MIERCOLES 2 DE AGOSTO DE 2000

Ť Entrevista con la autora de la polémica investigación El primer sexo


Llegó la hora de celebrar nuestras diferencias genéricas: Helen Fisher

Ť El mundo se transforma en una dirección que favorece nuestras facultades innatas, afirma

Ť La baraja de cartas evolutivas masculinas y femeninas son distintas, considera la antropóloga

Miryam Audiffred Ť Hace más de medio siglo una mujer, Simone de Beauvoir, hizo de su pluma una herramienta para luchar contra la discriminación y el abuso. El libro El segundo sexo se erigió entonces como el punto de partida para una serie de movimientos sociales que proliferaron en casi todos los rincones del planeta e inspirarían el texto que, hoy, se yergue como la señal más esperanzadora de que ''ha llegado el tiempo de la transición".

Se trata de El primer sexo, radiografía social y biológica realizada por la antropóloga estadunidense Helen Fisher para demostrar que ''estamos en el umbral de lo que podría ser la era de la mujer" porque -asegura- ''el mundo está cambiando en una dirección que favorece a nuestras facultades innatas".

Podría pensarse que quien habla es una feminista radical, pero sucede todo lo W LUC contrario. Fisher es sólo una ''observadora social", una mujer inteligente y hermosa quien piensa que los hombres son maravillosos y tiene una gemela idéntica. Ella es, también, piloto de globo aerostático.

No cree en la igualdad genérica. De hecho, considera que Simone de Beauvoir se equivocó al señalar que la mujer se hace, porque -aclara- existe abundante evidencia científica para demostrar que, en ciertos aspectos fundamentales, los sexos no son iguales.

''Es más, me atrevo a mencionar que hombres y mujeres juegan con una baraja de cartas evolutivas totalmente distintas."

Y esta información acerca de la genética y del desarrollo de la corteza cerebral es lo que contienen las cerca de 500 páginas del volumen realizado por la especialista durante cinco años -editado recientemente por Taurus- con el afán de dar a conocer los múltiples argumentos científicos y sociológicos que surgen para explicar los vertiginosos cambios que afectan a las sociedades contemporáneas.

Valoración equitativa de aptitudes

Autora de Anatomía del amor: la historia natural de la monogamia, el adulterio y el divorcio, Helen Fisher habla desde Nueva York para exponer una tesis que, paradójicamente, contiene muchos de los argumentos utilizados a lo largo de los años para subordinar a la mujer.

Si bien no niega que la habilidad verbal, la sensibilidad emocional, la empatía, la paciencia, la afición a hacer planes de largo plazo y la amplia visión contextual son características femeninas, dice que estas dotes serán indispensables para el desarrollo de la comunidad económica del próximo siglo.

Al respecto, aclara que muchos analistas de empresas y ejecutivos creen que la capacidad para situar las cuestiones en una amplia perspectiva a largo plazo va a ser cada vez más relevante en el creciente mercado global. ''Amplitud y profundidad de visión se han convertido en palabras de moda en muchos despachos de ejecutivos y salas de juntas -explica-. Así, a medida que esta tendencia se acelera las mujeres pueden hacer contibuciones decisivas".

La facilidad de lenguaje y la visión descentralizada de los negocios serán factores clave para las exigencias de los tiempos venideros, sobre todo en el campo de las comunicaciones. No obstante, Fisher está convencida de que la mujer jamás va a alcanzar total paridad en los niveles superiores del mundo corporativo tradicional.

''No pienso que la mujer carezca de preparación o inteligencia ni que tema frac Louis Auguste Mathieu2 asar. Ni creo que se deba a que los hombres monopolicen los puestos más codiciados, más bien me parece que las mujeres están menos dispuestas a trabajar jornadas prolongadas porque le dan otro significado al poder."

Y es que el objetivo -concluye- no es realizar las mismas actividades que los varones o alcanzar los mayores puestos laborales sino conseguir que las aptitudes de cada sexo sean valoradas de la misma manera.

ƑComienza la sociedad cooperativa?

Creadora de El contrato sexual: la evolución de la conducta humana, Fisher está segura de que la era de la mujer también es el principio de la sociedad cooperativa, ya que los hombres no van a perder su poder sino a mirar el mundo de otra forma.

''Ha llegado el momento de celebrar nuestras diferencias genéricas, de permitir que florezcan las capacidades innatas de la mujer en el medio laboral, de construir nuevas formas de entendimiento entre hombres y mujeres y de trabajar juntos. Sin esta colaboración fundamental ambos sexos se engañan y, por ende, engañan a la sociedad.

''Se trata, sencillamente, de conseguir que la población activa del mundo precise del talento y temperamento de los dos sexos."

Pero, de acuerdo con la antropóloga, también llegó la hora de transformar la idea del matrimonio, la sexualidad y la familia. En fin, de dejar atrás la doble moral e impulsar la flexibilización de la Iglesia católica porque, ''de no ser así", ésta será cada vez menos popular.

Deberá surgir un nuevo feminismo, ''uno de tercer tipo", que deje de ver a las mujeres como víctimas.

''Vivimos, tal vez, la única época en toda la historia de la evolución humana en la que un gran número de personas, especialmente intelectuales y académicos, intentan convencernos de que ambos sexos son prácticamente iguales e ignorar la creciente bibliografía que demuestra, científicamente, la existencia de diferencias genéricas heredadas".

Y es que, en sus palabras, es imposible pensar que hombres y mujeres nacen como ''hojas en blanco" y las experiencias de la infancia marcan la aparición de las personalidades masculina y femenina. Mejor, hay que dejar de ver el mundo con los ojos del hombre para no cometer nuestro más grave error.