JUEVES 20 DE JULIO DE 2000
* Logran satisfacer por sí mismos hasta 60% de sus necesidades de insulina
Trasplantan células de páncreas para mejorar a niños diabéticos
* El Hospital Infantil Federico Gómez realiza la investigación sin recursos gubernamentales
Angeles Cruz * Un grupo de médicos del Hospital Infantil de México Federico Gómez realiza un proyecto de investigación para mejorar la calidad de vida de los niños con diabetes. Sin recursos económicos oficiales, los galenos han trasplantado células de páncreas a cuatro menores, con las cuales satisfacen por sí mismos y hasta en un 60 por ciento, sus necesidades de insulina.
Rafael Valdés, jefe de trasplantes del nosocomio, detalló que México es pionero en este campo. El nuevo método consiste en la instalación dentro del organismo del paciente de un dispositivo fabricado en la UNAM, dentro del cual se colocan las células pancreáticas de origen porcino.
El costo de este procedimiento oscila entre 18 y 20 mil dólares, cifra significativamente menor en comparación con los 100 mil dólares que en Canadá se están gastando en un proyecto similar, pero en el que utilizan células pancreáticas de humanos y administran medicamentos inmunosupresores, explicó el especialista.
Dijo que de contar con el presupuesto necesario, en dos meses el equipo médico del Hospital Infantil de México podría estar realizando por lo menos dos trasplantes a la semana y con ello coadyuvar en la atención de los aproximadamente 50 mil niños menores de 15 años que padecen de diabetes juvenil, o del tipo I en el país.
Con el método desarrollado por los médicos mexicanos, explicó Romeo Suárez, director del hospital, podría lograrse en un futuro próximo que los pacientes no tuvieran que inyectarse la insulina que su organismo no produce.
A su vez, Luis Miguel Dorantes, jefe del Departamento de Endocrinología del Hospital Infantil, comentó que el tratamiento de la diabetes juvenil es costoso y muy complicado. En algunos casos, los enfermos requieren de hasta cuatro inyecciones por día y durante toda su vida. Además, antes de cada alimento deben medir sus niveles de glucosa en sangre.
Aun cuando los pacientes sigan estas medidas puntualmente, explicó, en ocasiones no logran mantener el control de la enfermedad. Lo grave del asunto es que las complicaciones de la diabetes pueden derivar en ceguera, insuficiencia renal e invalidez, abundó.
Ante la necesidad de brindar a estos enfermos una mejor calidad de vida, se realizó el proyecto de investigación en colaboración con una empresa de Nueva Zelanda, la cual envía las células pancréaticas de lechones neonatales (de 1 a 3 días de nacidos), los cuales son criados en condiciones especiales para garantizar la seguridad del órgano a ser trasplantado. Además, las células porcinas son ''protegidas'' para que, después de realizada la operación, no sean rechazadas por el organismo del paciente. Con ello, se evita la necesidad de usar medicamentos inmunosupresores, que además de costosos deben ser tomados toda la vida, explicó Rafael Valdés.
Al presentar los resultados preliminares de su trabajo de investigación, el especialista en trasplantes aseguró que hasta ahora no hay evidencia científica sobre posibles infecciones por el uso de células pancreáticas de cerdos, y así ha sido confirmado recientemente por dos publicaciones médicas de prestigio internacional.
En el convenio entre el Hospital Infantil y la compañía de Nueva Zelanda, esta última se compromete a donar las células de páncreas que se requieran para el trasplante a 10 enfermos. Hace dos meses se realizaron las primeras dos cirugías y unas semanas después tuvieron lugar dos más. Hasta ahora los pacientes han respondido en forma satisfactoria, al grado de que uno de los menores únicamente se inyecta el 40 por ciento de la insulina que requería antes de la operación.
El dinero lo hemos obtenido de las paredes
Enseguida, Valdés habló de la necesidad que tienen de recursos económicos para dar seguimiento a estos pacientes y realizar las otras seis intervenciones quirúrgicas. Hasta ahora, los recursos ''los hemos obtenido de las paredes'', dijo, y explicó que una parte de los costos han sido absorbidos por la Facultad de Medicina de la UNAM, donde se diseñó y fabricó el dispositivo; algunos laboratorios farmacéuticos también han aportado algo, igual que el Hospital Infantil.
Por tratarse de un proyecto nuevo ų''que no podemos dejar morir''ų, no está dentro del presupuesto del nosocomio, comentó Valdés, y enseguida recordó que, de cualquier forma, la mayor parte del presupuesto del sector salud está destinado a la atención de enfermedades y no a la investigación. Dijo que presentaron una solicitud de apoyo a Conacyt, de la cual están en espera de respuesta.
Por lo pronto, el Hospital Infantil de México creó un fideicomiso para recibir aportaciones voluntarias de la sociedad, deducibles de impuestos. Las donaciones se pueden depositar en la cuenta Bancrecer número 00136439996.
Rafael Valdés destacó la importancia de fortalecer este trabajo todavía de investigación y aseguró que es factible instalar en México un laboratorio productor de células pancréaticas de porcinos. Tan sólo en el Hospital Infantil de México se atiende a más de 300 niños con diabetes.
La expectativa de vida para estos menores varía de acuerdo al control que logren tener de sus niveles de glucosa en la sangre y de la frecuencia de las complicaciones. Dorantes explicó que la diabetes tipo I se caracteriza por la nula producción de insulina que ocasiona la hiperglucemia y ésta a su vez es la causante de las lesiones en retina, riñón y nervios periféricos.