MARTES 1o. DE AGOSTO DE 2000
* Del impresionismo a la vanguardia se abrirá el día 3
Thyssen-Bornemisza, acervo que
prestó 51 cuadros a Bellas Artes
* Dos obras, de Munch y Pechstein, se exhiben por vez primera
Merry Mac Masters * Los flechazos amorosos y la intuición, así como el conocimiento general de las líneas de la historia de la pintura, son algunos de los criterios que han movido la colección Carmen Thyssen-Bornemisza. Con más de una década de trabajar con la baronesa catalana, para el historiador Tomás Llorens es de especial interés seguir el desarrollo de estas iniciativas porque ''el ojo apasionante de un coleccionista te descubre aspectos que normalmente uno encuadraría en una clasificación, pero no se hubiera detenido en particular en esa obra o aquella".
Depositado en el Museo Thyssen-Bornemisza, de Madrid, en espera de la apertura en el 2002 de la nueva ala que lo alojará, de este fondo privado de unas 600 piezas la baronesa prestó 51 para exhibirse en Del impresionismo a la vanguardia en la Colección Carmen Thyssen-Bornemisza, en el Museo del Palacio de Bellas Artes, donde se inaugurará el jueves 3, a las 20:00 horas. Además, se incluyeron dos pinturas de reciente adquisión que por vez primera se muestran: Gansos en un huerto (1907), de Edvard Munch, con el que debuta en la colección, y Casa en la Kuhrischen Nehrung (1909), de Max Pechstein.
Tomás Llorens, conservador en jefe del recinto madrileño, habló ayer de la exhibición que abarca medio siglo, de los años sesenta del siglo pasado, hasta el comienzo de la Primera Guerra Mundial, periodo en que se desarrollan los movimientos generadores del arte del ''nuevo siglo". Comprende obra de artistas como Rodin, Matisse, Gauguin, Monet, Kandinsky, Corot, Rousseau, Sisley, Pissarro, así como otros menos conocidos. La baronesa tiene especial interés en promover a los artistas españoles, por ejemplo, Darío de Regoyos (1857-1931).
Del impresionismo... parte de los precedentes de este estilo, luego sigue con su difusión propiamente dicha, y el impresionismo tardío. Continúa con una de las ramas que de ellos surgen de 1885 a 1895, concretamente la que supone Gauguin y la escuela de Pont-Aven. Entra al siglo XX mediante dos movimientos, el de París, los Fauves, y el de Alemania, el expresionismo alemán, respresentado con obras de los grupos Dresde-Berlín configurado por el Die Brücke, y el Munich-Colonia, con el Der Blaue Reiter, en el que concurren algunos artistas rusos. La exhibición, apuntó Llorens en rueda de prensa, termina con Kandinsky pero antes de que desarrollara la abstracción. Lo que aquí se ven son las raíces del arte moderno, con el impresionismo como centro de ese periodo.
La muestra empieza con La muerte de Atenas, de Rodin, ya que la colección se inició a principios de siglo cuando el industrial alemán August Thyssen se acercó al francés con el afán de formar una colección de escultura. El proyecto se quedó en ciernes, sin embargo la idea general de una colección fue retomada por su hijo y nieto, respectivamente. En 1992, el Museo Thyssen-Bornemisza abrió sus puertas con cerca de 800 piezas en Madrid y al año siguiente el Estado español adquirió la colección. Empero, la baronesa Carmen continuó comprando obra. Las seis esculturas de Rodin habían quedado en otra rama de la familia y fueron adquiridas por el actual barón hasta los años setenta.