DOMINGO 23 DE JULIO DE 2000
Ť La oposición del esposo, fuerte influencia
Sin acceso a los anticonceptivos, mujeres de zonas rurales: Conapo
Ť El organismo presenta estudio sobre la situación demográfica
Angeles Cruz Ť La demanda no satisfecha de métodos anticonceptivos en México se concentra en las zonas rurales, donde más de la mitad de las mujeres vive con alto grado de marginación, lo cual se traduce en un serio rezago y obstáculo para el ejercicio de los derechos reproductivos, señala el informe La Situación Demográfica de México del Consejo Nacional de Población (Conapo).
De acuerdo con el estudio, un factor que influye de manera significativa en las mujeres para el uso de algún mecanismo para regular su fertilidad es la oposición del esposo. Así, resulta que la cuarta parte de las mujeres en las áreas rurales tiene una pareja que se opone a la planificación familiar, mientras que el 11 por ciento desconoce la opinión de su marido sobre este tema.
Otro factor tiene que ver con la presencia de servicios de comunicación y esparcimiento. Más de la mitad de la población femenina rural reside en localidades donde existe sólo uno de los siguientes servicios: teléfono, correo, telégrafo o cine. En tanto, casi una de cada cuatro está en lugares donde ninguno de estos servicios está disponible.
Lo anterior es resultado de una investigación realizada por Conapo en los nueve estados de la República con los mayores índices de pobreza: Chiapas, Guanajuato, Guerrero, Hidalgo, México, Michoacán, Oaxaca, Puebla y Veracruz.
Aun cuando durante las últimas tres décadas las estrategias de planificación familiar y salud materno-infantil constituyeron las principales acciones de salud dirigidas a la mujer y de que existe el consenso en reconocer que la promoción de los derechos reproductivos debe ser la base primordial de las políticas federales, persisten desigualdades inaceptables, apunta Conapo.
Es necesario, agrega, focalizar y reorientar algunas de las tareas de la política social y de población en las zonas donde los rezagos son evidentes, con la finalidad de que los objetivos primordiales se conviertan en una realidad para todas las personas.
El documento, de reciente publicación, refiere que el modelo de la salud reproductiva instrumentado en los últimos años en México tiene su base en los compromisos establecidos en las conferencias internacionales de población y en el trabajo interinstitucional coordinado desde la Secretaría de Salud (Ssa), en el cual participan las organizaciones civiles.
Así, se ha reconocido la necesidad de empoderar a las mujeres, atender las desigualdades sociales y de género, y ampliar los servicios de salud a este sector de la población para incluir, además de los servicios obstétricos, un enfoque que abarca todo el ciclo de vida de la persona e incorpora a los varones como sujetos de políticas de salud sexual y reproductiva.
Respeto mutuo e igualdad entre hombres y mujeres
El informe de Conapo indica que en México se reconoce que para garantizar el ejercicio de los derechos sexuales y reproductivos deben promoverse relaciones de respeto mutuo e igualdad entre hombres y mujeres; potenciar a las mujeres para su plena participación en la toma de decisiones; atender las necesidades de información sexual y reproductiva de los y las adolescentes, así como ofrecer servicios de salud adecuados a las particularidades de este sector de la población.
También tiene que combatirse la desigualdad social y la pobreza y resolver los problemas de salud reproductiva que enfrentan las mujeres y los hombres en edades avanzadas.
El enfoque de la salud reproductiva, agrega, reconoce el derecho de toda persona a regular su fecundidad en forma segura y efectiva, a cursar un embarazo y parto sin riesgos, y a tener y criar hijos saludables. Asimismo, a comprender y disfrutar la propia sexualidad y a estar a salvo de enfermedades, incapacidad o muerte asociadas con el ejercicio de la sexualidad y la reproducción.
El documento refiere los logros alcanzados en esta materia, pero también admite que los rezagos son evidentes: subsisten elevados niveles de mortalidad materna, mientras que la incidencia de algunas enfermedades de transmisión sexual, incluido el VIH/sida, mantienen una trayectoria ascendente, igual que los embarazos premaritales.
De acuerdo con la investigación, el grupo de mujeres en edad reproductiva del país (15 a 49 años de edad) está conformado por 27.2 millones de personas en este año. La edad media de este sector es de 29.9 años y en general, la prevalencia de uso de métodos anticonceptivos es de 70.8 por ciento. Este porcentaje llegará a 75.2 por ciento en el 2010.
Según los cálculos de Conapo, en el año 2005 el país alcanzará una tasa global de fecundidad de 2.1 hijos por mujer, con lo que se logrará el remplazo intergeneracional.
Respecto al medio rural, enfatiza que es en esta zona donde se dan los más elevados índices de demanda insatisfecha de métodos anticonceptivos. Esta situación cambiará cuando mejoren las condiciones de desarrollo de esas localidades y se incremente el número de servicios de comunicación y esparcimiento.