VIERNES 21 DE JULIO DE 2000
En Los Pinos, ante el Presidente de la República, se presentó el miércoles de esta semana el quinto informe del Programa Nacional de Población. Rodolfo Tuirán, secretario general del Consejo Nacional de Población (Conapo), señaló que "los extremos de pobreza y opulencia se reflejan en la existencia de variados regímenes demográficos en nuestro país". El vínculo entre población y pobreza lo resaltó también al señalar que el Progresa (Programa de Educación, Salud y Alimentación) busca "romper el círculo vicioso de pobreza y rezago demográfico"1.
A reserva de argumentar en contra de estas tesis en otra oportunidad, hoy analizo la relación entre comportamiento demográfico y crecimiento económico. En la bibliografía mundial no hay evidencias que el crecimiento de la población constituya un obstáculo al crecimiento económico. Si éste no es frenado por el de la población Ƒpor qué tanto afán en controlarlo? A pesar de las evidencias en su contra, el malthusianismo no ha desaparecido, ni desaparecerá, ya que no es una corriente de pensamiento científico sino una ideología2. Por tanto, no es empíricamente falsificable.
En la gráfica se presentan dos series de tasas de crecimiento anual (respecto al año anterior) en el periodo 1941-1995 para México: la de la población nacional y la del PIB. En este último caso se han suavizado los datos mediante medias móviles de 5 años3. Las dos líneas de tendencia ajustadas muestran perfiles de montaña. Entre 1941 y mediados de los años sesenta, el perfil de ambas es ascendente. Mientras la tasa de crecimiento de la población pasa de 2.5 por ciento anual hasta 3.2 por ciento, la del PIB tiene una pendiente más acentuada, pasando de un poco más de 4 por ciento a casi 7 por ciento. A partir de mediados de los sesenta y hasta la actualidad, ambas líneas de tendencia descienden y terminan en 1995 con tasas inferiores a las de 1941. Los resultados muestran una asociación positiva entre ambas tasas. Es decir, mientras más rápido es el crecimiento poblacional más rápido es también el de la economía. Esta evidencia llevaría a rechazar la hipótesis malthusiana (que predice menor crecimiento a medida que la población crece más rápido) y sostener que la relación "verdadera" es la contraria.4 ƑEs esto una casualidad, o podemos postular que el verdadero peligro para el crecimiento económico es que la población deje de crecer o crezca muy despacio? Veamos alguna evidencia empírica internacional.
Simon y Gobin (1980, reproducido en Simon, 1992) analizaron para 66 países con ingresos per cápita menores a mil dólares, la asociación entre la tasa de crecimiento del PIB per cápita y tres diferentes indicadores de población por el otro: tasa de crecimiento demográfico, población total y densidad. Encontraron que no hay asociación entre los dos primeros indicadores de población y la tasa de crecimiento del PIB per cápita, pero sí la hay y es positiva con la densidad de población.5 La ausencia de asociación entre ambos crecimientos parecería probar la falsedad de la tesis de Simon según la cual, a largo plazo, el crecimiento poblacional ejerce una influencia positiva en el crecimiento económico. La respuesta de Simon es que los estudios disponibles no se refieren al "muy largo plazo", sino cuando mucho a un siglo6, y que la asociación positiva entre densidad de población y tasa de crecimiento económico constituyen una prueba indirecta del efecto positivo del crecimiento poblacional en el económico (p.205).
Un argumento adicional contra la tesis pro-natalista de Simon es el deterioro ambiental y el agotamiento de los recursos no renovables, fenómenos ambos que no están tomados en cuenta en los cálculos de las cuentas nacionales. Las pruebas empíricas de Simon, al igual que la presentada sobre México, que se basan en tales cuentas, estarían sesgadas y no reflejarían un crecimiento sustentable ambientalmente hablando. Sin embargo, a pesar de la popularidad de la idea de que existen efectos ambientales negativos de la procreación, según confiesa una de las proponentes más destacadas de esta tesis, "ha habido relativamente poco trabajo teórico y casi ningún trabajo empírico describiendo la naturaleza y magnitud" de tales efectos". (Birdsall, 1997, p.176). Es decir, el asunto permanece a un nivel ideológico. La idea del agotamiento de los recursos naturales ha sido criticada por Simon, quien sostiene que no "es indispensable, ni en términos lógicos ni históricos, afirmar que la oferta de un recurso dado es "finita", y hacerlo lleva a error" (1996, p.67).
Furedi (1997, p.36) ha elaborado una crítica estructurada al modelo maltusiano que "se construye sobre un fundamento en el cual la mayor parte de los factores clave, excepto la tasa de crecimiento poblacional, se supone que son más o menos fijos. Puesto que casi todo lo demás está fijo, la tasa de crecimiento poblacional se convierte en la única variable clave. De este supuesto se sigue que aumentos en la tasa de crecimiento poblacional sólo pueden llevar a una reducción en la disponibilidad de recursos. La gente es vista como bocas que necesitan alimentos y no como pares de manos que pueden producir más alimentos". Este autor ha puesto en evidencia la falla metodológica central de la bibliografía malthusiana: el aislamiento de la población tanto de la historia como del desarrollo social. "El aislamiento de la población del cambio socio-histórico provee el fundamento de la política de población". (p.45). Pero Furedi se ha percatado también que este error metodológico no es exclusivo de los maltusianos, sino que lo comparten autores pro-natalistas como Simon.
La gráfica presentada, es necesario concluir, sirve sólo para mostrar que, situados en el terreno metodológico de la población como variable independiente y aislada, las evidencias en el caso de México no son favorables a la postura malthusiana. Pero su valor es muy limitado, ya que es obvio que el crecimiento poblacional no explica el rápido crecimiento económico entre 1941 y 1965, así como tampoco explica el menor ritmo experimentado después. Es evidente que hay variables omitidas en nuestro análisis que explican el crecimiento económico y que son independientes del crecimiento de la población ųvariables que no permanecieron fijas y cuyo estudio corresponde al análisis económico.
Referencias Bibliográficas
Furedi, Frank (1997), Population and Development. A Critical Introduction, Polity Press, Cambridge, U.K.
Simon. Julian L. (1992), Population and Development in Poor Countries. Selected Essays, Princeton University Press, Princeton, Nueva Jersey.
Simon, Julian y Roy Gobin, "The Relationship between Population and Economic Growth in LDCs", en Simon (1992, pp. 180-198).
Birdsall, Nancy (1997), "Government, Population, and Poverty: a Win-Win Tale", en Lindhal-Kiessling, Kerstin y Hans Landberg (1997), Population, Economic Development, and the Environment. The Making of our Common Future, Clarendon Paperbacks, Oxford University Press, Oxford, pp.173-198.
1 La Ceremonia en Los Pinos fue también un homenaje a José Gómez de León, quien falleció en abril pasado, cuando fungía como coordinador nacional del Progresa. En el homenaje le fue otorgado, de manera póstuma y muy merecida, el Premio Nacional de Demografía a quien fuera un destacado demógrafo y secretario general del Conapo en los primeros años de la administración actual. El premio lo recibió su viuda, destacada demógrafa también, María de la Paz López, a quien expreso mi solidaridad en estas horas de dolor.
2 El malthusianismo, cuyo nombre se debe al de Thomas Malthus, quien en 1798 escribiera su famoso "Ensayo sobre el principio de la población", defiende la tesis (digámoslo de una manera muy simplificada) que el rápido crecimiento de la población impide el progreso de las naciones. Sin embargo, "la literatura especializada muestra una profunda tensión entre la intuición que el crecimiento de la población tiene consecuencias negativas para los niveles de vida de los países en desarrollo y la ausencia de evidencia empírica para sustanciar este sentimiento" (Furedi, 1997,p.35).
3 Las medias móviles (en este caso de 5 años) significan que el valor representado para cada año no es el dato observado en el mismo, sino la media del dato observado con los dos años anteriores y los dos que le siguen. Esto hace que las fluctuaciones observadas en la realidad queden suavizadas sin distorsionar las tendencias básicas.
4 La correlación entre ambas variables resultó positiva, muy alta (R2 =0.818) y significativa al 0.01.
5 Sobre esta evidencia y otras de corte similar, hay una discusión metodológica interesante que el lector puede ver en Julio Boltvinik, "Población y crecimiento económico. ƑTiene fundamentos científicos el control de la población?" Demos. Carta Demográfica de México, México, 1999, ensayo del cual he tomado buena parte del texto aquí presentado.
6 Es evidente que, si se comparan las sociedades del neolítico con las desarrolladas contemporáneas, la relación histórica observada entre crecimiento de la población y crecimiento económico ha sido positiva.