CASO POSADAS: INVESTIGACION FRACASADA
Más de siete años después del asesinato, en el aeropuerto internacional de Guadalajara, del cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo, las investigaciones para esclarecer ese crimen se encuentran en un callejón sin salida. Luego de que el grupo interinstitucional -la instancia conformada en 1998 por representantes gubernamentales y eclesiásticos para encargarse de las indagaciones de este caso- presentara ayer su informe final, quedó claro que ni siquiera entre sus integrantes existen acuerdos sobre cuáles fueron las circunstancias en las que se perpetró la balacera que costó la vida al prelado.
Mientras la Procuraduría General de la República y los obispos Luis Reynoso (de Cuernavaca) y José Luis Fernández Arteaga (de Chihuahua) validaron la hipótesis de que el cardenal Posadas fue victimado como consecuencia de una confusión durante un tiroteo entre pistoleros de los narcotraficantes Joaquín Guzmán Loera y de los hermanos Arellano Félix, el gobierno de Jalisco y el cardenal Juan Sandoval Iñiguez -sucesor del religioso asesinado- concluyeron que el homicidio fue el resultado de una acción premeditada y no de "la inercia de un enfrentamiento entre bandas antagónicas de narcotraficantes", como sostiene la PGR desde el inicio mismo de las pesquisas, en 1993.
En primer lugar, ha de señalarse que la existencia de hipótesis divergentes y contradictorias en este caso no sólo pone de manifiesto el fracaso de las averiguaciones -la sociedad sigue sin conocer a cabalidad las circunstancias y los motivos del asesinato de Posadas- sino que evidencia las profundas diferencias de criterio que, sobre este particular, existen tanto entre las autoridades judiciales federales y de Jalisco, como entre la misma jerarquía eclesiástica.
Por otro lado, resulta reprobable que la PGR considere que el caso se encuentra prácticamente cerrado cuando subsisten tantas incertidumbres y no ha podido dilucidarse qué fue lo que realmente sucedió en el aeropuerto de Guadalajara.
Dar por terminada una averiguación que, desde sus inicios, estuvo plagada de inconsistencias y contradicciones y que no ha aportado todavía resultados satisfactorios en poco contribuye a restablecer la confianza de la ciudadanía en las instancias de impartición y procuración de justicia del país y, en cambio, sólo ahonda el descrédito de esas instituciones y acrecienta las suspicacias y la irritación entre la sociedad. El fracaso del grupo interinstitucional, y en concreto el de la PGR, resulta por demás evidente.
|