SABADO 5 DE AGOSTO DE 2000
Ť 300 indígenas, intoxicados; ya murió una niña
La PJF deja caer herbicida
sobre un caserío tarahumara
Ť Su aeronave fumigó un plantío de mariguana en Chorogui
Miroslava Breach Velducea, corresponsal, Chihuahua, Chih., 4 de agosto Ť Alrededor de 300 indígenas tarahumaras de la comunidad de Chorogui, en el municipio de Guachochi, resultaron intoxicados y una pequeña de dos años murió cuando la Policía Judicial Federal y personal de apoyo aéreo al fumigar un plantío de mariguana dejaron caer herbicida sobre el caserío.
Oscar Francisco Yánez Franco, presidente de la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH), informó que el pasado 31 de julio dos habitantes de la comunidad presentaron una queja por escrito, apoyada por más de 60 padres de familia de Chorogui, sobre los atropellos de la PJE, cuando el pasado 12 de junio dejó caer el herbicida sobre la población, causando graves lesiones a la salud de los habitantes, quienes desde ese día padecen problemas en vías respiratorias, ceguera temporal, vómitos y llagas en la piel y cuero cabelludo.
Los vecinos de Chorogui aseguraron que la niña Armida Muela Loera pereció dos días después de que tuvo contacto con el polvo tóxico rociado por los aspersores de la aeronave de la PGR.
En la queja los indígenas expusieron también que los agentes allanaron algunas viviendas de la comunidad y destruyeron enseres y herramientas de labranza utilizados en el cultivo de parcelas.
El ombudsman dijo que incluso los dos pobladores que acudieron a presentar la queja presentan en piel y cabeza llagas producidas por los químicos arrojados sobre el caserío serrano.
Consideró "inaceptables" los atropellos en contra de la comunidad y explicó que por tratarse de un asunto en el que los presuntos responsables son autoridades federales y las víctimas indígenas, recae en el ámbito de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), a la que hoy se le turnó la queja junto con la documentación de respaldo para que visitadores de ese organismo investiguen el caso.
Testimonios de los rarámuris indican que desde que se llevó a cabo la fumigación "con el polvo que mata la hierba", han muerto cabras, borregos, asnos y vacas.
"Es legítimo que los cuerpos policíacos y el personal de la PGR cumplan con su función de destruir los plantíos de enervantes, pero debieron avisar a los habitantes de la comunidad para que se protegieran. En cambio rociaron sobre las casas, personas y animales", señaló el presidente de la CEDH.