JUEVES 27 DE JULIO DE 2000

 


Ť Katheen Bruhn Ť

Los tres acertijos del PRD

En los cuentos de hadas, como en las telenovelas, todo termina con una boda y la prometedora frase: "vivieron felices para siempre." No se menciona allí si el novio roncaba, o si la novia solía comer galletas en la cama, o si los niños resultaron ser feos. En la vida real no se puede terminar el cuento con la boda. Hay que levantarse con la cruda del día siguiente.

Y así le va a pasar a un tal Vicente Fox, que el 2 de julio se casó con Mexico, y mañana lo tendrá que cuidar. Dados los inevitables tropiezos, podría todavía pasarle a Fox lo que a Adolfo Suárez en España: tener que entregar la Presidencia a un partido de izquierda, en el 2006.

Al mismo tiempo, los que perdieron a la dama en esta ocasión tendrán seis años para reconquistarla. Para el PRD van a ser años de redefinición y recomposición de fuerzas. Ha perdido no sólo la Presidencia, sino buena parte de sus posiciones legislativas y, por ende, buena parte de su financiamento público.

Pero la inevitable caza de chivos expiatorios que se desató este fin de semana en el Consejo Nacional no resuelve los problemas fundamentales. A lo mejor fue necesario para desahogar las frustraciones, mas no contesta los tres principales acertijos que -como los héroes de los cuentos- tendrá que enfrentar el PRD.

El primer acertijo tiene que ver con la sustitución de Cárdenas como el eje alrededor del cual ha de girar la vida interna del PRD. No eliminarlo como figura importante, que sigue siendo, pero desplazarlo del centro que ha ocupado hasta ahora. Aquí, la pregunta no es sólo quién -o quiénes-, sino cómo. En las nuevas circunstancias financieras del PRD, se hará cada vez más difícil pagar los costos de las elecciones internas. Y por el efecto nocivo de la cuestionada elección para presidente de partido, en marzo de 1999, no faltarán quienes digan que por evitar las broncas internas se deben evitar los comicios también. Pero si se eliminan las elecciones internas, el partido corre el riesgo de convertirse en sectario, cerrado hacia la sociedad, y cada vez más incapaz de recoger y expresar sus demandas. El reto será permitir la más abierta participación posible, sin convertir la participación en única meta partidaria.

El segundo acertijo es cómo gobernar el DF. Nos muestra la gestión de Cárdenas que gobernar el DF es una navaja de dos filos. Ofrece una plataforma nacional, para levantarse o para caerse de él. La estrategia de mantener bajo perfil para evitar las pedradas sirvió mal a Cárdenas. No se levantó, y por eso, se cayó, comparado con las grandes expectativas con las cuales empezó su gestión. Para gobernar una ciudad tan compleja, con tantos problemas serios, se requiere osadía, eficiencia, capacidad de negociación -y un poco de suerte. Quizás la tarea más urgente para el PRD rumbo al 2006 es hacer salir bien este gobierno, a pesar de la falta de dinero, de tiempo, de una administración federal dispuesta a hacerle lucir a Andrés Manuel López Obrador, y la carencia de una mayoría en la Asamblea Legislativa.

El tercer acertijo, de más largo plazo, es la respuesta a la pregunta popular: Ƒqué nos ofrece el PRD? Cárdenas ya no puede seguir siendo sustituto y resumen del programa perredista. Desde que se fundó, el partido del sol azteca se ha pasado de crisis en crisis, de elección en elección. Todavía hace falta una profunda reflexión sobre la naturaleza de la oferta que viene presentando al público, pero una reflexión hacia afuera, hacia la sociedad, en la que participen no sólo los fieles, sino los infieles, los críticos, y hasta los incómodos. Un encuentro social, que pregunte qué se entiende por izquierda y qué se quiere para México. No hay que aceptar todo, pero hay que escuchar todo sin temor y con la mente abierta.

Ya no será posible montar toda una campaña electoral sobre la idea del 'cambio'. Ya se cambió. Ahora, la pregunta es hacia dónde. Y el PRD tendrá que disputar el terreno no sólo al PAN, sino a los restos del PRI y los futuros partidos que podrán surgir. Si mal no recuerdo, los héroes de los cuentos solían buscar ayuda de las criaturas a su alrededor, hasta de las hormigas, que aunque parecían completamente sin poder, lograban salvarlos. ƑSabrá hacer lo mismo el Partido de la Revolución Democrática?