LUNES 24 DE JULIO DE 2000

* La paz social, en riesgo por estas actitudes, dice


Odio y revanchismo afloran entre políticos: Rivera Carrera

* Critica a medios que inventan para obtener mayor rating

José Antonio Román * Conductas de odio y revanchismo están aflorando últimamente en muchos ámbitos de la sociedad, sobre todo en el sector de la política, afirmó el cardenal Norberto Rivera Carrera, quien dijo que esas actitudes ponen en riesgo la paz social y provocan que no se pueda hablar de progreso y modernidad en el país.

En una carta pastoral publicada en el semanario católico Desde la Fe, el arzobispo primado de México consideró que esos enconos y enfrentamientos sólo revelan que la política no ha sido entendida como servicio al país sino como una plataforma de intereses personales.

Dijo que éstas y otras manifestaciones del mal rompen el equilibrio moral que debe imperar en la sociedad y en cada persona, y ponen en peligro la paz social. Por ello, los católicos ųagregóų debemos actuar con fortaleza cristiana ante los embates del mal, del odio, de la denigración humana y recordando que Cristo es nuestra paz.

El prelado insistió en que la paz social, que con tanto esmero han construido todos los mexicanos y que tanto necesita la sociedad, debe traducirse ahora en concordia entre todos, entendiendo las enseñanzas bíblicas de amar al prójimo.

"Es verdad que los acuerdos políticos, las expresiones sociales y los anhelos individuales pueden nutrir los frutos de la paz y de la concordia humana; pero es más cierto que sólo el Evangelio, en la imitación del ejemplo de Cristo y en la fidelidad a sus enseñanzas, encuentran la tierra fecunda para su crecimiento y maduración".

Rivera Carrera recordó también que aun cuando la humanidad está ya en otro siglo y milenio, al hombre de hoy lo siguen ofuscando y atrayendo, como un imán, las obras del mal; al hombre de hoy le sucede lo mismo que a otros tantos en el curso de la historia: ha perdido el norte de Dios y la brújula de su vida sólo sabe apuntar al centro de su egoísmo, de su vanidad, de su ambición o del placer buscado a costa de todo, muchas veces a costa del sufrimiento y de la dignidad de los demás.

La carta, titulada Arraiguemos la paz, no el odio, insiste en que son múltiples las manifestaciones del mal que acechan a nuestras vidas, que quieren presentarse como lo más natural, cuando en verdad atentan contra la moral o la sana convivencia entre los hombres. El cardenal Rivera se refiere implícitamente a los programas llamados talk shows, los cuales exponen las debilidades humanas a la burla y a la diversión, como si el dolor y el error humano tuvieran ese fin, y no la compasión humana manifestada en la atención humilde y callada a los que sufren.

Señaló que en muchas ocasiones, esos programas son resultado de una "creación artificial" en la que se contrata a actores, con el único objetivo de aumentar el morbo popular y las ganancias ilícitas de quienes patrocinan tales programas. "Tampoco con esto se puede hablar de que hay progreso y modernidad en el país".

Por otra parte, entrevistado en la Catedral Metropolitana al término de su acostumbrada misa dominical, el prelado sostuvo que la economía es flexible y por tanto está sujeta a modificaciones, con lo cual es probable que el nuevo gobierno de la República modifique lo que hasta ahora no ha funcionado, es decir, que lo obsoleto o ineficiente quede atrás o se sustituya para lograr el bienestar de la sociedad.

Subrayó que la economía es algo vivo y que lo que ha funcionado pude seguir adelante, debe progresar y tomar nuevas formas para atender las necesidades del pueblo. Lo mismo debe pasar, agregó, en los otros campos de la administración, como es la impartición de justicia.

Durante su homilía, el cardenal Rivera se refirió a la compasión como una actitud humana y poco apreciada. "Si somos sinceros tenemos que reconocer que hoy la misericordia es una respuesta válida y urgente ante tanta miseria, hambre y desorientación en que viven nuestros hermanos".

Todos y cada unos de nosotros, aunque presumamos de autosuficientes, necesitamos compresión cordial, alguien que nos escuche y nos hable. Señaló que "Jesús es el líder entusiasmante y compasivo que quiere iluminar a los hombres de ayer y hoy sobre los temas medulares de la existencia".