Acepta formalmente George W. Bush la candidatura presidencial
Ť Acusó a Clinton y Gore de desperdiciar las oportunidades que ofreció el fin de la guerra fría
Jim Cason y David Brooks, enviados, Filadelfia, 3 de agosto Ť George W. Bush, gobernador de Texas, aceptó formalmente este jueves la candidatura presidencial de un Partido Republicano ahora más moderado, bilingüe y menos dividido por la ultraderecha religiosa.
"Delegados y mis conciudadanos... acepto su nombramiento. Gracias por este honor", declaró Bush ante el rugir de los delegados congregados en el cierre de la Convención Nacional Republicana.
"Capturaremos este momento de promesa americana. Utilizaremos estos buenos tiempos para grandes propósitos", afirmó en medio de gritos, ovaciones y confeti.
Y a continuación lanzó un ataque directo contra el gobierno de Bill Clinton y Al Gore, a quienes acusó de desperdiciar las oportunidades que ofreció el fin de la guerra fría y el auge económico: "Ellos tuvieron su oportunidad, no han guiado. Nosotros lo haremos".
Pero también subrayó el lema de su campaña, el "conservadurismo compasivo", al reiterar que demasiados estadunidenses sienten que haber sido dejados atrás. "Somos el país de ellos también, y cada uno de nosotros debemos compartir su promesa, o se queda reducida para todos".
Sobre política exterior, comentó que "hemos visto una erosión constante del poder americano", y agregó que "cuando Estados Unidos ejerce la fuerza en el mundo, la causa debe ser justa, el objetivo debe ser claro y la victoria debe ser aplastante".
"Los estadunidenses viven del lado del amanecer de la montaña. La noche está pasando. Y estamos listos para el día que llega", concluyó ante el regocijo republicano.
Delegaciones de los 50 estados, invitados especiales y miles de fieles con gorritos patrióticos silbaron, corearon "Bush" --entre ellos, algunos latinos gritaban "viva Bush" en español--, y cuando concluyó el gran festejo, miles de globos rojos, azules y blancos llovieron del techo.
Una historia diferente
Por primera vez en la historia del partido se habló español desde el podio. Esta última noche de la convención no sólo hubo un orador que ofreció un discurso completo en ese idioma (Abel Maldonado, de la Asamblea Legislativa de California), también el candidato fue elogiado por su sobrino George P. Bush, quien con frases bilingües se identificó como "americano, pero provengo de una historia diversa, y estoy orgulloso de ello".
No sólo eso. Los fieles republicanos escucharon atentos el Cielito lindo, en voz de Vicente Fernández.
Y esto no sólo fue un reconocimiento de los cambios en el electorado de cara al futuro, sino algo más espectacular, ya que éste es el mismo partido político que hace cuatro años promovía el inglés como "idioma oficial" del país, el mismo que elogió las medidas antinmigrantes de Pete Wilson, ex gobernador de California.
El mismo partido que hace cuatro y ocho años estaba profundamente dividido por temas como los derechos de la mujer, de rechazo a programas contra la discriminación racial, por el poder de la ultraderecha cristiana y por el tema de la homosexualidad, esta vez dio una cara pública llena de mujeres, negros, latinos, judíos y hasta un legislador gay.
O sea, ya no es el mismo partido. Y el triunfo de George W. Bush es en realidad el resultado de una larga batalla interna por el control partidario, en la que el padre del candidato, el ex presidente George Bush, así como el candidato presidencial de 1996, Bob Dole, y reconocidas figuras como George Shultz y Colin Powell, que representan al ala moderada e "internacionalista", lograron por fin superar el control que la ultraderecha cristiana y otras corrientes conservadoras, como la representada antes por Pat Buchanan, habían logrado imponerse durante la última década.
Buchanan abandonó el partido y Wilson no acudió a esta convención. El Partido Republicano entiende que no puede captar los votos suficientes en estados claves en términos electorales en California, Illinois, Texas y Nueva York con el programa de Buchanan y Wilson.
En este momento el cambio es más imagen que algo que se constate en la base (son de raza blanca 90 por ciento de los delegados), pero los cambios son reales en la estrategia política.
La llegada esta vez de otro Bush como contendiente para el puesto máximo del país, al parecer requiere de un familiar con sangre mexicana, declaraciones bilingües y la imagen de un hombre rodeado de todas las culturas del mundo, cambios que no son necesariamente por decisión de los ideólogos del partido, ni tampoco expresan sus opiniones personales, pero sí una apreciación del panorama político electoral.
Estos cambios son promovidos por puro pragmatismo. El triunfo es todo, cómo llegar a él es secundario. Si se necesita hablar un poquito de español, se habla. De hecho, las bases ultraconservadores han mantenido silencio y declarado su apego a Bush por esto mismo: la posibilidad del triunfo.
Los Bush y sus aliados saben del poder. No es novedoso y no tienen que aprender con cada paso. Han vivido en las altas esferas del poder, y ahí nació el nuevo candidato republicano y posible futuro presidente de Estados Unidos .