MARTES 1o. DE AGOSTO DE 2000
De la oposición al poder
* Alberto Aziz Nassif *
Por primera vez en su historia el Partido Acción Nacional se convierte en la fuerza política gobernante, después de más de sesenta años de ser oposición. Haber ganado la Presidencia de la República significa un cambio radical para el PAN, no sólo porque es su oportunidad para demostrar que puede hacer un buen gobierno y dar respuesta a grandes problemas del país (pobreza, desigualdad, desarrollo sustentable, justicia, seguridad), sino además, porque se juega una parte importante del capital político que ha acumulado a lo largo de décadas. El tránsito de la oposición al poder es una prueba de fuego para cualquier político.
El PAN no empieza de cero, cuenta ya con una larga experiencia legislativa, hasta el 2 de julio gobernaba seis estados y cientos de municipios; sin embargo, el hecho de tener la Presidencia de la República, en un país donde este poder concentra y define una parte sustantiva de los recursos y capacidades del poder, implica necesidades y cambios sustantivos. El PAN es básicamente una institución de cuadros, con reglas y tradiciones fuertemente institucionalizadas, tanto para ingresar al partido, como para ser candidato o dirigente. En las últimas dos décadas, a partir de que el panismo empezó a ganar puestos de elección popular, el partido no siempre ha sabido dar el paso de la oposición al gobierno. El PAN pasó en unos cuantos años de ser un instituto político muy estable, y con una tendencia dominante hacia la política como práctica de principios, con una clara identidad opositora frente poder, a un partido que le cuesta trabajo acompañar a sus gobiernos, ser una institución más incluyente y aceptar el pragmatismo que implica la práctica de gobierno. Quizá a ello se deba el que todos los gobernantes panistas son parte de una generación nueva y no sus históricos cuadros tradicionales.
Entre los principales retos que enfrentará el PAN como partido gobernante está la relación del partido con el presidente de la República, la cual se dará de forma más visible entre el Congreso y el Poder Ejecutivo; además de que el presidente no contará con una mayoría parlamentaria, tendrá que negociar con un panismo con el que ha tenido diferencias; los coordinadores parlamentarios no son cercanos a Vicente Fox. La pregunta es: Ƒcómo hacer compatibles las reformas que necesita el país, que tendrán que ser producto de un amplio consenso con las otras fuerzas políticas, con la agenda del partido? Otro reto será, sin duda, el perfil del partido, por ejemplo, cómo dejar de ser una institución con estrechos controles de ingreso y cuadros rigurosamente seleccionados, y transformarse en una institución gobernante, con mayor capacidad de inclusión en sus filas. ƑCómo resolver la gran afluencia de ingreso, que seguramente tendrá el PAN, con los estrechos perfiles que todavía hoy tiene el partido? Para decirlo de otra forma, Ƒqué tan compatibles son los amigos de Fox y el PAN? Durante toda la campaña electoral los adversarios de Vicente Fox argumentaron que el candidato se había impuesto al partido. Esta idea, que se puede discutir y que en el fondo considero que es falsa, expresa uno de los retos significativos que tendrá que resolver el partido: su identidad. Si el PAN decide mantenerse como un partido con perfil opositor al gobierno, experiencia que ha sucedido en varios estados, con el objetivo de mantener su autonomía, seguramente habrá problemas importantes para consolidar los cambios y conservar el poder.
El cambio de la oposición al poder implica la difícil tarea de hacer un manejo equilibrado entre los incentivos colectivos, que un partido opositor puede establecer sin gran dificultad para mantener su identidad, y los incentivos particulares, que necesita para un ejercicio eficiente del poder. De ahora en adelante, el costo, la responsabilidad del gobierno los tendrá el PAN. El partido no puede colgarse como un mero apéndice del gobierno, porque correría el riesgo de repetir la trágica experiencia del PRI, pero tampoco puede dejar de apoyar activamente. Del equilibrio que se logre entre partido y gobierno, dependerá su futuro como opción política
Finalmente, hay un problema importante que tendrá que ser resuelto entre el partido y el gobierno: durante décadas el panismo ha tenido un discurso opositor que hoy tendrá que convertir en políticas públicas; sin embargo, millones de votos que se hicieron por Fox como una opción plural de alternancia, no comparten diversos objetivos del PAN, por lo cual tendrá que haber un ajuste para tener el proyecto de país que responda a la convergencia política amplia que ganó el 2 de julio. *