MIERCOLES 2 DE AGOSTO DE 2000

Ť Se cumple hoy el primer aniversario luctuoso del pintor mexicano


Exposiciones y encuentro de poesía en memoria de Alberto Gironella

Ť Mañana, el homenaje La pluma de Breton cabalga de nuevo en la Casa Refugio Citlaltépetl

Ť El próximo viernes inaugurarán muestra con obras suyas en la ciudad de Oaxaca

gironella-alberto-3-jpg Merry Mac Masters Ť Hoy, hace un año sorprendió la muerte de Alberto Gironella. El pintor, consciente de la gravedad del mal que lo aquejaba, se apuró a ordenar sus asuntos. En su testamento dejó estipulada la creación de un fideicomiso para salvaguardar y administrar su obra. En la actualidad, falta poco para que esta encomienda se convierta en realidad, informa su hijo Emiliano.

La conmemoración de la fecha luctuosa del artista que cultivó como temática la pintura barroca española, comenzó el pasado 31 de mayo cuando la exposición Alberto Gironella (1929-1999). Estampas primer aniversario, compuesta por serigrafía, litografía, aguatinta, aguafuerte, punta seca, así como cajas, que abarcan de 1974 a 1998, fue inaugurada en el Museo Nacional de la Estampa. Ahora, la muestra que fue una iniciativa del artista juchiteco Francisco Toledo, será inaugurada el viernes 4 en el Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca (IAGO).

Para entonces, se espera contar con el catálogo respectivo patrocinado por el gobierno del estado de Veracruz. Posteriormente, la exhibición continuará su itinerancia en la Pinacoteca Diego Rivera, en Jalapa, en fecha aun por confirmarse. Cabe mencionar que fue en ese recinto donde Gironella expuso por última vez, ya que en marzo de 1999 inauguró Potlatch, homenaje personal al escritor y amigo Octavio Paz, como consigna Miguel Alemán Velasco en un texto del catálogo.

Al respecto, hay una anécdota que cuenta Emiliano Gironella: ''Cuando Octavio Paz recibió el Premio Príncipe de Asturias la Corona Española mandó hacer un retrato a mi papá, pero no se lo pagó. El que lo compró fue Miguel Alemán y se lo regaló a Paz (con motivo de su cumpleaños 70). Mi papá fue el único pintor que retrató a Paz y le hizo un homenaje".

Antes, sin embargo, Gironella habrá recibido un homenaje poético en su ciudad natal. Mañana, a las 19:00 horas, en la Casa Refugio Citlaltépetl, calle Citlaltépetl 25, colonia Condesa. Bajo el nombre de La pluma de Breton cabalga de nuevo, la poeta Verónica Volkow y el pintor Emiliano Gironella realizarán un acto en torno de un poema inédito de André Breton intitulado Plutout la vie, traducido al español por Volkow. La herramienta central será la pluma que el escritor surrealista obsequió al homenajeado que, a su vez, la legó a su hijo.

Luego el día 6, a las 12:00 horas, será inaugurada la exposición Los diálogos de Gironella en el Antiguo Ayuntamiento, Plaza de la Constitución 1, Centro Histórico, y como Gironella fue un pintor de gran carga literaria, se trata de mostrar los intercambios que sostuvo con distintos escritores y artistas, mediante 23 libros que le dedicaron, así como obra plástica y fotografía.

En la actividad del domingo próximo se utilizará un espacio específico para exhibir objetos como latas de conserva, de sardinas, de aceite de oliva y corcholatas, que el maestro acostumbraba coleccionar para su incorporación en su obra, pero que ya no alcanzó a emplear. Para la clausura de la muestra, el 30 de agosto, artistas invitados, cuyos nombres todavía no se conocen, escogerán un objeto para trabajarlo y después donar la nueva obra al acervo de Gironella.

La realidad y su fantasma

El catálogo de la exposición itinerante incluye el texto ''Cuatro ojos'', en el que su autor Francisco Calvo Serraller recuerda un encuentro con Gironella en la sala del Círculo de Lectores de Madrid, con motivo de la presentación de la edición ilustrada por el artista de la novela de Malcom Lowry, Bajo el volcán. Entre todo lo que se dijo, Calvo Serraller retuvo ''la declaración alquimista de Lowry de que él había transformado en oro todo el mucho mezcal que llegó a beber. De inmediato, pensé, para mis adentros, en el propio Alberto, y no sólo por su buen ganada fama de santo bebedor, sino porque a nadie le cuadraba mejor que al bravo Gironella, salvo al mismo Lowry, esa capacidad de convertir en oro cualquier bebedizo".

A continuación el escritor pregunta: ''Pero, Ƒera el mezcal la pócima prodigiosa de Alberto Gironella? Yo creo que no. La ardiente agua que ponía en erupción la volcánica imaginación de Alberto era lo legendario; esto es: las historias que hay que coger al vuelo, porque aparecen y desaparecen como por ensalmo, cuando la propia historia es aún una fascinante colección de mitos".

Más adelante, Calvo Serrallo anota: ''Entre las devociones de Gironella pronto irrumpió un cortejo fantasmal de reinas e infantes velazqueñas". A la indagación, de Ƒcómo apuró Gironella en la soledad más profunda, en la angustia suprema de su conciencia creadora?, el ensayista contesta: ''Necesitó, por de pronto, esos mismos cuatro ojos que Ramón (Gómez de la Serna) atribuía a Velázquez, no porque el genial pintor gastara lentes, sino porque así le hacía ver su doble personalidad lusitano-sevillana: su absoluto -añadiría yo- estrabismo ibérico. Ver doble es, no obstante, también ver de través y captar simultáneamente el fondo y el trasfondo, la trama y los intersticios, la realidad y su fantasma".

De padre catalán y madre yucateca, cuando joven Gironella leyó obras de Del Valle-Inclán y Gómez de la Serna, que influirían en su plástica. Y antes de que se dedicara a la pintura, tuvo una formación literaria. Fundó dos revistas y estudió Letras Españolas en la UNAM. En 1959 viajó a Nueva York y se inspiró en el retrato de Velázquez para pintar su primera reina Mariana, que constituye una amplia serie.