JUEVES 3 DE AGOSTO DE 2000

Ť DINERO

Ť Fox, nueva constelación

Ť Financieros priístas, reciclados

Ť Enrique Galván Ochoa Ť

Tenemos el dato exacto: fue la noche del 23 de febrero de 1993 en la residencia de Antonio Ortiz Mena, en Tres Picos 10, Polanco. Los 30 empresarios más grandes del país, todos priístas, fueron convocados para refrendar su lealtad al partido y al gobierno a cuya sombra prosperaron. Como coincidencia, 24 de ellos aparecerían en Forbes el siguiente año. El presidente Salinas de Gortari los había reunido para solicitarles su contribución para la siguiente campaña -la de Colosio. Se trataba de avivar una love & hate relationship que, en algunos casos, habían iniciado los abuelos empresarios con los abuelos de la Revolución; otros eran nuevos ricos. Salieron a relucir las chequeras en un clásico "a ver quién da más". Sin embargo, la sucesión de Salinas resultó traumática. El asesinato de Colosio descobijó a financieros con los que había compromisos, luego vino la crisis del 94. Ya no hubo tanto dinero para alimentar el romance, excepto para unos cuantos, y, por otro lado, la corrupción de los funcionarios priístas llegó a un extremo intolerable; dejaron de conformarse con sus comisiones y quisieron ser socios de los negocios. Por eso cuando surgió Fox algunos rompieron con el PRI; otros mantuvieron dos velas encendidas, una a San Francisco y otra a San Vicente; pero la mayoría dijo "más vale malo por conocido", y siguió con su viejo amor.

Convidados y ausentes

Llegó la hora de pagar y cobrar facturas. En la lista de acompañantes de Fox a su gira sudamericana aparece William Karam, candidato de Pedro Aspe para comprar El Nacional, pero finalmente el periódico fue cerrado. No aparece el banquero favorito, Roberto Hernández -el que presta la casa donde Fox tiene sus oficinas en Las Lomas-; no obstante que posee un banco en Argentina, el Bansud. Tal vez irá al siguiente viaje, más importante, a Washington. Tampoco fue convocado Alejandro Soberón, de CIE; es la firma mexicana más sobresaliente en el show business de aquella región, ni el número uno de IMSA, Eugenio Clariond Reyes -se autodefine un week-end rancher igual que Fox-, aunque sus inversiones allá son muy importantes, inclusive posee un criadero de alpacas en Monterrey.Nueva constelación

El firmamento foxista luce una nueva constelación empresarial. Los analistas coinciden en algunos nombres:

Foxistas químicamente puros: Alfonso Romo (Grupo Pulsar), Lorenzo Zambrano (Cemex), Juan Sánchez Navarro (Grupo Modelo), Antonio Madero Bracho (San Luis Corp, Fundación Harvard).

Reciclados: Emilio Azcárraga III (Televisa), Ricardo Salinas Pliego (TvAzteca), Roberto Hernández (Banamex), Isaac Saba (Kosa), Alfredo Harp (Banamex), familia Servitje (Bimbo), Raúl Bailleres (Puerto de Liverpool), Gastón Luken (GE Financial Services).

Waiting list (lista de espera): Roberto González Barrera (Maseca), Carlos Slim (Telmex), Carlos Gómez y Gómez (Serfin), Eugenio Garza Lagüera (Bancomer), Antonio del Valle (Bital), Germán Larrea (Minera México), José Madariaga ( ex de BBV-Probursa).

En el ácido: Raymundo Gómez Flores (Dina, Minsa), Eduardo Bours (charolero de Labastida), Carlos Hank Rohn (Interacciones), Claudio X. González (Kimberly), David Peñaloza (Tribasa), Joaquín Vargas (MVS-Multivisión), hermanos Autrey (Satmex), Carlos Peralta (Iusa).

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