DOMINGO 30 DE JULIO DE 2000
* Restructurar programas oficiales, no desaparecerlos, exige la organización
Fin a paternalismo en el agro, plantea central campesina
Carolina Gómez Mena * La Central de Organizaciones Campesinas y Populares (Cocyp) propondrá al virtual presidente electo, Vicente Fox Quesada, termine con la aplicación de políticas agropecuarias "paternalistas, que fomentan la cultura de la mendicidad y la dependencia", en lugar de tender al incentivo de la productividad.
Al respecto, José Socorro Jacobo Femat, presidente del Comité Ejecutivo Nacional de la Cocyp, precisó que dentro de este tipo de políticas de apoyo destacan Procampo, Alianza para el Campo y Progresa, a los cuales calificó de "meramente asistencialistas", y en virtud de esto, consideró que el próximo mandatario no debe desaparecerlos, sino restructurarlos.
Así, dijo que aunque las elecciones del 2 de julio pusieron a otro partido en el poder, esto no necesariamente representará un cambio sustancial en la política agropecuaria que habrá de aplicarse de enero en adelante, pues más que nada representa un cambio de "estafeta".
José Jacobo precisó que los antecedentes de Vicente Fox Quesada evidencian que pertenece al "grupo neopanista", que desde hace más de una década ha impulsado la aplicación de un modelo neoliberal que hasta el momento sólo ha lesionado al agro.
No obstante lo anterior, el dirigente campesino puntualizó que la Cocyp buscará dialogar con Vicente Fox, para presentarle sus propuestas, las que se relacionan con la modificación de la política rural, orientada, particularmente, a que los programas de desarrollo dejen de ser sólo "paliativos".
Sugirió que aquéllos deben rencauzarse hacia el propósito para el que fueron concebidos, es decir, que impulsen la productividad, generen empleo y ayuden a elevar los ingresos de las familias campesinas, a fin de que se acabe con la "miseria y la marginación en que vive 80 por ciento de la población del campo".
Dijo que en el caso del Progresa, la ayuda de 350 pesos al mes no hace más que lesionar la dignidad campesina, pues sólo tiende a "generar mendigos de una necesidad en la cual el propio neoliberalismo ha sumido al sector", lo que se traduce en falta de trabajo, oportunidades y buenos precios para los productos agrícolas.
En tanto, indicó que Procampo, que apoya con 738 pesos por hectárea al mes, tampoco cumple el objetivo inicial, porque actualmente el monto de la ayuda no corresponde a los 100 dólares propuestos, lo que representa una reducción de casi 30 por ciento respecto del valor original fijado en 1992, y que a ello se suma que generalmente llega a destiempo (a mitad o a fines de la cosecha).
Asimismo, la Cocyp estima que fuera de ser asistencialistas, son también coercitivos, ya que no contribuyen al establecimiento de una democracia plena en los núcleos ejidales y comunidades, debido a que los procesos de selección son burocráticos y no siempre equitativos.
Ante esto, la agrupación campesina concluye que el próximo gobierno que encabezará Fox debe modificar la aplicación de estos programas, sus montos y acceso, así como considerar tanto a la pequeña como a la mediana propiedad, sobre todo a los ejidatarios, "ya que es ahí en donde está la mayor miseria".
De igual forma considera que a lo anterior debe agregarse una reactivación económica que dinamice el sistema financiero para el campo. En este punto mencionó que Banrural no cumple la misión para la que fue creado, ya que sólo otorga créditos a la gran propiedad.