DOMINGO 23 DE JULIO DE 2000
Ť La semana política en Estados Unidos
Ť Filadelfia, primer acto en una obra de teatro de republicanos
Ť La Convención Nacional se apresta a coronar a George Bush
Ť Será también un receptáculo para demandas y muchas críticas
Jim Cason y David Brooks, corresponsales, Washington, 22 de julio Ť Las figuras políticas y los títeres están casi listos para entrar en escena en Filadelfia. El escenario se ha venido preparando esta semana para una obra de teatro que podrá ser vista en "vivo y en directo", y a nivel nacional, con un público potencial de los 250 millones de habitantes de Estados Unidos. El drama, dicen los actores (oficiales y extraoficiales), gira en torno a quien definirá el futuro de este país.
Filadelfia será la ciudad anfitriona de la Convención Nacional Republicana, el acto cuatrianual en el que los fieles del Partido Republicano coronan a su candidato presidencial --en esta ocasión será George W. Bush-- y festejan durante casi toda una semana su labor política.
Llegarán miles de republicanos y las figuras nacionales más reconocidas del partido, entre el 31 de julio y el 4 de agosto. Todo está coreografiado desde hace meses, y ha sido diseñado como un gran acto de publicidad nacional. Todo está preconcebido, no hay nada que se deje al azar.
Bueno, ese es el deseo. Pero decenas de miles de personas llegarán a esa ciudad con el propósito explícito de frustrarlo y hacer que Filaldelfia estalle en lo inesperado, en lo espontáneo, en protesta, baile, música, cine alternativo, foros sobre el control empresarial de la política, y propuestas para una sociedad más justa, y continuar así con la celebración del surgimiento del movimiento que se presentó en sociedad en la ciudad de Seattle y después en Washington D.C. Nuevamente se disputará "de quién son las calles" de ese lugar.
Los gigantes títeres de la protesta popular están casi listos para irrumpir en el escenario y encabezar, una vez más, la expresión multidimensional y de decenas de agrupamientos sociales; la disidencia ante el mensaje de los encargados del poder político y económico de este país.
Mientras dentro de la convención las figuras políticas más importantes del Partido Republicano se dedicarán al autoelogio y a presentar su imagen publicitaria, las calles serán inundadas por ambientalistas, organizaciones de derechos de la mujer, de los derechos de los inmigrantes, grupos opuestos a la pena de muerte, agrupaciones de los sin techo, de derechos civiles, estudiantes contra la explotación de los trabajadores aquí y en el Tercer Mundo, sindicalistas y toda una gama de agrupaciones que se opone a lo que se califica como la "globalización" de los intereses empresariales, con efectos nocivos masivos tanto para los pueblos del norte como los del sur.
Corpzilla (Empresazilla), un gigantesco monstruo empresarial que devora la democracia, entrará en el escenario para encabezar una manifestación en la se espera que participarán más de 20 mil activistas, y eso sólo es el arranque de una semana de actos, algunos con permiso legal y otros secretos, que serán acciones "no autorizadas" por la policía del lugar.
Muchas personas se están entrenando para enfrentar a la policía, aunque los principales grupos que convocan afirman que son no violentos.
"Desafortunadamente tenemos que dedicar mucho tiempo a talleres de capacitación para enfrentar la brutalidad policiaca. Le estamos enseñando a la gente habilidades que no se necesitarían en una democracia real", comentó Amy Kwasnicki, del Grupo de Acción Directa de Filadelfia, al diario The Washington Post.
De cierta manera, la primera batalla por Filadelfia ya la ganó la oposición. Los medios de comunicación han dedicado amplios espacios a los preparativos de los manifestantes y activistas. La policía de Fila- delfia (que envió observadores a Washington durante las protestas contra el Banco Mundial y el FMI para estudiar las tácticas de los manifestantes), ya ha obtenido más de un millón de dólares en recursos para mantener el control de la ciudad.
Las autoridades, denunciaron activistas, han estado observando y fotografiando a todo aquel que parezca activista, y el gobierno municipal aprobó una medida que proscribe el uso de máscaras a cualquier persona que tenga la intención de intimidar o cometer un delito.
Para los republicanos, no sólo será inconveniente tener que compartir su fiesta con los latosos en las calles, sino que la imagen que envíe de su convención es considerada clave en su estrategia electoral para recuperar la Casa Blanca y mantener su mayoría en el Congreso.
La competencia entre Bush y su contrincante demócrata, Al Gore, sigue tan cerrada que los estrategas consideran que dos actos podrían definir el resultado de las elecciones de noviembre: el primero es la designación del candidato a la vicepresidencia; el segundo es el éxito, en el terreno publicitario, de las convenciones nacionales de cada partido.
Por lo tanto, hay mucha preocupación por quién será el que domine los medios --se espera la presencia de unos 15 mil periodistas--, en la disputa por el mensaje de Filadelfia a la nación.
Quizá lo único que podría reconfortar a los republicanos en este contexto es que su competencia, los demócratas, estarán sujetos al mismo tratamiento cuando realicen su convención nacional en Los Angeles una semana después (del 12 al 17 de agosto).
Los cientos de grupos de protesta están preparando la misma bienvenida en Los Angeles a los demócratas que la que está por comenzar en Filadelfia.
El tema central, entre cientos de temas, causas y demandas de esta nueva expresión social que ha evolucionado aquí, es que ambos partidos políticos están ahora bajo el control de los intereses empresariales más poderosos del país, por lo que ya no gobiernan para el pueblo, sino para el interés de sus patrones.
Filadelfia será un teatro para una obra (no se sabe todavía el género: drama, tragedia, tragicomedia o sólo melodrama) que dará materia para diversas interpretaciones de los críticos del arte. Pero para los actores, este show aborda algo real: la disputa por definir la democracia y el poder en el país que es considerado el "más democrático" y el más poderoso del mundo.