MARTES 1o. DE AGOSTO DE 2000
* González Souza alerta sobre la elección chiapaneca
Busca sindicato de gobernadores torpedear la transición en el país
* La Asociación Paz con Democracia pide poner freno a esa mafia
María Esther Ibarra * El llamado sindicato de gobernadores del sureste, encabezado por Roberto Madrazo Pintado, tratará de utilizar las elecciones en Chiapas para erigirse en un "grupo de choque", encaminado a "torpedear" el proceso de transición del país y "demostrar que sigue existiendo la fuerza caciquil del PRI", advirtieron integrantes de la Asociación Paz con Democracia.
"Si se deja a Roberto Albores y a ese grupo de gobernadores hacer de la suyas, se convertirán en un cáncer para toda la salud democrática del país y para cualquier perspectiva de gobernabilidad", señaló Luis González Souza.
Y planteó que tanto Ernesto Zedillo como Vicente Fox "están obligados a no permitir que el avance histórico del 2 de julio se pierda con la reaparición de este grupo primitivo de gobernadores".
Si bien consideró que ayudaría que la comandancia del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) emitiera un comunicado similar como lo hizo la víspera de los comicios electorales del 2 de julio, estimó que tampoco es indispensable. "No es fácil llamar a votar a las comunidades zapatista, no sólo porque va contra su cultura para elegir a sus autoridades, sino también por el completo cerco militar existente en la zona de conflicto", comentó.
"Lo importante es frenar el denominado sindicato, que es un monstruo herido que está cobrando fuerza, un bastión de la narcopolítica, una mafia en contra del proceso de transición del país, por lo cual es necesario desactivar ese cáncer a través de permitir un proceso electoral limpio en Chiapas", manifestó en entrevista, luego del llamado que hizo la Asociación Paz con Democracia para vigilar los comicios en esa entidad, a efectuarse el 20 de agosto.
A nombre de esa organización no gubernamental, Miguel Concha Malo leyó un comunicado, en conferencia de prensa, en el que se pone de manifiesto que las elecciones en Chiapas tienen particular importancia para el establecimiento y la consolidación de una paz con democracia en ese entidad y en todo el país.
Sin embargo, sus integrantes advirtieron que en ese estado los comicios se han desarrollado de una manera "poco clara, confiable y transparente, e incluso de forma fraudulenta, situación que imperó" durante las elecciones del pasado 2 de julio.
"Como ha sido revelado ampliamente por distintas organizaciones sociales y ciudadanas, observadores nacionales y extranjeros, ese día culminó en Chiapas una basta operación de coacción y violación del secreto y la libertad del voto, mediante la utilización partidaria de los programas de combate a la pobreza, la presión, la intimidación y la manipulación", destacaron.
El aumento de efectivos del Ejército Mexicano ų11 mil más se han incorporado, aseguró González Souzaų y la presencia de la Policía Federal Preventiva en la zona de conflicto "son signos de que el gobernador Roberto Albores y el sindicato de gobernadores del sureste no desistirán de continuar con ese tipo de prácticas ilegales para querer demostrar la fuerza caciquil del PRI", lamentaron.
Ante eso, desestimaron que el Consejo Estatal Electoral pueda garantizar unas elecciones confiables y transparentes que aseguren la tranquilidad y los condiciones para la paz. "Ese organismo está integrado por gente de Albores, quien anda suelto al igual que los más de 25 grupos paramilitares que actúan en diferentes zonas de Chiapas", acotó Luz Rosales, secretaria ejecutiva del Movimiento Ciudadano por la Democracia.
Descartó que aun cuando el PRI perdió el "control político central del país", gobernadores del sindicato como Albores, Madrazo y José Murat "continúan fuertes, además de que andan sueltos y muy aguerridos". Por eso, Chiapas "puede ser para ellos un núcleo importante para defender el sureste del país, como un coto de poder del priísmo", dijo.
Aunque subrayó que el escenario es muy delicado por la ola de violencia e intimidación en el estado y el temor de la gente a acudir a sufragar, anunció que el Movimiento Ciudadano por la Democracia trabajará para promover y defender el voto de la ciudadanía, en particular en las comunidades indígenas.
Rosales estimó entre 500 y 600 el número de observadores que vigilarán los comicios, pero al igual que el resto de los integrantes de Paz con Democracia confió en que otras organizaciones y miembros de la sociedad civil se sumen a esa tarea para garantizar un proceso electoral transparente y limpio.