DOMINGO 23 DE JULIO DE 2000
Ť Sección de Ofunam hará sonar la Suite prehistórica
Hoy, tercer concierto íntimo,
con trabajos de Weiner
Ť En el programa, obras de Aslán, Bottesini y Viret
Pablo Espinosa Ť La sección de contrabajos de la Orquesta Filarmónica de la Universidad (Ofunam) ofrecerá este mediodía, en la Sala Carlos Chávez del Centro Cultural Universitario, un programa de atractivo irresistible, pues entre las obras que ejecutarán destaca la Suite prehistórica, de Stanley Weiner, además de un par de tangos, luego de otras obras en combinaciones de instrumentos de cuerdas sustentados en "lo más grave de la Ofunam", como gustan autodenominarse con espíritu lúdico los maestros contrabajistas de la orquesta.
Este concierto es el tercero del ciclo titulado La intimidad de la música de cámara, y que consiste en la actividad solista, en disposiciones instrumentales varias, de los integrantes de la orquesta universitaria. Tan estupenda idea ha rendido frutos ya, pues los anteriores dos domingos el público ha asistido en entusiasmo y número considerables.
Dado el aforo de la Sala Carlos Chávez, 163 butacas, es recomendable llegar temprano (las puertas se abren desde las 11 horas, una hora antes de que inicie el concierto), pues los boletos se agotan. Un buen número de personas ha debido recurrir, en lugar de los conciertos anteriores cuando no alcanzaron cupo, a las otras opciones que ofrece el Centro Cultural Universitario (danza, cine, espacio escultórico...).
Víctor Flores y Alexei Diorditsa Levistky abrirán el programa de este domingo 23, con una partitura de Pablo Aslán: Desde el hondo bajo fondo, título por demás explícito al que seguirán obras de Boni y Bottesini. Luego, un dúo de violines ejecutará una sonata de Prokofiev, a los que se añadirá un contrabajo para una obra de Bor.
La irresistible Suite prehistórica de Stanley Weiner consta de los siguientes movimientos: Paseo del hombre de las cavernas; Romance de Dina y Dinosaurus; Nacimiento del blues; Vals del mamut tropezando.
De Jean Philipe Viret sonará, también con el Ensamble de contrabajos de Ofunam (lo cual es ya de por sí un atractivo sonoro en sí mismo: ocho contrabajos unísonos y en rejuego) una obrita que no necesita llamarse más que Tango. Para cerrar con broche de oro con un arreglo para bajos (realizado ex profeso por Javier Montiel) de La Cumparsita.
Lo único malo de estos conciertos tan buenos es tener que madrugar en domingo, aunque no por mucho madrugar el oído se deleite más temprano.