DOMINGO 23 DE JULIO DE 2000

* Carece de confiabilidad y compromiso democrático, afirma


Lamenta la AMDH rezago en el sistema de justicia

Triunfo Elizalde * Oscar González César, presidente de la Academia Mexicana de Derechos Humanos, aseguró que la sociedad mexicana en general ha llegado, tras arduas luchas para reformar y ciudadanizar normas e instituciones electorales, a la alternancia del Ejecutivo y a la pluralidad del Legislativo, ''sin embargo, el Poder Judicial sigue durmiendo el sueño de los justos. Nuestro sistema de justicia sigue siendo anacrónico, ajeno a nuestras realidades y carente de confiabilidad, de iniciativa propia y de compromiso democrático".

Agrega que muy directamente vinculado con esta problemática ''está el hecho de que la creciente normatividad internacional de derechos humanos es prácticamente ignorada por la autoridad administrativa y por los tribunales mexicanos, al grado que de los cerca de 50 instrumentos internacionales en derechos humanos de los que México es parte, ninguno o casi ninguno, se invoca y mucho menos se aplica en las instancias del Poder Judicial''.

Reconoce, ''porque es de justicia hacerlo'', que en los últimos tiempos el gobierno mexicano, a través de la Secretaría de Relaciones Exteriores, ha impulsado importantes iniciativas en dos sentidos: ratificar convenios y reconocer jurisdicciones como la de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, e iniciar un diálogo ''hasta ahora postergado entre las organizaciones no gubernamentales (ONG) y el gobierno'', mediante la Comisión Intersecretarial para la Atención de los Compromisos Internacionales de México en Materia de Derechos Humanos.

González César señala que las ONG, reconocidas como entidades consultivas en el artículo 71 de la Carta de la ONU, ''realizan sus tareas y tienen cada vez mayor influencia sobre todo en tres campos: desarrollo, medio ambiente y derechos humanos''. Hace saber también que ''a la fecha, a nivel mundial, hay identificadas alrededor de 20 mil ONG, de las cuales, dos mil tienen status reconocido por las Naciones Unidas''.

En su opinión, si actualmente ''ya no son los Estados los que de manera suficiente pueden proteger y garantizar los derechos humanos, debido a su acelerada transformación por el proceso de globalidad'', entonces ''las tendencias más confiables y promisorias apuntan hacia el trabajo de la sociedad civil, de las ONG y sus redes de monitoreo locales e internacionales''.