborten (como en el caso Paulina). Es, además, todo un experto en el uso de los recursos del erario para favorecer a su partido, el PAN, y un consumado especialista en no rendir cuentas claras de los millonarios presupuestos que le ha correspondido ejercer.
De vil panzazo
A cambio de tales virtudes tiene, como todo humano pecador, algunos defectillos. Por ejemplo, haber pasado de panzazo la carrera de médico (6.5 de calificación, con varias materias aprobadas a título de suficiencia) y no saberse si cuenta con cédula profesional, pues cuando fue nombrado director del Instituto de Servicios de Salud (Isesalud), en 1998, no la tenía y por tanto no podía ejercer su carrera, aunque su jefe, Alejandro González Alcocer, gobernador de BC, lo defendió de esas minucias: lo contraté por buen administrador, no por ser el mejor médico, dijo, y luego lo premió ascendiéndolo a secretario de Salud.
Bueno pa' la grilla
CAO forma parte de la camarilla que detenta el poder actualmente en Baja California. El 4 de octubre de 1998 falleció el gobernador Héctor Terán Terán, y pelearon la sucesión Fortunato Alvarez (actual diputado federal) y Alejandro González Alcocer. Al primero lo apoyaban el ex gobernador Ernesto Ruffo y los actuales presidentes de los municipios de Mexicali y Tijuana, Víctor Hermosillo y Francisco Vega, respectivamente. Al segundo lo apoyaron Rafael Morgan (virtual senador electo), Eugenio Elorduy (virtual aspirante a la candidatura a gobernador) y Héctor Castellanos (entonces dirigente del comité municipal panista de Tijuana). Ahijado y compadre de Morgan, CAO fue uno de los 24 consejeros panistas que impulsaron a quien entonces era presidente del comité estatal blanquiazul, González Alcocer.
Una huelga, de recepción
De entrada, el arribo de CAO a la dirección del citado Issesalud provocó reacciones adversas en el cuerpo médico, a tal grado que hubo una huelga en su contra, durante la cual sólo se prestaron servicios de urgencia. Los representantes de laboratorios y farmacias lo acusaron, a su vez, de propiciar un terrible desorden en cuanto a medicamentos.
Una generosa liquidación
Eloísa Talavera era jefa administrativa de Isesalud cuando CAO llegó de director interino, el 16 de octubre de 1998. Llevaba entonces catorce meses de estar en ese puesto e, invitada a ocupar un cargo mejor en otro ámbito, renunció al Isesalud, calculó lo que quería que se le diera como liquidación, hizo un cheque y se lo llevó a firmar a su amigo: 139 mil pesillos. A la semana de haber salido del Isesalud, ya estaba como directora de recursos humanos de la Oficialía Mayor del gobierno estatal.
Buen sueldo, buen vehículo
Pero sucede que, de acuerdo con el dictamen emitido por la propia contraloría de ese gobierno panista, luego de investigaciones realizadas a partir de que se denunció tal irregularidad, la amiga se había embolsado 82 mil pesos más de los que en realidad le correspondían. La trampa era fácilmente detectable: Talavera ganaba 16 mil 533 pesos al mes, pero se liquidó como si ganara 19 mil 500 pesos. No fue la única persona que vio subir sus percepciones : el propio CAO llegó con un sueldo de 19 mil 500 pesos y en dos meses lo aumentó un 60.8 por ciento, es decir, a 31 mil 961 pesos con 52 centavos. También mejoró su vida rodada: sólo tenía asignadas una Blazer 95 y una Suburban 96, por lo que de inmediato compró, con dinero público desde luego, una Explorer nueva.
Los castigos
Luego de las indagaciones, la Contraloría inhabilitó a Talavera para ejercer cualquier cargo público durante dos años y la condenó a devolver los 82 mil pesos del escándalo y a pagar de multa 165 mil 903 pesos. A CAO también se le fincaron responsabilidades: pagar 82 mil 951 pesos con 87 centavos como reparación por las anomalías cometidas en la indemnización de su amiga, que significaron "daño al erario estatal" y una amonestación pública. Inconforme con ese castigo, CAO recurrió al Tribunal de lo Contencioso Administrativo y está a la espera de la resolución de su caso. Eloísa Talavera mientras tanto, se entretiene en los asuntos panistas: es miembro del Consejo Estatal y de la Comisión de Honor y Justicia.
Boletos de avión y viáticos
El diario La Crónica de Mexicali demostró, en un reportaje hecho por Jaime Delgado, que el citado CAO pagó, con dinero del Isesalud, los boletos de avión y los viáticos para que Rafael Ayala López, jefe del departamento jurídico de ese instituto, y secretario general del comité estatal panista, asistiera a la asamblea nacional en la que se eligió a Luis Felipe Bravo Mena como nuevo dirigente. Con cargo al erario, Ayala López estuvo del 6 al 9 de marzo de 1999 en la capital del país, supuestamente comisionado para asistir a una Reunión para la Revisión del Marco Jurídico en Materia de Trasplantes de Órganos que habría organizado la secretaría federal de salud y que, según la declaración oficial de esta instancia, nunca se realizó. El expediente del caso está en la Contaduría Mayor de Hacienda del Congreso local. El 5 de enero de este año, Ayala López fue designado director de Trabajo del gobierno panista.
ƑQué tanto es tantito?
Ese mismo diario bajacaliforniano exhibió, en octubre de 1999, otras pruebas más de que en el ámbito blanquiazul se practican las mismas actitudes que criticaron al priísmo en el poder: los recibos del celular de CAO, pagado por el gobierno, mostraban varias llamadas hechas a la oficina de quien era presidente del PAN en ese momento, Rafael Morgan, su compadre y padrino.
CAO se defendió respecto al presunto mal uso del celular: "... puede no estar apegado a la ley. Podría. Sólo que habría que discrepar un poco en lo que podría decir la ley, y decirle al contralor que no sea tan severo en sus juicios".
La verdadera danza de los millones
Pero todo lo anterior no son sino verdaderas minucias. Lo grave es lo que han documentado ampliamente todos los medios de Baja California y que esta semana ha publicado como asunto de portada la revista Zeta, dirigida por Jesús Blancornelas.
Un resumen del trabajo firmado por Rosario Mosso Castro dice: "La Contaduría Mayor de Hacienda en el Congreso del estado de Baja California rechazó, desde 1999, la cuenta pública de la Secretaría de Salud, presidida por el doctor Carlos Astorga Othón, por considerar que había 20 movimientos administrativos 'dudosos', ya que por ejemplo hay montos de 8, 82 y 92 millones de pesos que aparecen como ingreso en los libros de la secretaría, pero que no están registrados en las cuentas bancarias. Otra de las irregularidades es que no se ha podido comprobar que 5 millones de pesos, que se supone fueron destinados a la compra de medicamento hayan sido correctamente aplicados, pues la farmacia no cuenta con un inventario de la compra de estos. También mencionan en un informe oficial del Congreso del Estado que faltan los comprobantes de donativos por 300 millones de pesos. Igualmente el doctor no presentó comprobantes por viáticos que suman 175 mil pesos, ya que dijo, éste no es un requisito de ley. Astorga Othón fue entrevistado por Zeta y justificó tales medidas señalando que el neto de ingresos y egresos está bien, mientras, dijo, resulta difícil comprobar factura por factura sin utilizar un criterio flexible; asimismo, dijo que no le han informado de las 20 irregularidades administrativas encontradas, pero que él está "dispuesto a comparecer para terminar con las sospechas".
Tal es Carlos Astorga Othón, secretario de Salud del gobierno de Baja California, miembro del consejo estatal del PAN y de su directiva, héroe de Provida y demás ultraderechistas por el caso Paulina, ahora invitado por Fox para incorporarse al comité de salud. ƑCAO o caón?
Astillas: Tantas, tantas cosas por comentar, y el espacio se terminó. Hasta mañana.
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