* Gritos y susurros: expresiones sociales en Estados Unidos
Protestas contra alimentos genéticamente modificados
La mitad del frijol de soya y una cuarta parte de la cosecha de maíz cultivado en este país son producto de semillas genéticamente alteradas, pero activistas están librando una serie de acciones para protestar contra el uso de esos productos por parte de las grandes empresas. Hace unos días, un grupo de manifestantes no violentos protestó frente a varios supermercados que venden sopa y otros productos de Campbells para exigir a esa empresa que cese de utilizar maíz y soya genéticamente alterados. En Europa, Campbells está obligada por ley a colocar etiquetas en sus productos para informar al consumidor del uso de ingredientes genéticamente modificados, pero la empresa se ha resistido a hacer lo mismo en Estados Unidos.
Ecoterrorismo
Activistas opuestos a la producción y promoción de alimentos genéticamente modificados han destruido cosechas y saboteado centros de investigación involucrados en este uso de la tecnología más de 30 veces en el último año, en lo que sus críticos califican como actos de "ecoterrorismo", según autoridades citadas por The New York Times. La última acción ocurrió hace unos días cuando los activistas destruyeron un pequeño plantío de maíz en Nueva York; otras acciones han incluido hasta el incendio del centro de investigaciones agrarias en Michigan y el sabotaje de otra empresa de investigaciones en Colorado. Los activistas, que se identifican como miembros de organizaciones clandestinas como el Frente de Liberación de la Tierra y Retomar las Semillas, exigen el fin de la aplicación de esta tecnología por sus consecuencias ecológicas negativas.
Frijoles contra el secretario de Agricultura
Los activistas no sólo atacan a las empresas. Este año también han arrojado frijoles de soya (no genéticamente modificados) contra el secretario de Agricultura Dan Glickman, quien ha sido blanco de intestinos podridos de búfalo durante una reciente gira por el Parque Nacional Yellowstone en acciones para exigir el fin del apoyo federal a investigaciones de biotecnología. Según The Washington Post, el secretario de Agricultura ha enfrentado más manifestantes que cualquier otro miembro del gabinete. En una ocasión debió agacharse para evitar que un pie de crema de tofu se fuera a estrellar en su cara. (Jim Cason y David Brooks, corresponsales, Washington)