MIERCOLES 19 DE JULIO DE 2000

* Con López Obrador en el GDF se podrían crear las condiciones: DeMet


Confía IP en la reducción del rezago habitacional

Salvador Guerrero Chiprés * El sector privado ofertará este año alrededor de 85 por ciento del total de vivienda nueva de interés social, informó el director operativo de Desarrolladora Metropolitana (DeMet), Francisco del Río.

Con un mercado financiero más abierto, consolidado a partir de 1997 y con señales de estabilidad que trascenderían el cambio de gobierno, "hay mejores condiciones para enfrentar la demanda de vivienda con un consenso del sector privado, las organizaciones y el gobierno", señaló el integrante del consejo de administración de ese consorcio.

Explicó que la empresa SARE es responsable de la promoción de cerca de 18 por ciento de la oferta y DeMet de "poco más" de 50 por ciento de las 25 mil viviendas nuevas que se construirán este año. De este universo, el gobierno local aportará en conjunto "aproximadamente 15 por ciento". El resto del volumen se halla pulverizado entre decenas de desarrolladoras privadas, todas ellas parte de un sector beneficiario del desplome de la intervención gubernamental capitalina en la construcción y financiamiento de vivienda social.

En la actualidad, se agregan a la demanda de vivienda alrededor de 45 mil parejas al año. En total hay un rezago cercano a las 500 mil viviendas en la capital del país, según los datos del ex director general de Vivienda del entonces Departamento del Distrito Federal, José Antonio Revah, ahora director de planeación urbana de DeMet. Asegura que cerca de 500 mil metros cuadrados del total de un millón desincorporado en los últimos 15 años, particularmente después de los terremotos de 1985, "está desaprovechado". En ese espacio, calcula, podrían construirse más de 150 mil viviendas.

En la opinión de Del Río y Revah, el gobierno que encabezará Andrés Manuel López Obrador en la ciudad de México podría crear las condiciones para disminuir a la mitad el rezago habitacional.

En la visión de DeMet, "es posible un nuevo consenso para construir con orden y superar la visión de que la ciudad de México debe contener su empuje hacia la construcción de más vivienda. Creemos que la visión de César Buenrostro acerca de los límites que se deben imponer a la ciudad ya no funciona, la ciudad puede crecer y puede hacerlo con orden", afirmó en entrevista Del Río.

En opinión de Revah, la acumulación de rezago se debe a la combinación del crecimiento demográfico, el retiro de la banca comercial de la vivienda social después de la crisis financiera de 1995, el impacto de nuevas reglas para el funcionamiento de las instituciones de vivienda coordinadas por el gobierno capitalino y, particularmente, a la "pérdida de una oportunidad histórica", cuando en 1997, a pesar de que llegaron a la asamblea 18 dirigentes provenientes del movimiento urbano popular, y aún con la presencia en la secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda de un conocedor como Roberto Eibenschutz, "todo el proyecto se quedó en obra negra".

Eibenschutz, dijo, "no supo convertirse en líder" mientras que los asambleístas provenientes del movimiento social por la vivienda "se quedaron a medio camino entre ser parlamentarios y ser dirigentes de movimientos sociales, ni llegaron a lo primero ni empujaron significativamente a favor de la vivienda".

"ƑQué hicieron? Dijimos, esto está de poca madre, y Ƒqué pasó? Fueron abrumados por el trabajo parlamentario y no se consolidaron ni como parlamentarios ni consolidaron el movimiento por la vivienda, puesto que no lo convirtieron en un eje de la política en la capital del país".

La vivienda, dice, comenzó a desaparecer del discurso político con Oscar Espinosa Villarreal y fue ignorada prácticamente por la gestión 1997-2000, dado que en esos tres años se generó menos de la décima parte de la vivienda que se llegó a construir, por ejemplo en 1993, cuando se generaron 43 mil casas habitación. Señaló que en los últimos tres años, el gobierno capitalino no ha generado más de 3 mil viviendas por año.