VIERNES 21 DE JULIO DE 2000
* Leonardo García Tsao *
Más tontos
Tan pobre es el estado actual de la comedia hollywoodense, que los hermanos Peter y Bobby Farrelly se han perfilado como sus improbables salvadores. En sus películas más chistosas ųUna pareja de tontos (1994) y Loco por Mary (1998)ų los realizadores encontraron una manera de combinar su gusto por un humor despreocupadamente ofensivo y vulgar, con un sincero interés emocional por sus personajes.
Hacer chistes sobre minorías o las diversas secreciones orgánicas no tendría mucho mérito, si no fuera por el prohibitivo aire de corrección política y puritanismo que se respira en la cultura gringa. El confundir semen con gel para el cabello ųel gag más célebre de Loco por Maryų marcó la primera aparición de la sustancia glandular en un contexto chistoso, ajeno al cine porno. Y eso significa una suerte de liberación muy necesaria.
La exitosa recepción de esa cinta ha tenido sus consecuencias. En su nuevo esfuerzo, Irene y yo... y mi otro yo, los hermanos Farrelly han sentido la obligación de aumentar el potencial ofensivo, como si se tratara de probar las resistencias del sistema. Así, la cinta abre con una ocurrencia susceptible de indignar por igual a negros, enanos y universitarios: recién casado, el ingenuo policía Charlie Baileygates (Jim Carrey) insulta sin querer a un chofer negro y enano, que resulta ser un miembro de Mensa cuya inteligencia sirve para seducir a la novia. Charlie no sospecha nada cuando su mujer da a luz a trillizos de color; y se resigna a su suerte cuando ella lo abandona.
La premisa central es que el protagonista es el hazmerreír del pueblo, un policía tan bonachón que no es respetado por ciudadano alguno. Sin embargo, un incidente en un supermercado hace surgir a su otra personalidad, la de Hank, un sociópata dispuesto a agredir y molestar a cualquier congénere, que habla con el amenazante susurro patentado por Harry el Sucio. Diagnosticado como esquizofrénico, Charlie debe tomar medicamentos para controlar su mal; sin embargo, el policía se enamora de Irene Waters (Renée Zellweger, con permanente cara de puchero) y en su intento de protegerla de una conspiración urdida en su contra por su novio ex transa (Dickie Thurman) y un agente federal corrupto (Chris Cooper), la somete a la alternancia de su doble personalidad.
Como en sus anteriores realizaciones, los Farrelly sitúan a sus personajes en el contexto de un road movie, cuya trayectoria definirá la relación amorosa entre Charlie/Hank e Irene. Sin embargo, los hermanos se han conformado esta vez con un vago intento de subtrama ųla intriga policiaca es tan elaborada que nunca se resuelveų como apoyo a un gimmick que pronto se agota. La esquizofrenia del protagonista es un pretexto para que Carrey ejerza su destreza física de comediante, y nada más. No hay ni siquiera el elemento del desdoblamiento, ensayado por el mismo actor en La máscara.
En su regreso a la comedia burda tras un par de proyectos de prestigio, Carrey da rienda suelta a sus excesos. Quien esto escribe lo encuentra el cómico de mayor antipatía desde Clavillazo, por lo que aún sus momentos de virtuosismo ųcuando Charlie y Hank se enfrascan en una lucha de dominioų denotan un fuerte sabor a hígado.
Por otra parte, los Farrelly insisten en construir gags en torno a personas con limitaciones físicas ųun albino apodado Blanquitoų, la crueldad contra animales ųuna vaca atropellada que se niega a morir--y diversas excrecencias corporales. Si bien hay algunas instancias graciosas, ese humor adolescente obedece ya a una necesidad de cumplir con las expectativas, sin integrarse a la trama como ocurría en Loco por Mary. Hay algo repetitivo y cansino que acaba por agotar hasta la mejor puntada: el que los hijos negros de Charlie crezcan a ser genios académicos que discuten temas científicos con un idioma grosero, de hampones de ghetto.
Si la comedia guarra aspira a una especie de legitimidad, los Farrelly tendrán que esforzarse más para la próxima.
Irene y yo... y mi otro yo (Me, Myself & Irene). D: Peter y Bobby Farrelly/ G: Peter y Bobby Farrelly, Mike Cerrone/ F. en C Mark Irwin/ M: Lee Scott, PeteYorn/ Ed: Christopher Greenburg/ I: Jim Carrey, Renée Zellweger, Anthony Anderson, Mongo Brownlee, Jerod Mixon, Chris Cooper, Michael Bowman/ P: Conundrum Entertainment para 20th Century Fox. EU, 2000.