MARTES 25 DE JULIO DE 2000

* Astillero *

* Julio Hernández López *

Sin grandes aspavientos se ha ido instalando como natural la idea de que el nuevo gobierno, el gobierno del cambio, haga suya, o recupere, la política económica neoliberal que han aplicado los tres gobiernos priístas anteriores.

El primer pensionado del país

Las pretensiones de continuismo en materia económica han llegado al extremo de explorar las posibilidades de que personajes como José Angel Gurría y otros más, subsecretarios y funcionarios de menor rango, pudieran continuar en sus encargos actuales (presuntamente sólo durante un primer periodo de transición, que se podría llevar entre uno y dos años, mientras los operadores foxistas establecen las condiciones ideales para el relevo total, sin permitir errores como el de diciembre de 1994, cuando la sustitución de Pedro Aspe por Jaime Serra Puche generó una devaluación supuestamente evitable), o bien que pudieran ser reinstaladas figuras emblemáticas como el propio Aspe (secretario de Hacienda durante el gobierno de Carlos Salinas de Gortari).

El programa económico recobrado

No debe sorprender la identidad en materia económica de los planteamientos de un presunto gobierno del cambio, como sería el de Vicente Fox, con los del régimen que supuestamente se estaría combatiendo y al que en teoría se estaría relevando por caduco e injusto. Recuérdese el sentido reclamo de la cúpula panista a partir de 1989 porque, a su entender, el entonces presidente Carlos Salinas de Gortari les habría robado su programa económico y lo estaría aplicando con un supuesto éxito que en todo caso habría de haber compartido con los aliados a los que escamoteaba las ideas a pesar de que le habían abierto el camino hacia el poder, al legitimar su asunción y luego al deshacer las pruebas del fraude, destruyendo las boletas electorales en aquel lance cuyo recuerdo siempre perseguirá al ex jefe Diego.

El programa económico ha sido ahora recuperado (si es que en realidad alguna vez estuvo en manos distintas). Los coordinadores del equipo de Fox comisionados para los temas de esa índole son Eduardo Sojo y Luis Ernesto Derbez (quien es pariente del comediante Eugenio y, según reportes de prensa, también de Julio Derbez, un personaje siempre ligado a los asuntos de publicidad y otros negocios de Emilio Gamboa). Aun cuando una primera suposición sería la de que han sido nombrados para que luego se encarguen de la secretaría del ramo, la de Hacienda, el foxismo ha puntualizado que no hay tal compromiso. De las primeras noticias que han dado estos nuevos personajes públicos, Derbez y Sojo, no se pueden desprender mayores indicios de cambio que no sean los meramente faciales y los de una intención de mayor energía para aplicar los planes económicos en curso (mayor energía permitida, justamente, por el debilitamiento que se ha infligido a factores políticos priístas --liderazgos sindicales, compromisos corporativos, ataduras clientelares-- que ahora han sido desplazados).

Santiago Levy: el azote (presupuestal) de los pobres

Un garante de tal continuismo neoliberal que poca atención ha recibido de parte de las masas populares, a las que tantos desvelos ha dedicado, es el ya mítico subsecretario Santiago Levy, quien a pesar del segundo nivel de su cargo ha desempeñado un papel de primerísima importancia en el diseño y la aplicación de la política económica del actual gobierno y, como consecuencia de esos lineamientos, en la generación de múltiples conflictos políticos y sociales derivados en esencia del choque entre la concepción tecnocrática del citado señor Levy y el terco comportamiento de la inmensa mayoría de los mexicanos pobres.

Levy ha sido el subsecretario encargado de diseñar el gasto público, los egresos gubernamentales y, en tal condición, ha privilegiado una noción de mercado, de redituabilidad, de competencia y eficacia que le ha llevado a recortar de los presupuestos cuanto fuese posible a fin de alcanzar metas macroeconómicas de bella expresión estadística y financiera, pero de terribles y crudos agravios a las decenas de millones de mexicanos cada vez más miserables. La doctrina Levy es la que ha llevado, entre otras cosas, al despropósito de ahorros que finalmente generaron las condiciones para la prolongada huelga de la UNAM. Los pobres deben mantenerse por sí mismos, ser autosuficientes, producir lo necesario o atenerse a su propia desidia, es parte de las ideas del neoliberalismo delamadridista, salinista, zedillista y ahora foxista. En ese esquema es altamente funcional un hombre como Levy, que obviamente tiene grandes posibilidades de repetir en el cargo en el próximo gobierno federal.

De la sana distancia con el PRI a la insana cercanía con Fox

Otra muestra clara de la íntima relación que han entablado el tercero y el cuarto presidentes del neoliberalismo, Zedillo y Fox, lo ha documentado esta semana la revista Proceso, con un buen ejercicio periodístico que permite hacer votos por que ella misma, la citada revista, remonte las cuestas del neoliberalismo periodístico que, con el uso del color y la recurrencia a la frivolidad y la superficialidad, le han tratado de ganar un espacio que a la revista de Julio Scherer le corresponde por perseverancia, por indepen- dencia y por profundidad. Proceso documenta el hecho de que Zedillo y Fox comparten amigo: Roberto Hernández, el dueño de Banamex. Tanta intimidad hay que escogieron un impresionante y "exclusivísimo" desarrollo turístico de Hernández, en el Caribe, la isla Punta Pájaros, donde habrían estado el Presidente en funciones y su virtual sucesor durante el sábado 8 y el domingo 9 del presente mes.

Obviamente nada se sabe de lo acordado en la privadísima reunión, pero de entonces a la fecha se han producido hechos que parecieran mostrar una fluida concertación entre los dos personajes. Por ejemplo, se formalizó la vigilancia personal de Fox a cargo del Estado Mayor Presidencial; el auditor canadiense Michael Mackey dio a conocer una insípida lista de deudores del Fobaproa que generó la renuncia de Vicente Corta al IPAB que, de no haber estado negociada, habría causado un traspié financiero; la consolidación a bayoneta calada de peones zedillistas en las coordinaciones de las bancadas legislativas priístas (que tendrán como obligación garantizarle a Fox la aprobación de su proyecto de presupuesto de ingresos y egresos); las burdas maniobras contables con las que se dará en los hechos una partida presupuestal a Fox para sus gastos previos a la llegada a Los Pinos, y la aplicación sin tapujos de Zedillo a controlar los intentos priístas de oposición frontal a Fox, con lo cual ha demostrado que la sana distancia que usó con el tricolor acabó en una insana cercanía con los intereses de Fox.

ƑCambio? Ni de amigos, socios o cómplices

Las convergencias caribeñas entre Ernesto y Vicente (prolongación de los Tratados previos a las elecciones del 2 de julio) comprueban lo que los electores hipnotizados por el concepto del cambio no quisieron entender frente a las urnas, a pesar de haber tantas pruebas previas a la vista: la doctrina neoliberal, que ha llevado al país a la peligrosa situación actual de polarización económica y social, es compartida a plenitud por Fox y por Zedillo (y, tras éste, por sus antecesores, Salinas de Gortari y De la Madrid) y las apariencias de cambio que generó el guanajuatense no son sino la nueva forma de encubrimiento del sistema económico y político antes presidido por el PRI y ahora intervenido gerencialmente por Fox y sus amigos, entre ellos los que siempre han estado unidos.

ƑCambio? Sí, de rostros, palabras, estilos, calzado, pero no de doctrina o programa económico. Seguirá habiendo más millonarios y más miserables. Los beneficiarios de las injusticias del régimen seguirán comprando islas llamadas Puntas Pájaros o Pájaros en las...azoteas o en los alambres, como se quiera, y la nación mexicana seguirá siendo despojada de su riqueza en beneficio de unos cuantos. ƑCambio? Ni de amigos, socios o cómplices.

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