VIERNES 4 DE AGOSTO DE 2000
Ť Leonardo García Tsao Ť
Lo viejo y lo nuevo
Ddado que los dinosaurios siguen causando la fascinación colectiva -la excepción milita en el PRI-, era inevitable el producto disneyano sobre el tema. Dinosaurio, dirigida por Ralph Zondag y Eric Leighton, reúne lo mejor y lo peor de esa marca.
Mucho se ha comentado acerca de la producción de la película, su exorbitante costo (200 millones de dólares), el uso de la animación por computadora y la integración de esos diseños a escenarios filmados y retocados por la tecnología digital. De entrada, el resultado de esas innovaciones es impresionante. En el inicio, el huevo de un iguanodonte pasa de garra en garra por diversos animales y hábitats hasta llegar a su destino final. Esa secuencia -que algún genio publicitario de la distribuidora Buena Vista decidió usar como avance de la película, arruinando un poco la sorpresa- es un despliegue apenas sugerente de las posibilidades de esa nueva tecnología. Estamos ante el registro de una realidad virtual, en efecto, con instancias que evocan un documental filmado en pleno periodo cretáceo.
Por desgracia, en la casa Disney están dispuestos a arriesgarse con nuevas técnicas pero no con nuevas ideas. Quizás un programa de computadora fue usado también para concebir a este sensiblero Dinosaurio, cuyo ADN está compuesto por partes iguales de Bambi, El Rey león, Tarzán y hasta una paráfrasis del western clásico Río Rojo (Howard Hawks, 1946). Desde el momento en que un bebé iguanodonte sale del cascarón y es adoptado por una familia de lemures porque la conmueve con sus ojitos tiernos, no quedan muchas esperanzas de un trabajo riguroso. Es muy posible que los lemures -unos mamíferos bastante avanzados- no hayan convivido jamás con ese tipo de dinosaurios. Pero qué importa la precisión paleontológica bajo los estándares Disney. Los dinosaurios nunca hablaron ni se dieron de besos cuando se ponían querendones.
Aun en sus viejos documentales sobre la naturaleza, el producto disneyano tenía esa dudosa tendencia de antropomorfizar a cualquier tipo de fauna. En sus películas de animación lo han llevado más allá: todos sus personajes se comportan como gringos de una clase media californiana. Así, Aladar crece a ser una especie de boy scout gigante, dispuesto a ayudar a sus semejantes y promover el esfuerzo colectivo. Después de salvar a su familia adoptiva del cataclismo causado por una lluvia de meteoros -el mejor momento de la película- el joven iguanodonte se une a una expedición de diversos dinosaurios que cruza parajes desérticos en busca de los nidales, una tierra prometida de agua y vegetación. El líder del grupo es Kron, un iguanodonte déspota (Ƒes este el verdadero tiranosaurio?) que aplica la darwiniana ley del más fuerte. Kron es además el cuñado incómodo pues tiene una hermana que le menea la cola a Aladar.
No se necesita ser científico para adivinar la evolución de la historia. El héroe terminará por encontrar el camino al paraíso, acabar con el liderazgo autócrata y demostrar que los herbívoros unidos jamás serán vencidos por los depredadores ("predadores", según la versión castellana). Lo único a agradecer es la ausencia de un elemento esencial de la fórmula: las canciones. Una coreografía de iguanodontes bailarines hubiera sido demasiado.
Otro gallo -o pterodáctilo- nos cantara si se hubiera realizado el proyecto original, un guión de Walon Green a ser dirigido por Paul Verhoeven. En ese planteamiento los dinosaurios no hablaban; y es fácil imaginarlo, dados los antecedentes de ambos, con una mayor dosis de realismo cruel que, por supuesto, no habría gozado de la aceptación masiva del producto Disney. A los niños se les ha programado para disfrutar de la ñoñería. Es el mismo gusto infantil agringado para el cual las hamburguesas McDonald's son un manjar.
Dinosaurio (Dinosaur, EU, 2000). D: Ralph Zondag, Eric Leighton/ G: John Harrison, Robert Nelson Jacobs, basado en un guión original de Walon Green, sobre un argumento de Thom Enríquez/ F. en C: David R. Hardberger, S. Douglas Smith/ M: James Newton Howard/ Edd: H. Lee Peterson/ Con las voces de (en la versión original): D.B. Sweeney, Julianna Margulies, Joan Plowright, Ossie Davis, Max Casella, Alfre Woodard/ P: Walt Disney Productions.