MARTES 18 DE JULIO DE 2000

* Sostiene que encabezará una oposición constructiva


El magnate Berezovsky se lanza contra el régimen de Putin

* Chechenia, caciques y oligarcas, los enemigos del presidente ruso

Juan Pablo Duch, corresponsal, Moscú, 17 de julio * Maestro consumado de la intriga política, el controvertido magnate Boris Berezovsky se negó este lunes a participar "en la destrucción de Rusia y en la imposición de un régimen autoritario", y lanzó un abierto desafío a Vladimir Putin al anunciar que se propone encabezar una "oposición constructiva" al presidente ruso.

Es difícil imaginar a Berezovsky, siempre cercano al Kremlin en los últimos años y que ejerció un papel determinante en la ascensión de Putin, como adalid de la democracia y preocupado por el destino de Rusia.

Detrás de la retórica, aparece más bien un Berezovsky calculador y seguro de que hay terreno fértil para reivindicar su liderazgo, en un momento en que Putin está cada vez más atrapado en una lucha en tres frentes simultáneos: la guerra de Chechenia, el choque frontal con los caciques regionales y el pulso con una parte de los oligarcas por lo que apunta hacia una redistribución de la propiedad.

Berezovsky apuesta a que para Putin va a ser muy difícil triunfar en los tres frentes al mismo tiempo, convencido de que la presión sobre el presidente es cada vez mayor, ya que flaquear en cualquiera de ellos puede revertir todo su proyecto.

El desafío de Berezovsky parece una forma de protesta por haber sido desplazado de las preferencias presidenciales, en la medida dominante que él quisiera, por las cabezas visibles de otros grupos del entorno de Putin, una posición que tácitamente reclama para sí mismo. También una clara señal de que pretende aglutinar a los descontentos para equilibrar las influencias sobre el mandatario ruso.

Es difícil determinar hasta qué punto representa una ruptura de Berezovsky con los demás miembros de la Familia, el privilegiado grupo cuya peculiar manera de hacer negocios al amparo del poder no ha sido acotada todavía por el inquilino del Kremlin. Puede ser que Berezovsky haya percibido una seria amenaza de parte de los aspirantes a ocupar su tradicional sitio, como el banquero Kogan o Deripaska (socio de Roman Abramovich en el negocio del aluminio), y haya decidido aprovechar la coyuntura para anticiparse y dificultar cualquier golpe en su contra.

En ausencia de Putin, que está de gira por China y después irá a Corea del Norte y a la reunión del G-8 en Japón, Berezovsky gana tiempo para recomponer su posición de cara a la reunión que, a fines de mes, sostendrá el presidente con los llamados oligarcas, en un intento de fijar las nuevas reglas del juego.

Las razones públicas que ofreció Berezovsky para distanciarse de Putin, aunque resulten poco creíbles, lo convertirían en mártir en caso de ser perseguido como el magnate de los medios, Vladimir Gusinski.

Berezovsky anunció que el próximo miércoles presentará su renuncia formal como diputado de la Duma por estar categóricamente en contra de la reforma del sistema de poder, promovida por el mandatario ruso, que "es un error estratégico y conduce a la desintegración de Rusia".

Tras calificar a la Duma de "simple filial del Ejecutivo" y acusar a la mayoría de sus miembros de actuar "de modo absolutamente irresponsable", Berezovsky afirmó que "no quiero participar en este espectáculo". Nombró incluso a los "directores" del mismo: Vladislav Surkov, subjefe de la Oficina de la Presidencia y muy ligado al grupo del consorcio Alfa, y su asesor, Gleb Pavlovski.

También mencionó como razón para dejar su escaño que no ha recibido apoyo del Kremlin para arreglar la situación en Karachaevo-Cherkesia, república caucasiana que representa en la Duma. "Los acontecimientos se desarrollan muy rápido y adquieren rasgos preocupantes. Ya no puedo hacerme responsable de lo que ahí pueda suceder", advirtió en alusión a que el conflicto entre los dos grupos étnicos de la república potencialmente puede derivar en una segunda Chechenia.

Por último, invocó una razón de orden moral para dimitir como legislador. "No quiero tener fuero parlamentario y me propongo enfrentar, en igualdad de condiciones, con otros destacados empresarios la campaña del gobierno contra la iniciativa privada", dijo, y advirtió que los llamados oligarcas podrían aunar esfuerzos para defender sus intereses. "Creo que la disposición a hacerlo es mucho mayor hoy que ayer", apuntó.

Berezovsky decidió también agrupar en un sólo holding los medios de comunicación que controla: los diarios Kommersant, Nezavisimaya Gazeta y Noviye Izvestia, el canal de televisiónTV-6, la emisora Nashe Radio y el semanario Ogoniok. Piensa incorporar asimismo el canal de televisión ORT, a pesar de que posee 49 por ciento de las acciones frente a 51 por ciento en manos del Estado.