MARTES 1o. DE AGOSTO DE 2000

* Ya no se domesticarán las protestas, asegura


Fox deberá pagar agresiones que

desde 1982 sufre el campo: CAP

* El panista enfrentará una agrupación muy activa: UGOCP

Angélica Enciso /II y última * Ante la llegada de Vicente Fox a la Presidencia, las organizaciones campesinas oficiales e independientes, agrupadas en el Congreso Agrario Permanente (CAP) y que antes del 2 de julio hicieron un llamado para que ejidatarios no votaran por el PAN, anunciaron que "redoblarán los esfuerzos de organización, movilización y resistencia, que han mantenido en las condiciones más adversas".

Con la eventual desaparición de la Secretaría de la Reforma Agraria (SRA), las agrupaciones comenzarán a reaccionar. "En este sector los intereses son más fáciles de conjuntar que en otros, y si el gobierno de Fox no tiene la sensibilidad de tomar en sus manos el movimiento dentro de una política económica y social, esto se le va a venir encima", advirtió la especialista Altynai Arias.

Aunque en los últimos años el CAP fue desplazado del diálogo con las autoridades, ya que éstas dieron prioridad a las organizaciones de la iniciativa privada, sobre todo al Consejo Nacional Agropecuario (CNA), aseveraron que "lucharán por mantener e incrementar la interlocución con el gobierno".

En el desplegado publicado en revistas y periódicos nacionales antes de las elecciones, el CAP, formado por 11 organizaciones, señaló que uno de los enemigos constantes, ideológica y políticamente del movimiento campesino agrarista, del reparto agrario, del ejido y de las comunidades ha sido la derecha panista.

El congreso se llamó representante de una "fuerza vigente", compuesta por 28 mil ejidos y más de 2 mil 600 comunidades, por millones de jornaleros y miles de pueblos rurales.

"Manifestamos que el movimiento campesino sí tiene memoria histórica, tiene programa social y tiene organización para enfrentar a sus enemigos, y no vamos a permitir que éstos triunfen, apoyados en las conquistas sociales con las que siempre estuvieron en contra y que combatieron".

El futuro

Ahora, ante el cambio de régimen y de interlocutores, la preocupación se hace presente en dirigentes tanto priístas como independientes. "Es evidente que con el nuevo gobierno no puede ser igual que con el viejo, antes había grandes limitaciones y desviaciones, pero también había aciertos, por lo menos nos recibían y escuchaban, si no nos hacían caso, ya era otra cosa", explicó Ignacio Irys, de la Comisión Organizadora de la Unidad Campesina (Coduc).

Aunque otros líderes rechazaron que exista temor, ya buscan establecer alianzas con otras agrupaciones y legisladores para "hacer valer las demandas del movimiento, del sentido del ejido y de la propiedad social, así como evitar que haya retrocesos", advirtió Margarito Montes, de la Unión General, Obrera, Campesina y Popular (UGOCP) y coordinador en turno del CAP.

Aseguró en entrevista que con el nuevo partido en el poder, "conociendo al PAN que es reactivo a la propiedad social y a las organizaciones, el movimiento campesino enfrenta una situación más complicada que la que hoy existía. Además a Fox le tocará pagar las agresiones que ha cometido el gobierno federal, desde la gestión de Miguel de la Madrid, contra la propiedad social y el ejido".

"La propia Confederación Nacional Campesina (CNC) tendrá que cambiar, y como ya no tendrán al presidente como atadura, eso va a originar una gran movilización campesina. El futuro Ejecutivo enfrentará un movimiento campesino muy activo, mucho más exigente y ya no se domesticarán las protestas como en el pasado", agregó.

Por su parte, Luis Meneses, ex dirigente de la Unión Nacional de Organizaciones Rurales Campesinas Autónomas (UNORCA), consideró que los organismos deben restructurarse y fortalecer el trabajo en las localidades y en las regiones. "ƑQué va a pasar con el subsidio gubernamental hacia las agrupaciones? Se debe transparentar y también la relación con el gobierno".

Entendemos, abundó, la organización social como de interés público, porque así lo decidieron quienes se afiliaron a ella, "se debe hacer trabajo de interlocución de las bases de la agrupación con las autoridades gubernamentales. Esa actividad la hacemos y ha quedado establecida en los convenios suscritos con las secretarías de Agricultura y de la Reforma Agraria".

Estimó que ahora los desafíos son hacer de la autonomía un hecho real, tanto en lo económico como en la representación política; la relación con los diferentes niveles de gobierno y con las autoridades federales, la discusión de las políticas públicas del campo.

Con relación a la descentralización de recursos públicos que anunció Vicente Fox, Meneses recordó que esto ya comenzaba a presentarse y ya se había empezado a dar el peligro de que se desarrollaran caciquismos de todo corte, "pero la organización debe enfrentar esos caciquismos y hacer que los recursos públicos lleguen directamente a la gente".

Alvaro López, de la Unión Nacional de Trabajadores Agrícolas (UNTA), consideró que el panismo puede llevar adelante propuestas contrarias al campesino, como la desaparición de la SRA, y una ofensiva contra el ejido y la comunidad. Lo que se pide, agregó, es que respeten las políticas sociales del campesinado que están plasmadas en el artículo 27 y que dan un marco político y jurídico a la tenencia de la tierra.

Las organizaciones priístas

Como oposición, la CNC, el bastión del PRI en el campo que afirmó haber logrado 6 millones de votos para Francisco Labastida, anunció que la prioridad frente al gobierno de Fox será mantener las conquistas sociales, no dar tregua ante la pobreza y desigualdad en el campo, impulsar los programas productivos y hacer la defensa dentro del margen de la ley y el derecho.

"Los cenecistas proponemos la creación de riqueza y el reparto justo y equitativo de la misma. No queremos ni podemos fincar el éxito de las grandes cuentas nacionales sobre las espaldas de los pobres", señaló hace unos días su dirigente Heladio Ramírez.

Ahora, esta organización asume que el CAP es "esencial" en la integración de la organización campesina y a partir de septiembre, de acuerdo con el rol que el congreso tiene establecido, el cenecista será el coordinador.

Los últimos cuatro meses del año, en los que la CNC coordinará el CAP, serán cruciales para el sector, según señalan los mismos dirigentes. Está prevista en el Senado la discusión de la Ley de Desarrollo Rural, el Presupuesto de Egresos para el año próximo y el Plan Nacional de Desarrollo, además de las movilizaciones que tienen previstas.

En tanto, Humberto Serrano, líder de la Confederación Agrarista Mexicana (CAM), expresó su preocupación porque "las organizaciones del PRI estamos en crisis. Vimos que en la realidad no opera el corporativismo, la CNC siempre salió privilegiada en los puestos de representación popular. Ahora tendremos que igualarnos y cada una tendrá que hacer valer su peso político para tener presencia, y los privilegios de que gozaba la CNC tendrán que cancelarse".

Otras agrupaciones del CAP son la Unión General de Obreros Campesinos de México, la Central Campesina Cardenista, la Central Campesina Independiente, la Central Independiente de Obreros Agrícolas y Campesinos, y la Alianza Campesina del Noroeste.

ƑQuiénes son los nuevos interlocutores?

 

Durante el gobierno de Ernesto Zedillo, la importancia del CAP decreció con respecto al periodo salinista. En esta administración prácticamente sirvió para que sus integrantes negociaran los escasos proyectos y apoyos que todavía les otorga el gobierno, "no pudo presentar ninguna iniciativa novedosa que pudiera levantar su imagen frente a los campesinos y fortalecer su posición negociadora con el Estado", consideró por su parte el investigador de la UAM, Horacio Mackinlay.

En entrevista, estimó que en este periodo el CAP "se afianzó como la organización más importante interlocutora del gobierno en torno a las políticas públicas sectoriales, prácticamente monopolizó la representación de los productores, ya que es la única en ser tomada en cuenta seriamente".

Otras agrupaciones independientes, como la Red Mocaf, buscan una reagrupación del movimiento campesino, dejando de lado las relaciones clientelares y que permitan replantear la interlocución con el gobierno.