MIERCOLES 19 DE JULIO DE 2000

* Descendiente de Juárez expone preocupaciones


Fox "deberá obedecer nuestra Constitución", dice Zedillo

* Por sí solo ningún partido podría modificar la Carta Magna

Rosa Elvira Vargas y Georgina Saldierna * Ante el temor planteado por un descendiente de Benito Juárez sobre la posibilidad de que Vicente Fox pudiera "ceder" parte de la soberanía nacional, el presidente Ernesto Zedillo quiso disipar tales resquemores y, severo, puntualizó que el próximo jefe del Ejecutivo "protestará obedecer nuestra Constitución", y por tanto, no debe vérsele con prejuicios. En seguida, pidió "que, en principio, todos los mexicanos le brindemos apoyo" al ganador de los comicios.

Era ese, el colofón improvisado a un extenso discurso en el que el mandatario había recordado no sólo que hoy en México "ninguna fuerza política representa a la totalidad de la nación", sino también que ningún partido tendrá la mayoría absoluta en la próxima Legislatura para, por sí solo, aprobar leyes y decretos ni "menos aún" modificar la Constitución.

En esa pluralidad democrática ųasentó entonces el mandatario, en el marco del 128 aniversario luctuoso del Benemérito de las Américasų serán necesarios el uso del diálogo, la negociación y el acuerdo, que son "instrumentos legítimos de la democracia".

A dos semanas de que su partido, el PRI, perdiera por primera vez una elección presidencial y a partir de lo cual el país se encuentra inmerso en un debate político sobre aquellos asuntos de la agenda nacional que con el nuevo gobierno serían susceptibles de alguna transformación, ayer el presidente Zedillo trajo a esta ceremonia ųdonde fue único oradorų los que llamó "nuestros grandes consensos nacionales", que son parte fundamental de la vida republicana de México y que "deben ser reconocidos y respetados por todos".

Habló además del reciente proceso electoral y aseguró que los mexicanos han alcanzado "el objetivo que propuse al inicio de mi mandato: vivir una plena normalidad democrática". Una vez logrado ese propósito, dispuso, cada quien debe prepararse para la etapa que sigue: quienes llegarán al poder político deben ejercer el mandato "gobernando para todos los mexicanos" y quienes se van tienen que laborar hasta el último día para asegurar las mejores condiciones a la administración que los sucederá.

La responsabilidad política continúa, apuntó entonces, por lo que a los partidos, sus directivas y militantes, les corresponde mantener sus convicciones y tareas esenciales, conducirse con apego a la ley y luchar por sus postulados. "En esa lucha cívica todos nos debemos respeto y tolerancia", apuntó.

Mensaje al PRI

Y en lo que sin duda representó un recordatorio, incluso o sobre todo para el Revolucionario Institucional, Ernesto Zedillo subrayó que la actividad partidista es consustancial a la democracia y que la fuerza de los partidos fortalece aquella. "Cada avance económico, político, social o cultural debe construirse a partir de nuestros grandes consensos nacionales".

Soberanía que defiende la integridad territorial y no permite injerencias del exterior; independencia por la cual los mexicanos se responsabilizan de sus aciertos, errores y aspiraciones, y nacionalismo incluyente, ajeno a pretensiones de superioridad o destino manifiesto y contrario a cualquier forma de discriminación, fueron los primeros acuerdos "esenciales" del país, enunciados por el mandatario.

En seguida resaltó la convicción y coincidencia por la libertad de conciencia, de expresión y de asociación. Puntualizó que la "naturaleza laica" del Estado que marca una nítida separación entre las instituciones públicas y las religiosas, consagran la creencia "en la supremacía del poder emanado democráticamente del pueblo y la igualdad de todos ante la ley".

El Estado laico, subrayó Zedillo, es garantía de una convivencia respetuosa y tolerante, ajena a dogmas y fanatismos.

Luego se detuvo en la educación pública y laica ų"y en sus niveles básicos gratuita"ų a la que definió como un derecho universal y la mejor herramienta de superación individual y de progreso social. Este "consenso", subrayó, se ha ampliado hoy por la exigencia de la población de elevar día con día su calidad.

Cada mención era iniciada por el jefe del Ejecutivo con la expresión: "Los mexicanos creemos y coincidimos...", y así, se remitió también a las libertades de empleo y de comercio; a la de emprender y desarrollar iniciativas y alcanzar los anhelos personales o de grupo; a las libertades económicas con certeza y apego a la ley.

Tampoco soslayó su certeza de que "poco a poco" los mexicanos coinciden en que el crecimiento económico es un medio necesario para la generación de empleo, pero que aquel implica finanzas sanas, aliento del ahorro interno y a la inversión privada, un sistema financiero fortalecido, la apertura la modernización de la economía, y la mayor ''inversión posible'' en educación, salud, seguridad social, apoyo al campo y combate a la pobreza.

Con los miembros de los gabinetes legal y ampliado en los primeros asientos, algunos de los descendientes de Benito Juárez también en sitios de honor, y ante una amplia presencia de mandos castrenses, Zedillo leyó quince cuartillas, donde se refirió también a la responsabilidad del Estado por garantizar la igualdad de oportunidades y promoverla, "por encima de diferencias étnicas, económicas, políticas o culturales". Una vez admitió que "el más severo" de los desafíos sigue siendo la pobreza y la desigualdad, y aludió entonces a la necesaria preservación del equilibrio entre la población y los recursos naturales.

En el patio central del Palacio Nacional siguieron la ceremonia por televisión otro buen número de invitados a quienes, al decidirse desde el lunes por la noche el traslado de la ceremonia a un recinto cerrado, los dejaron solos. Se trataba sobre todo de masones y "liberales" juaristas.

Pero en el salón de recepciones, Zedillo continuó su texto y habló también de la creencia de los mexicanos en la diversidad regional y en la coincidencia por tener un régimen federal y una práctica federalista, "que con criterios de justicia asigne los recursos públicos para promover un desarrollo equitativo entre los estados que integran la República sin someter su identidad ni mermar su soberanía". En este punto puso de manifiesto sin duda un concepto sobre solidaridad fiscal entre entidades, del que han disentido gobiernos estatales emergidos del PAN.

Se detuvo por último en la justicia, aludió a la división de poderes y su autonomía. Resaltó la creencia de los mexicanos en la democracia e hizo un llamado general a preservar y fortalecer los consensos "que garantizan nuestras libertades esenciales y que indican los deberes y obligaciones del poder público y la representación popular".

Entonces, recordó a Benito Juárez gobernando siempre con apego a una estricta ética política y que "nunca recurrió a la exaltación de las pasiones para justificar sus actos".

Concluido el mensaje y entonado por los presentes el Himno Nacional, cuando el presidente se despedía ya de los ocupantes de las primeras filas se escuchó la voz fuerte de Andrés Sánchez Juárez, "decano" se dijo él, de los descendientes del Benemérito de la Américas y su tataranieto en línea directa. Un poco atropellado para aprovechar la oportunidad, el hombre dijo que buscaba en ese momento agradecer a los presidentes que "se mostraron republicanos y fueron juaristas", y añadió que le pedía a Dios poder estar de nuevo en el mismo recinto, con otros presidentes de la misma condición.

Su preocupación se debía, añadió, porque el sábado escuchó a Vicente Fox en el programa de Héctor Aguilar Camín, Zona Abierta, decir ųde acuerdo con la versión de Sánchez Juárezų que "no era tan importante ceder un poco la soberanía en unos momentos en que se buscara el bien de la patria". Antes de recibir respuesta del presidente Zedillo indicó que "el amor a Juárez y el amor a México como usted lo ha expresado, es el mejor legado que podemos los mexicanos recibir".

El diálogo

En seguida, tuvo este intercambio con el jefe del Ejecutivo.

EZ: Yo le pido una cosa.

ASJ: Sí señor.

EZ: Benito Juárez fue uno de los mexicanos que nos enseñó a nunca actuar con prejuicios. No podemos tener ningún prejuicio respecto al próximo presidente de la República.

ASJ: No lo hay, señor.

EZ: El protestará obedecer nuestra Constitución, heredera de la Constitución que nos dio la generación de la Reforma. Estoy seguro que respetará esa Constitución.

ASJ: Eso esperamos los mexicanos.

EZ: Les pido que no actúen con prejuicio hacia el próximo presidente de la República, y que en principio, todos los mexicanos le brindemos apoyo.

ASJ: Gracias, señor Presidente.