JUEVES 3 DE AGOSTO DE 2000

Ť Los pasados comicios, "jornada cívica excepcional"


De la Peza: México ha dado un paso decisivo hacia la transición

Ť Los partidos acataron resultados electorales sin reservas, subraya

Jesús Aranda y Juan Manuel Venegas Ť Ayer se cerró una etapa en la vida política del país, cuando por primera vez se calificó jurídicamente una elección presidencial. El Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) declaró la validez de los comicios y determinó que Vicente Fox Quesada es presidente electo de México para el período 2000-2006.

El magistrado presidente del TEPJF, José Luis de la Peza, dijo que "México ha dado un paso decisivo para que la transición democrática se consolide de manera definitiva en un auténtico régimen electoral indiscutible e indiscutido".

En sesión solemne a la que asistieron 122 invitados especiales -entre ellos Vicente Fox-, el tribunal dio a conocer que el panista ganó con 15 millones 988 mil 545 votos, equivalentes a 42.5 por ciento de la votación. Atrás quedaron las impugnaciones de los comicios, como en 1988 y 1994, cuando la Cámara de Diputados erigida en Colegio Electoral aprobó el dictamen que dio el triunfo oficial a los candidatos del PRI, con el apoyo exclusivo de los priístas y el abandono de las sesiones por parte de la oposición en protesta por lo "ilegítimo" de los procesos.

A diferencia de elecciones anteriores, en las que la calificación de los comicios era política y no jurídica, ayer por la noche bastaron 27 minutos para que el pleno de los magistrados convalidara la elección y resolviera de manera unánime entregarle a Fox una copia certificada del dictamen de validez de la elección y de su triunfo, además de la constancia que lo acredita como presidente electo.

Una vez que De la Peza recibió la aprobación del pleno, le entregó de propia mano a Fox los documentos referidos y después dio un discurso en el que estableció que el resultado de la "excepcional jornada cívica" del pasado 2 de julio "no fue producto de la casualidad o la suerte, sino que fue fruto de las condiciones de apertura democrática que se ha venido construyendo a lo largo de algunos años, por prácticamente todos los sectores de la sociedad mexicana".

Ante la presencia de los 46 invitados especiales de Fox y del CEN del PAN, ministros de la Suprema Corte, consejeros del IFE y otros funcionarios, el presidente del tribunal hizo un reconocimiento a los partidos "que supieron actuar con madurez, al someterse al escrutinio de la voluntad popular y aceptar su resultado sin reservas"; al IFE, por su acreditado profesionalismo y "probada independencia"; al presidente Ernesto Zedillo, por conducirse con absoluto respeto a la autonomía e independencia del TEPJF, "así como a su reconocimiento de los resultados de un proceso que siempre consideró digno de confianza".

De la Peza dejó en claro también que al haberse dado el paso para que la vía jurisdiccional sea la que califique los comicios, ésta se ha constituido en "un factor de pacificación y certidumbre entre los distintos protagonistas del proceso electoral, al saber que es el único referente que sirve de base y fundamento para la resolución de controversias".

El presidente del tribunal no podía dejar atrás las diferencias evidentes que tuvieron los magistrados con Vicente Fox, cuando éste les reclamó que hicieron "marranadas" al no aprobar el emblema original de la Alianza por el Cambio. De la Peza señaló en su discurso -a nombre de sus compañeros- que "no tenemos compromiso con corriente política alguna, que nuestro único compromiso es con el pueblo de México y consiste en administrar justicia conforme a la Constitución y a la ley".

Y propuso que "sigamos construyendo el nuevo orden democrático en nuestro país" con los principios básicos que avala el estado de derecho y que "han demostrado ser los más eficaces par erradicar los vicios que se habían generado en tanto tiempo de ausencia de control constitucional y legal de nuestras elecciones".

Al concluir los discursos del presidente del tribunal y del ya presidente electo, se abrió formalmente paso a la celebración y los festejos.

Vicente Fox, quien había sido aplaudido y vitoreado a su llegada al tribunal al filo de las 18:45 horas, y después al recibir la constancia de su triunfo y, por supuesto, al terminar su discurso, salió del recinto cobijado por sus más cercanos colaboradores.

El ambiente era de fiesta, no ocultaba su sonrisa la actriz Lucía Méndez, quien juraba y perjuraba que la habían invitado "los del tribunal", cuando en realidad fue el CEN panista el que intercedió para que fuera una de los 122 privilegiados que estuvieron presentes en el recinto; porque a excepción de fotógrafos y camarógrafos, decenas de reporteros siguieron los acontecimientos en una pantalla gigante colocada en la sala de prensa.

Diego Fernández de Cevallos precisó que a él lo invitó el presidente nacional del PAN; en cambio, Porfirio Muñoz Ledo decía feliz que iba a proponer que el 2 de julio se declarara Día de la Patria; Santiago Creel -miembro del gabinete de transición de Fox-, destacó a su vez que era histórico lo que sucedía y que bien podíamos hablar del Día de la Reconciliación, además de que reiteró que Fox tiene la mano tendida para dialogar con todas las fuerzas políticas del país.

El perredista Jesús Ortega afirmó que su partido se convertirá en una "oposición constructiva" y que no obstaculizará al gobierno del que fuera candidato de la Alianza por el Cambio.

Mientras continuaban las felicitaciones de unos y otros, el presidente electo salió del tribunal para dirigirse a su vehículo. Ahí, decenas de simpatizantes celebraron con porras el reconocimiento oficial del triunfo del panista.

Fox se mantuvo junto a su camioneta unos momentos y después partió a celebrar en un hotel del sur de la ciudad.

Pero no fue el único que celebró, también los magistrados electorales tuvieron una pequeña recepción al término de la sesión, a la cual acudieron los ministros de la Corte, consejeros de la Judicatura Federal y sus invitados especiales. Efectivamente, la forma como se dio la elección, la falta de impugnaciones y el triunfo inobjetable de Fox el pasado 2 de julio, permitió que la primera calificación jurisdiccional de los comicios presidenciales se hiciera sin mayores problemas, también los magistrados tenían que celebrar.