JUEVES 3 DE AGOSTO DE 2000

Ť Desnutrición, grave problema de salud pública, reconoce titular del PNAFI


Persiste elevado nivel de muertes maternas en 10 entidades del país

Ť La mortalidad de menores de cinco años disminuyó 45% por la erradicación de enfermedades

Angeles Cruz y Georgina Saldierna Ť A diez años de la Cumbre Mundial en Favor de la Infancia, los avances en la materia son evidentes con la reducción de la mortalidad infantil y la erradicación de enfermedades, pero continúa pendiente bajar el número de muertes maternas, que en 10 entidades del país -incluido el Distrito Federal- rebasa el promedio nacional de 4.6 por diez mil nacidos vivos, admite la evaluación del Programa Nacional de Acción a Favor de la Infancia (PNAFI).

Al presentar los resultados de la estrategia ante el presidente Ernesto Zedillo, el secretario técnico de la Comisión Nacional de Acción en Favor de la Infancia, Gonzalo Gutiérrez Trujillo, señaló que la desnutrición que aún prevalece en el país está relacionada con múltiples factores, culturales y sobre todo económicos, por lo que debiera ser considerada como un indicador para el diseño de los programas económicos del país.

Las deficiencias nutrimentales de la infancia podrían servir a los sociólogos como indicador de marginación, pues a pesar de los avances continúa siendo un grave problema social y su eliminación requiere del esfuerzo continuo de los diversos sectores, abundó.

El PNAFI se planteó 31 metas para el 2000, de las cuales la mayoría se cumplió hace varios años. Antes de iniciar el recuento de los logros, Gutiérrez Trujillo recordó que los esfuerzos para mejorar las condiciones de vida de los niños en México fueron iniciados en 1990 por el entonces secretario de Salud, Jesús Kumate, quien estuvo presente ayer en la ceremonia efectuada en la residencia oficial de Los Pinos y se hizo merecedor de un prolongado aplauso de reconocimiento.

A su vez, el representante de Unicef en el país, Bernt Aasen, mencionó que México fue una de las seis naciones convocantes a la cumbre mundial y estuvo entre los primeros que instrumentaron un programa específico en esta área.

Aasen destacó la importancia de fomentar la salud de las madres de familia, pues un derecho fundamental de los niños es ''tener una madre que esté viva y que esté sana''. De ahí la necesidad de resolver las fallas, buscar nuevos enfoques y recursos adicionales para atender el problema de las muertes maternas.

Por su parte, el presidente Ernesto Zedillo hizo un reconocimiento al trabajo de las instituciones públicas y de las organizaciones civiles que han trabajado en el cumplimiento de los objetivos del PNAFI. Más adelante comentó las acciones de gobierno dentro del Programa de Educación, Salud y Alimentación (Progresa) dirigido a las comunidades indígenas, y el cual ha demostrado -dijo- que ''sí es posible romper el círculo de desnutrición, enfermedad e ignorancia por el que la pobreza se transmite de generación en generación''.

Expresó que con la capacidad y experiencia institucional del país, hay la confianza de que en los próximos años podrán darse pasos cada vez más grandes para la protección de niños que necesitan apoyo especial.

Prevalecen desigualdades inaceptables

En los últimos 10 años se redujo la mortalidad de los niños menores de cinco años en 45 por ciento, con lo que se evitaron más de 290 mil defunciones por la disminución de enfermedades diarreicas, infecciones respiratorias agudas y el sarampión. Aunque también se acortaron las diferencias entre los estados, Gutiérrez Trujillo destacó que ''prevalecen inequidades inaceptables en Chiapas y otras regiones marginadas'', con respecto a entidades como Nuevo León, donde la tasa de defunción infantil es de 14.3 por mil nacidos vivos (en Chiapas es de 31.7).

Refirió que la eliminación de la poliomielitis, la difteria y el control del sarampión y el tétanos neonatal contribuyeron en el descenso de las muertes de los niños. Asimismo se redujo la frecuencia de enfermedades diarreicas en más de 50 por ciento, lo que evitó cada año más de 20 millones de casos.

En cuanto a las metas en materia de educación y alfabetización, Gutiérrez Trujillo destacó que 90 por ciento de los niños que ingresan a primaria tienen cuando menos un año de educación preescolar; 97 por ciento de los menores asiste a la primaria y la eficiencia terminal en este grado es de 85 por ciento. En tanto, el analfabetismo, en general, se redujo a menos de 10 por ciento y entre la población de 15 a 24 años el descenso fue de apenas 3 por ciento.

Los avances en educación se reflejan en el descenso de la tasa global de fecundidad porque, señaló el funcionario, ''se dice que el mejor anticonceptivo es la terminación de la enseñanza primaria, y mejor aún, de la secundaria''.

También destacó la Segunda Encuesta Nacional de Nutrición, según la cual se logró la meta de reducir las deficiencias en 50 por ciento, pese a los problemas económicos del país y de que la tasa de pobreza calculada según el nivel de ingreso pudo haberse deteriorado en la década pasada.

Sin embargo, admitió, la desnutrición continúa siendo un grave problema de salud pública, que debe ser atendido. Un esfuerzo similar requieren los menores en circunstancias difíciles, en especial, los niños trabajadores, los migrantes, los que trabajan en la calle y los que son víctimas de abuso y violencia intrafamiliar.

Es el caso también de la mortalidad materna, dijo. De acuerdo con el Programa Nacional de Acción a Favor de la Infancia, la tasa promedio es de 4.6 por cada 10 mil nacidos vivos. Sin embargo, en el Distrito Federal y los estados de Chiapas, Guerrero, México, Morelos, Quintana Roo, Tabasco, Tamaulipas, Tlaxcala y Veracruz la prevalencia es superior a 5 por 10 mil nacidos vivos.

Las principales causas de defunción materna en 1998 fueron las obstétricas directas (preclampsia/eclampsia, hemorragias durante el embarazo y el parto, así como las complicaciones e infecciones del puerperio), que en conjunto ocasionaron 70.9 por ciento del total de las muertes de ese año.