* Se haría negocio sucio con las utilidades: Campos


Si el abasto de electricidad está resuelto, es absurdo privatizar

* Fox está incurriendo en los mismos errores que Zedillo, dice

Miriam Posada García /I * Si el problema del abasto de energía eléctrica en el país está resuelto por lo menos hasta el año 2005, resulta absurdo que el equipo de transición del presidente electo Vicente Fox insista en la privatización del sector eléctrico, y no busque otras opciones para hacer eficiente esta industria estratégica, advirtió la investigadora Leticia Campos al destacar que esto es una clara señal de que se pretende hacer ''negocio sucio'' con los 8 mil millones de dólares de utilidades que anualmente arrojan la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y Luz y Fuerza del Centro (LFC).

La investigadora del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM subrayó que la nueva administración debe entender que la venta de los activos fijos de las empresas eléctricas no asegura la automatización de procesos administrativos y contables, ni la eficiencia ni la disminución de la corrupción.

''No se vale que ahora la administración panista quiera aprovechar el chantaje al que la administración del presidente Ernesto Zedillo y el secretario de Energía, Luis Téllez, sometieron al sector eléctrico durante más de tres años al interrumpir el crecimiento de la infraestructura que se requería para su desarrollo. Se supone que son un equipo que va por el cambio y están incurriendo en los mismos errores''.

Por lo anterior, hizo un llamado a los encargados de la transición en el ramo energético a entender y considerar que la CFE y LFC se pueden manejar con criterios empresariales sin descuidar su función social, sin necesidad de atraer multimillonarios capitales privados mediante la apertura --porque la participación que permite el marco legal vigente es amplia y suficiente--, y mucho menos recurrir a la privatización.

''Los futuros funcionarios no pueden sostener que el espíritu del desarrollo del sector eléctrico está en la mayor participación del sector privado, cuando desde 1992 está ampliamente permitida. En lugar de urgir la privatización deberían presentar una propuesta de reforma coherente, técnica y económicamente sustentada, y aprovechar los mecanismo e instrumentos financieros disponibles evitando desintegrar este monopolio natural''.