MARTES 1o. DE AGOSTO DE 2000

ƑPlan Marshall para Chiapas?

 

* Marco Rascón *

Hay que reconocer que Vicente Fox engañó con la verdad. Dijo que iba a ganar y ganó, que no necesitaba de los votos del PRD y no los necesitó. ƑSerá lo mismo con Chiapas? ƑQué significan los 15 minutos? ƑUna firma en un acuerdo con el EZLN o una decisión de inversión financiera?

El tema Chiapas y el tiempo de solución comprometido por Fox han llamado la atención, particularmente de la izquierda y el PRD, quienes nos mofamos de los 15 minutos, luego de saber que la realidad en Chiapas no ha cambiado escencialmente en 500 años. El régimen surgido de la Revolución Mexicana pactó con finqueros y ganaderos tradicionales y los autonomistas coletos que desde el siglo pasado acariciaron la idea de una república independiente y el separatismo.

Para la izquierda el punto de definición es el retiro del Ejército a las posiciones cuartelarias de enero de 1994 y la firma de los acuerdos de San Andrés por el Ejecutivo federal y éste los presente al Congreso, siguiendo la costumbre de los fast tracks presidencialistas de la era priísta ante el Poder Legislativo. Esta misma exigencia, sin cambio, se ha extendido a Fox y el nuevo gobierno.

En lo político, el punto es inamovible y más cuando a los acuerdos ya no se les puede cambiar "ni una coma", pero esto no exenta de que la nueva ola neoliberal, tenga un nuevo esquema para Chiapas y para todo el sureste mexicano a partir de la nueva política petrolera y las obras de comunicación en el istmo de Tehuantepec que transformarán radicalmente la región.

Para nadie es un secreto que tanto Tabasco como Campeche y Chiapas, además de albergar riqueza, acumulan destrucción económica local, en la ecología y las condiciones de vida, a partir de la intensificación de la explotación irracional de sus recursos naturales. En el sureste se viven las consecuencias de una guerra que impuso un nuevo modelo económico, compatible con la globalización, y ahora liberado el viejo candado de una estructura política obsoleta, intensificará su ofensiva al servicio de los nuevos intereses económicos triunfantes.

En la derrota, la izquierda se mantiene bajo el esquema de que en Chiapas se intensificará la militarización y no se ven las implicaciones económicas del cambio político en la región, como la preparación de una amplia ofensiva de inversiones privadas a través del Grupo Pulsar que dirige Alfonso Romo y que desde hace ya cinco años hace punta en Chiapas, será el respaldo al gobierno local de Pablo Salazar apoyado por el PAN y PRD. Esto implica un rompimiento con el sector tradicional, racista, ultraconservador y coleto de finqueros y ganaderos, que son el soporte de la estructura paramilitar en Chiapas y los causantes directos del atraso, pero también una nueva cadena de dominación y nuevas formas de explotación maquiladora.

El neoliberalismo tiene sus propias razones para sustituir la tradicional estructura política y económica de Chiapas, simplemente por no responder ya a las necesidades del mercado. Chiapas es en ese caso un reducto del PRI que será arrasado y se convertirá en una fuerza en resistencia y hasta esgrimirán la consigna de la "liberación regional". Ese podría ser el nuevo esquema que estará armando Fox, el cual sí engaño a los adversarios al presentarse como un ranchero provinciano y ser en realidad un cuadro de la visión trasnacional y la visión de vanguardia de los intereses estadunidenses en México.

El esquema simplista para la izquierda puede costar otra derrota mayor si no se atiende ni se preparan las herramientas teóricas y políticas para estar delante del nuevo modelo, pues el neoliberalismo es sobre todo velocidad una vez que tiene abiertas las condiciones para imponerse, y en Chiapas y el sureste pareciera que se han conjuntado todas.

El fenómeno futuro, más que de carácter militar, está diseñado a ser una ofensiva económico-financiera de gran envergadura, a la centroamericana. De ahí que las fuerzas populares, campesinas e indígenas deberían estar preparadas y fortalecidas para luchar por protagoniozar como interlocutores en el nuevo esquema, ya que la lucha democrática y la defensa del voto eclipsan las demandas de justicia y derechos sociales. En Chiapas hay tres guerras: la religiosa, la agraria y la indígena, y el neoliberalismo foxista va con una estrategia de conjunto, un Plan Marshall como el que llevó la inversión estadunidense a Europa al final de la Segunda Guerra y que permitió ganar amplios espacios de control económico e influencia al imperialismo. El Ejército mexicano, defensor de finqueros, ganaderos y paramilitares priístas, hoy será utilizado para defender el nuevo esquema de inversión financiera global para Chiapas y el sureste. *

 

[email protected]