MARTES 1o. DE AGOSTO DE 2000
* La clausura estuvo a cargo del agrupamiento teatral Circo Raus
Culminó en Cancún la primera versión del Festival Caribe Internacional
* Acrobacias de 21 actores en un proscenio sembrado de claveles, como el de Nelken, de Bausch
* El encuentro abarcará otros lugares de Quintana Roo, anunció el gobernador Hendricks
Pablo Espinosa, enviado, Cancún, QR, 31 de julio * Con La dádiva de la eternidad, del agrupamiento teatral mexicano Circo Raus, concluyó la noche de este domingo la primera versión del Festival Caribe Internacional.
Antes del espectáculo, tres discursos concurrieron en el proscenio: Ramiro Osorio, director de esta nueva época de las festividades anuales caribeñas, refrendó el objetivo del encuentro: ''Hace cuatro meses, cuando empezamos a preparar este festival, nos propusimos una programación de excelencia que nos rescatara el Caribe en su diversidad cultural y al mismo tiempo los mejores espectáculos de otras regiones del mundo. Así, hemos presentado en estos seis días 90 espectáculos, con montajes y producciones de altísimo nivel".
Enseguida Rafael Tovar y Teresa, presidente del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, resumió: ''Esta zona, que para México es la tercera frontera, merece un festival de esta gran calidad''.
El gobernador Joaquín Hendricks, a su vez, aclaró que esta noche de clausura marca el fin apenas ''de una primera etapa, pues dada la demanda de los quintanarroenses, a partir de ahora este festival se extenderá a otros lugares para que ningún municipio de Quintana Roo se quede sin festival". Así, las actividades se prolongarán hasta el 6 de agosto.
Público respetuoso y aguantador
En la noche de clausura en Cancún se ofreció un trabajo decepcionante. Circo Raus ha sustentado en tiempo reciente un prestigio ganado a pulso. La calidad de sus anteriores espectáculos contrasta, empero, con la pobreza de conceptos, ideas, propuestas sólidas, oquedad que acusa La dádiva de la eternidad, pues deja mucho que desear desde su mero título.
Se trata de un montaje costoso, apresurado y hueco. Una gran estructura metálica, de 24 metros de largo por 12 de altura, sobre, desde, bajo, dentro de la cual 21 actores realizan acrobacias, que se extienden hacia un amplio proscenio sembrado de claveles, idea copiada tal cual del espectáculo precisamente titulado Nelken (Claveles, en alemán) de la señora Pina Baush, además de acciones inclusive junto al público.
Fue un espectáculo gratuito por dos razones: porque no se cobró la entrada y porque la mayoría de las escenas, salvo un par de ellas, carecen de sentido, de fundamento, de cables a tierra.
En la plaza de la Reforma, contigua al palacio de gobierno cancunense, un público empero atento, respetuoso, aguantador, soportó una larga espera entre que terminaron los discursos, que fueron breves y el tiempo que tomaron los actores en aparecer en escena, que fue interminable (sólo unos cuantos privilegiados fueron dotados de silla, el resto, permaneció de pie) y presenció los 40 minutos que dura el espectáculo, que incluye un salto mortal desde 9 metros de altura, cuatro desnudos integrales, ocho pechos al aire, una cantante que vocaliza por encima de sonoridades electrónicas y música onda Enigma y esos rollos, además de algunos numeritos que por su atrezzo y actitudes recordaron a una parte del público escenas del nuevo capítulo de La guerra de las galaxias y otras de la película Dinosaurio de Walt Disney. Riesgos que corren los teatristas cuando quieren ser ''profundos".
Entre el público, el ex presidente Miguel de la Madrid, un político que esa misma mañana se había podido dar el lujo de bañarse en una playa pública y pasar inadvertido, el pintor colombiano Omar Rayo, el maestro Juan Soriano, Javier Wimer y otros distinguidos invitados especiales. También, amas de casa y muchachitas que reían nerviosas ante los desnudos masculinos en escena.
Al final, el gustado numerito de los fuegos de artificio: prodigios en el cielo que producen azoro y fascinaciones instantáneas boquiabiertas. En altavoces, el infaltable Huapango, de Mon Callo (traducción apócrifa al francés del nombre verdadero: Moncayo)
Uno de esos fuegos de artificio tenía un letrero: los esperamos el próximo año. Se anuncia, de manera extraoficial, dicho sea de paso, la puesta en marcha en el Caribe ahora del esquema conocido, y de éxito probado, de la serie de Festivales Ciudad de México que dirigió Ramiro Osorio hace algunos años: esta diversidad de las artes, siempre en niveles de excelencia y su complementación con un mercado de las artes, además de la organización de una Bienal de Arte. Por lo pronto, este año y con sólo cuatro meses para preparar esta versión, se gastaron, ''invirtieron" es el término que utiliza el gobernador Hendricks, 16 millones de pesos.
Mientras, Cancún sigue creciendo.