DOMINGO 23 DE JULIO DE 2000
Tres desplegados
* Néstor de Buen *
En mi lectura obligada, pero por gusto, de la revista semanal Entorno Laboral, en el caso la del 10 de julio del año 2000, me encontré reproducidos tres amplios desplegados que el Sindicato Nacional de Trabajadores Mineros, Metalúrgicos y Similares de la República Mexicana, el Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana y la Confederación de Trabajadores de México publicaron, otorgando un reconocimiento a la transparencia de la jornada electoral (mineros), su acatamiento y respeto a la decisión de las mayorías (petroleros) y el reconocimiento y la aceptación de la decisión de la mayoría del pueblo de México (CTM, que en realidad incluye a los petroleros y a muchos más sindicatos nacionales de industria). Un "viva Fox" más o menos evidente.
Todos recordamos que Leonardo Rodríguez Alcaine había hecho, previo a las elecciones, unas declaraciones muy agresivas para el caso del triunfo de Vicente Fox, pero por lo visto lo pensó mejor. šQué bueno!
En lo sustancial, los mineros, que encabeza la familia Gómez Sada, se limitan a pedir el respeto a la autonomía sindical, a los derechos de los trabajadores y a las conquistas laborales contenidas tanto en la ley como en los contratos colectivos de trabajo. Los petroleros, que representa el senador Carlos Romero Deschamps, orientan su mensaje hacia la conservación del petróleo expropiado bajo la propiedad de los mexicanos y prometen portarse bien, afirmando que no serán los petroleros "los que iniciemos nada que pudiera crear una causa que afecte su funcionamiento y desarrollo", y comprometiendo "una relación transparente con el próximo gobierno del licenciado Vicente Fox Quesada, de cara al pueblo, basada en el respeto mutuo y la confianza en su afirmación de campaña de que su propósito no es vender Pemex". La CTM pide el respeto "a los derechos obreros y sus instituciones que las leyes y la Constitución consignan" (se olvidan de los contratos colectivos de trabajo) y, de paso, le da su reforzadita a la nueva cultura laboral.
ƑCuál es la lectura obligada de estas manifestaciones de lo más granado del sindicalismo corporativo?
No hay que olvidar que en el Senado de la República descansa, bastante descansada, la iniciativa de Ley Federal del Trabajo, presentada por el grupo de senadores panistas, encabezados por Gabriel Jiménez Remus y Juan de Dios Castro. El corporativismo ha rechazado casi con violencia lo que en el proyecto se dice, atribuyéndole de paso características que no tiene y que, curiosamente, han hecho suya gentes del otro lado de la vida política, especialmente que se pretende suprimir los contratos colectivos de trabajo, lo que es falso, ya que lo único que se propone es un cambio de nombre por el de "pactos colectivos de condiciones de trabajo" (que debió ser y no fue por error de quien ustedes suponen, "pactos normativos de condiciones de trabajo") y, eso sí, exigiendo la total intervención de los trabajadores en su celebración para impedir que se depositen a sus espaldas contratos de protección que hoy abundan por todo el país.
Es claro que en la iniciativa del PAN se suprimen los registros sindicales para ser sustituidos por simples depósitos publicitados, para que el que quiera hacerlo demande ante los tribunales competentes que no se dé validez a los estatutos o a la elección de mesa directiva, pero entre tanto, el sindicato tiene personalidad jurídica y puede actuar, y también se suprimen las cláusulas de exclusión y el derecho de huelga se flexibiliza quedando en manos de los trabajadores la decisión de emplazar, suspender, continuar y estallar la huelga, total o parcial, y no de un secretario general comprable.
Y me temo que eso es lo que temen los señores de los desplegados: que se vuelva a discutir la reforma de la LFT, ahora con un Congreso que permite mayorías entre el PAN y el PRD en ambas Cámaras, no olvidando que el PRD tiene a su vez un anteproyecto que se parece mucho al del PAN, pero con aportaciones interesantísimas. Ambos, por cierto, suprimen las juntas de conciliación y arbitraje que son cotos de poder del corporativismo, dependientes de los Poderes Ejecutivos y proponen que se transfieran al Poder Judicial.
ƑQué harían los sindicatos corporativos sin registros, tomas de nota, cláusulas de exclusión como amenaza permanente, huelgas emplazadas sin trabajadores como simple chantaje a empresarios, contratos colectivos de trabajo de protección y cuantos etcétera se les ocurran, incluyendo la subsistencia de esas juntas de conciliación y arbitraje que han demostrado ser tan perniciosas?
Por esos rumbos navega el mensaje subliminal de los connotados sindicalistas. Ni quien lo dude. *