LUNES 31 DE JULIO DE 2000
* Miguel Angel, un pequeño indígena mixe, es víctima también de la indiferencia
Cita Teletón dentro de tres años a niño con parálisis y ceguera
* Su madre, vendedora de chicles en la calle, no pudo comprar medicinas para atenderle una fiebre
Bertha Teresa Ramírez * A los ocho meses de edad Miguel Angel, indígena mixe del estado de Oaxaca, sufrió el enorme peso de la indiferencia. A su corta edad ha quedado con parálisis cerebral e invidente, debido a que la falta de recursos impidió a su madre, Carmen Anastasio Germán, recurrir a un médico particular cercano a su casa, pues no tenía dinero para cubrir la consulta y el costo de la receta médica para atender las altas temperaturas que enfrentó el niño durante cuatro días.
Cuando Carmen se dirigió al médico, quien le cobró 50 pesos por la consulta, éste le dijo que ya no había solución al problema tan avanzado del niño, que ya no podía hacer nada por él, por lo que la envió a la Unidad Médica Moctezuma, en donde ingresó el 24 de febrero a los ocho meses de edad.
Más de 96 horas se tardó Carmen en reunir 200 pesos, pidiendo limosna en los cruceros de Río Consulado y Eduardo Molina, y Cuauhtémoc y Viaducto para poder llevar a su hijo a un doctor particular. Como es común entre los indígenas que a diario llegan a la ciudad procedentes de algún municipio olvidado de esa entidad, Carmen, madre soltera de 22 años de edad, ignoraba que alguna institución pública podía haber atendido al menor para evitar que las altas temperaturas le dejaran secuelas, como las que ahora han dejado a Miguel Angel, con apenas un año y un mes de edad, en un estado de absoluta discapacidad mental y física.
En el cuartito que renta en Los Reyes La Paz, a donde prácticamente solamente llegan a dormir, Carmen relata que dejó la comunidad de San Jorge Nochita luego de que el huracán Paulina devastara la comunidad y acabara con sus casas, siembras y el poco ganado que tenían.
La historia
"Soy de San Jorge Nochita, mi niño empezó con la pura calentura, diarrea, bronquitis, lo llevé al médico, me dieron una receta, se le quitó pero recayó. No tenía dinero para ir otra vez al médico, me tardé como cuatro días pidiendo limosna para conseguirlo, porque en la casa a la que acababa de entrar a trabajar la señora no quiso prestarme, pues hasta que no cumpliera la semana me pagaría. Fue hasta entonces que le compré las medicinas, que había recetado el doctor, pero ya fue demasiado tarde para cuando se lo llevé. Me dijo que el niño estaba muy grave y que fuera a la Unidad Médica Moctezuma".
El niño ingresó en ese nosocomio el 24 de febrero con un cuadro de ocho días caracterizado por fiebre, tos, diarrea, dificultad respiratoria, cianosis, paro cardiaco, deterioro neurológico con presencia de eventos convulsivos, establece la ficha clínica que expidió el nosocomio. Días más tarde, Carmen se dio cuenta que también había perdido la vista porque cuando le mostraba los juguetes con los que solía entretenerse ya no los seguía con la mirada.
Muy triste nos muestra las fotos del pequeño, quien antes de las fuertes temperaturas ya se podía parar, "era muy risueño y ya podía sostener su mamila", dice en medio de sollozos.
Así, con el menor cargado con un reboso sobre sus espaldas, sale todos los día igual que el resto de la familia a los cruceros para vender chicles. Si no lo hace no tiene para comer y debido a ello le queda muy poco tiempo para llevar a su hijo a las terapias que necesita.
Con la esperanza de que su niño "vuelva a ver", fue a Nochita para que los curanderos del pueblo "lo curaran de espanto", pero "no lo aliviaron".
La ayuda de Mónica
Fue en el crucero de Cuauhtémoc y Viaducto que Mónica Alonso, una ciudadana "común y corriente", como ella se define, se encontró a Carmen vendiendo chicles y la vez pidiendo ayuda para comprar surtir otra receta. Desde su vehículo alcanzó a ver que el niño no parecía tener una gripe como lo aseguraba Carmen. "El niño se veía muy débil, noté que no podía sostener la cabecita. La llevé a ver a mi pediatra, nos dijo que tenía trastornos neurológicos irreversibles a causa de las altas temperaturas que sufrió".
Cita a largo plazo
Lo primero que se le ocurrió fue pedir ayuda al Teletón. Durante varios días llamó para ver si podían recibir al niño, sólo respondía una grabadora. Tras varios intentos, al cuarto día una persona contestó, "me dijo que no podían ayudarme, que lo único que podía hacer era darme cita para dentro de tres años".
De nada sirvió que le suplicara, que le explicara que Carmen es indígena, que no tiene recursos, que su hijo depende totalmente de ella, que necesita terapias. "Fríamente sólo me respondió que todos los días escuchan cientos de estas historias, y colgó".
Después de mucho ir y venir Mónica y Carmen consiguieron una cita en la Unidad Médica Legaria y buscaron el apoyo del DIF local para que el niño pueda tener un tratamiento que haga posible que al menos no empeoren las secuelas de su trastorno mental, mientras Carmen puede seguir vendiendo su mercancía en la calle.
Como bomba
Uno de esos días de trajín a bordo del vehículo de Mónica, buscando apoyo para el menor, fue que a ambas les cayó "como bomba" la noticia de que gravarían medicinas y alimentos.
De entrada, Carmen advierte: "yo no sé que es eso del Progresa. Para mí sería más difícil que subieran los precios de las medicinas, quisiera que mi hijo recupere la vista. Es muy difícil tener un hijo que no ve, que no habla, que no se sienta, que lo único que sabe es llorar y al que todo el tiempo debo cargar".
Mónica agrega: "preocupa que a personas como Carmen se les dificulte aún más comprar medicamentos --sí ahorita es bien palpable-- que no pudieron comprar y que ni saben que existe el Progresa u otras instituciones que los pueden ayudar, sería mas difícil para ellos que aumentaran los precios de las medicinas, necesitábamos que un medio de información nos escuchara".
Contra el IVA a medicinas
La directora general del DIF, Isabel Molina Warner, calificó de preocupante la intención de cobrar el IVA a medicinas y comida. Dijo que actualmente, aún sin el cobro del IVA, ya las medicinas resultan inaccesibles para una buena parte de la población, mientras que el DIF recibe diariamente a un sinnúmero de personas que piden apoyo para medicarse y quienes en muchas ocasiones tienen enfermedades muy graves. Señaló que si tuvieran acceso a la medicina se podría prevenir que tuvieran algún tipo de discapacidad o que murieran.
La funcionaria dijo que es absurdo plantear la aplicación al IVA en estas mercancías, dijo que la medida no beneficia a nadie, "no es una medida que, como la trata de plantear el equipo de Vicente Fox, va a beneficiar a las clases pobres porque con el IVA van a darle más dinero a Progresa".
Molina Warner agregó que para empezar habría que preguntar al equipo de Fox cuánto de esto realmente llegaría a Progresa, así como Progresa a cuanta gente llega, "porque tengo entendido que el costo del aparato burocrático de ese programa es altísimo, es un porcentaje muy grande el que se va en los costos de administración, por lo que le llegaría ya a la gente en una cantidad reducida". Añadió que por otra parte las personas con menos recursos son las que menos información tienen para poder defender sus derechos y en este caso poder exigir que se les atienda en ese programa.