SABADO 22 DE JULIO DE 2000

* Vital, para una nueva relación: experta de la ENAH


Debe Fox incluir la autonomía india en la reforma del Estado

* Sin libertad, las promesas del guanajuatense serán nulas, dice

Rosa Rojas * El tema de la autonomía que reclaman los pueblos indígenas debe incorporarse como parte fundamental del debate de la reforma del Estado si realmente el virtual presidente electo, Vicente Fox, pretende construir una nueva relación entre el Estado y los pueblos indios, afirma la investigadora de la Escuela Nacional de Antropología e Historia, Consuelo Sánchez.

Autora del libro Los pueblos indígenas: del indigenismo a la autonomía, recién editado por Siglo XXI, Sánchez sostiene que la caída del priísmo y del partido de Estado no implican automáticamente un cambio de la política hacia los indígenas. Habría que esperar que un presidente surgido de otro partido aplique una política distinta a la que se ha venido ejerciendo los últimos 50 años, de incorporación de éstos a la cultura de la elite dominante, de homogeneización, de castellanización, de exclusión.

Sin la libertad, los compromisos de Vicente Fox con los pueblos indígenas de México vendrían a ser una redición del viejo indigenismo, es decir, políticas diseñadas por no indios para ser aplicadas a los indios, pero ahora buscando legitimarlas, dejándolas en manos de indígenas integrados al aparato estatal, como pretendió hacerse durante los gobiernos de Luis Echeverría y José López Portillo, asegura Sánchez en entrevista con La Jornada.

Por ello, apunta, se requiere un cambio en la visión de Fox sobre la cuestión indígena, ya que ésta no tiene que ver sólo con asistencia social o recursos económicos, sino con la aceptación a nivel constitucional del derecho de los pueblos indios a su autonomía y autodeterminación, es un problema de transferencia de poder, de facultades de orden político, económico, cultural y administrativo.

Tutelaje versus autonomía

En su texto, Sánchez sostiene que en México se instauró "el tutelaje como forma de gobierno" y con el pretexto de la "unidad nacional" se sacrificó también el pluralismo político.

"La idea de que todo derecho político y étnico debía subordinarse al principio supremo de unidad nacional, llevó a identificar a ésta con la uniformidad política y étnica y a considerar a todo grupo con posiciones distintas y opuestas al régimen como un atentado contra la integridad del país. En realidad, esta perspectiva encubría las pretensiones de la nueva elite política surgida de la Revolución Mexicana: garantizar su permanencia en el poder y la continuidad de su proyecto socioeconómico".

El problema, subraya, está en definir si la alternancia del partido en el gobierno significaría realmente la ruptura de la continuidad del proyecto socioeconómico de la citada elite. De lo contrario, la conclusión sería "nada de poder a los indígenas porque eso implicaría que esta elite económica, que tiene muchos intereses, no tenga el control en las regiones indígenas, porque tendrían que tomar en cuenta la opinión y decisión de los indios. Y eso llevaría necesariamente a que el Estado tenga que negociar con los indígenas convenios que los favorecieran".

Si Fox realmente quiere cambiar la relación del Estado con los pueblos indios, como lo afirmó en su campaña, "tiene que establecer un pacto con los pueblos indios para que ellos participen en el diseño de la nueva política, que tiene que ser la de la autonomía que ellos han venido demandando y que es lo contrario del tutelaje".

Estima Sánchez, quien fue también asesora del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), durante el diálogo de San Andrés, que los compromisos de Fox fueron un estrategia de campaña para ganar votos. "Habrá que ver cómo se resuelven porque él puede enviar al Congreso la propuesta de la Comisión de Concordia y Pacificación sobre los acuerdos de San Andrés y el PAN y el PRI rechazarla y él diría que si no fue aprobada no es asunto suyo".

El país, añade, requiere entrar de nuevo a un debate de fondo sobre el carácter pluriétnico y multicultural de la nación y aquí entran no sólo la cuestión de los pueblos indios sino las de las mujeres y otros sectores de la población que están demandando ciertos derechos. Se les dice "minorías, entendemos que son minorías políticas porque en el caso de las mujeres son el 50 por ciento de la población".

No basta con que se haya reconocido en el artículo cuarto constitucional que México es una nación pluriétnica y multicultural; ese artículo quedó muy limitado porque no se reconocieron los derechos que ello implica. Por eso los indígenas rechazaron esa modificación, dado que sólo reconoce su existencia pero no se dieron los cambios constitucionales necesarios en la nación y el Estado.

Ese es el debate que se efectuó en San Andrés, sobre qué cambios son necesarios para que el mexicano deje de ser un Estado construido en función de un so- lo grupo sociocultural en todos los aspectos, dejando a los demás grupos en situación de desventaja política, social, económica y cultural. "Mientras eso no se resuelva no podemos hablar de que existe democracia en el país, se siguen imponiendo las mayorías y no se le da espacio a las minorías", afirma la investigadora.

Apunta que los elementos esenciales de la autonomía que reclaman los pueblos indios son una base político territorial, jurisdicción propia, gobierno autónomo con competencias y facultades propias. Y la autonomía no tendría que estar constreñida sólo a lo comunal, como ha pretendido el gobierno, ni sólo municipal, como plantean los panistas, sino regional.

"Instancias regionales, un horror"

El Estado ha creado, indica, una serie de instancias de carácter regional como Sedeso, Semarnap y el Instituto Nacional Indigenista y además tiene centros coordinadores regionales, no por comunidad y municipio. El Estado tiene claro que para aplicar políticas ambientales, políticas de desarrollo, tienen que ser regionales, pero cuando los indígenas lo plantean "es un horror".

Advierte que "después del triunfo de Fox es clarísimo que en los medios se está sacando mucha información, sobre todo en Televisa, sobre la violación de los derechos de las mujeres indígenas como parte de un cuestionamiento a los usos y costumbres de los pueblos indios. Las propias mujeres indígenas están empezando a cuestionar estos aspectos de las comunidades indígenas pero manteniendo ellas su exigencia de reconocimiento de sus derechos como pueblos".

Esto debe ser parte del debate, el riesgo es que pongan esto como un problema para reconocer esos derechos cuando la autonomía, que implica un nuevo pacto entre el Estado nacional y los pueblos indios, conlleva un cambio del Estado pero también de los pueblos indios. Y eso no debe imponerse, debe ser parte del diálogo, afirma Sánchez.