VIERNES 4 DE AGOSTO DE 2000
Ť Mi padre fue un ser de extremos y grandes pasiones, señaló su hijo Emiliano
El arte, máximo valor de la posición ideológica de Alberto Gironella
Ť Potlatch, obra que dedicó a Octavio Paz, ''es el más ambicioso homenaje de un pintor a un poeta''
Ť El magnetismo del subcomandante Marcos con el creador obedeció a motivos literarios, dice
Merry Mac Masters Ť El pintor Alberto Gironella (1929-1999) siempre será recordado por su obra. Su hijo Emiliano quiere que tampoco se le olvide como personaje. Respecto de su progenitor, dijo: ''Fue un personaje de extremos. Nunca fue una gente que se le podría llamar tibia, conformista. Todas las personas que he conocido después de mi padre, se me hacen como el término que usan ahora para las bebidas: light. Era una gente que les mentaba la madre a todos, desde los premios Nobel hasta los dirigentes de grandes empresas, los presidentes y candidatos, por cuestiones puramente poéticas o literarias sin ningún afán de partidismo o interés político.
''El carácter que mostraba en su vida cotidiana se podía llamar de performance. Fue un ser de grandes pasiones que tenía dos vertientes. Decía: 'soy el energúmeno por definición', pero también era de una bondad que se ve en su trabajo. La obra Potlatch, que dedicó a Octavio Paz, creo que es el más ambicioso homenaje plástico en diálogo y en dar de un pintor a un literato. Eso sí, probablemente fue un ejemplo para no seguir en todas las demás cosas. Un padre comprensivo, no lo fue. No creo que haya sido un buen marido. Su récord de cuatro matrimonios lo dice. Pero en otros aspectos fue un ser excepcional."
A un año de la muerte del artista -se cumplió el 2 de agosto- y en el contexto de una serie de actividades conmemorativas, su hijo Emiliano Gironella Parra, en conferencia de prensa, reflexionó acerca de la obra del artista: ''Tenía una posición ideológica donde el valor más alto era el arte, lo cual entraba dentro de un anarquismo ante una estructura política, familiar, religiosa".
Capacidad para deformar símbolos
Dentro de la iconografía de los cuadros hay líneas explícitas como la identificación de Alberto Gironella con el zapatismo. ''Aparte de las lecturas políticas que pudiera tener -apunta Emiliano- también está el icono del caudillo. El entierro de Zapata que hizo fue basado en El entierro del conde de Orgaz (cuadro del Greco realizado entre 1586 y 1588). A Zapata lo descontextualizó del muralismo mexicano, del heroísmo y le dio un aspecto más trágico al ponerlo acribillado. Era más real, pero al mismo tiempo lo elevaba a una lectura más lúdica. La capacidad de mi papá de deformar los símbolos era una de las cosas que lo hacían grande. Eso también lo hizo con la gran pintura española. A las reinas de Velázquez las deformaba al tener cabelleras devoradas por perros".
El homenajeado tenía que leer para poder pintar. Por eso dejó una gran biblioteca que la familia pretende mantener completa. El vínculo que estableció entre la literatura y la pintura es el hilo conductor de la exposición Los diálogos de Alberto Gironella, organizada por el Museo de la Ciudad de México (MCM), con la curaduría de Antonio Calera Grobet, que el domingo 6 será inaugurada en el edificio del Antiguo Ayuntamiento, en el Zócalo. Entre los 23 libros por exhibirse, dos de ellos escritos por el subcomandante Marcos, La historia de los colores y La revuelta de la memoria, se los dedicó su autor.
Respecto del ''diálogo", Emiliano explica: ''La convención de Aguascalientes se inaugura sobre una serigrafía de mi papá. El subcomandante se le acerca siendo un zapatista, no de moda, sino desde el 72. De hecho, por eso mi nombre. Nací un día antes de la inauguración de la exposición En el entierro de Zapata y otros entierros, en la Sala Nacional de Bellas Artes. Mi padre siempre estuvo ligado a la política con unos ojos totalmente artísticos y literarios. La seducción de Marcos es que conocía a los mismos iconos que mi padre. Las dedicat orias del subcomandante hablan de Del Valle-Inclán y ciertas personas con las cuales mi papá siempre tuvo una relación. El magnetismo que tuvo Marcos para que él estuviera allí fue toda esa cuestión literaria".
Si la obra de Alberto Gironella es escasa en los museos mexicanos, Emiliano atribuye ese hecho a que ''nunca tuvo una relación oficial con el gobierno". El cuadro La reina Riqui pertenece a la colección del Museo de Arte Moderno, mientras que Recuerdos del porvenir está en el Nacional de Arte a raíz de ''una negociación que hizo mi padre cuando estaba muy enfermo". También el Nacional de la Estampa cuenta con acervo de obra gráfica. Emiliano recordó un cuadro muy importante, de Zapata, que su progenitor creó ex profeso para la muestra de Bellas Artes. Está en La Laguna, en Ciudad Victoria (Tamaulipas).
''El hecho de que este cuadro se fuera para allá, lo puso fúrico, porque no era un lugar zapatista. Como la exposición de 1972 armó tanto revuelo por eso lo mandaron a un lugar que no era zapatista". El Museo Georges Pompidou de París, Francia, también tiene una obra de don Alberto, así como un recinto alemán. Lo demás está en colecciones particulares.
Kazuo Ono ''La Argentina'', 1990, aguafuerte y punta seca de Alberto Gironella incluida en la exposición del artista fallecido que hoy se abre en Oaxaca