SABADO 5 DE AGOSTO DE 2000
Ť El rubro pedagógico, esencial para el festival de San Miguel de Allende
Solistas y agrupaciones comparten conocimientos con músicos mexicanos
Ť Se impartirán talleres y clases magistrales en el contexto del encuentro de música de cámara
Ť El Cuarteto Amernet actuará por vez primera en ese foro y ofrecerá dos conciertos
Angel Vargas Ť Además de la serie de conciertos, la otra razón de ser del Festival de Música de Cámara de San Miguel de Allende radica en su programa pedagógico.
Desde su fundación, en 1979, el encuentro camerístico considera esencial aprovechar la presencia de los solistas y agrupaciones invitados para que compartan conocimientos y experiencias con músicos mexicanos mediante talleres y clases magistrales.
Las actividades del rubro comenzaron el lunes y abarcarán dos semanas a la par de los conciertos. La plantilla estudiantil la integran 50 jóvenes provenientes de toda la República que fueron seleccionados, previa convocatoria nacional, por un comité.
De la parte académica se encargan los cuartetos Ying, Amernet y Saint Petersburg, con clases maestras y de ensamble; mientras que el reconocido chelista Sadao Harada ofrece un curso de la especialidad.
El festival cubre los gastos de los alumnos mediante el otorgamiento de becas, las cuales incluyen clases y hospedaje, y ello es posible gracias al apoyo y los donativos tanto de la iniciativa privada como de particulares de esta ciudad.
Javier Arias, relevante trayectoria
La directora del encuentro, Nina Martino, explica que del presupuesto de 2 millones de pesos de esta vigesimosegunda versión, se destinaron 750 mil al rubro educativo. Es decir, 15 mil pesos por alumno.
Detrás de esta acción subyace el interés de fomentar el desarrollo artístico de los participantes y, con ello, el de la música clásica en México, aclara.
Cultivar la música clásica es una vocación en San Miguel que se remonta a tiempos aun anteriores al festival, subraya una de sus fundadoras y actual presidenta, Carmen Masip, quien agrega que en el Centro Cultural El Nigromante -del que es directora- la enseñanza musical ha sido factor primordial desde los años sesenta.
De hecho, dice, fue ese espíritu emanado desde la instancia cultural el que propició que un grupo de mexicanos y extranjeros decidiera organizar el Festival de Música de Cámara.
Los alcances de la parte pedagógica son palpables en el chelista Javier Arias-Flores, quien es integrante del Cuarteto de cuerdas Amernet, de Estados Unidos.
Con su hermano Raúl, fue uno de los alumnos que asistió a las clases magistrales y talleres de las primeras versiones de este festival, en los inicios de los años ochenta.
Luego de cursar estudios en la Escuela Nacional de Música y en universidades de aquel país, Javier decidió, con un grupo de compañeros, dar continuidad a un proyecto estudiantil y así nació el Cuarteto Amernet, que se presenta por vez primera en el festival de San Miguel, los días 9 y el 10. Amén de los conciertos que ofrecerá, resulta estimulante para sus integrantes poder convivir y retroalimentarse con los jóvenes músicos mexicanos inscritos en los talleres.
Arias señala que el objetivo es enseñar a los estudiantes a tener una visión crítica de su trabajo, que tengan la capacidad de reflexionar sobre su manera de tocar y de escucharse. ''Que se escuchen cómo suenan y no como creen que suenan", precisa.
Eso es muy importante para poder cumplir una de las metas de un músico: transmitir lo que se quiere decir, agrega. ''Nuestro objetivo no es tocar perfecto, sino lograr expresar lo que tenemos dentro".