MARTES 18 DE JULIO DE 2000

 


* Ugo Pipitone *

Nuevas tareas

Después de experiencias dolorosas de estatismo burocrático y de totalitarismo, que hundieron a la izquierda en su actual crisis de identidad, es ineludible imaginar escenarios viables para su recomposición. El dato del cual difícilmente podremos evadirnos es el salto formidable que a nuestra generación le toca cumplir. Veamos algunos ejemplos.

Pasar de la lucha de clases a una cooperación conflictual, construida en el reconocimiento de que hay un camino neoliberal atraído más por el individualismo que por el individuo. Y otro camino solidarista. Como quiera que sea, las sociedades no pueden vivir de promesas de milagros, sino que necesitan acciones cotidianas de civilización.

Pasar de la dictadura del proletariado a la ampliación de la democracia.

Pasar del internacionalismo proletario a la asunción concreta del reto de eliminar la miseria del mundo.

Pero, a bien mirar las cosas, el reto mayor consiste en entender que la actual revolución tecnológica y social amenaza convertirnos en vestales de cultos olvidados. Entender que la globalización es un dato histórico y no un complot de las multinacionales. Mismas que, en el nuevo universo económico desregulado, obtienen ganancias excesivas mientras dejan, en ocasiones, distorsiones estructurales y ecológicas.

En un contexto histórico que acelera los tiempos del mundo, Ƒcuál debería ser el nuevo evangelio de la izquierda? Vencida toda cautela, establezco cinco puntos.

1. La lucha en pro de la regionalización, o sea, la construcción de puentes de comunicación entre países cercanos. Una tarea de cooperación, de encuentro y entrecruzamiento cultural, de descubrimiento de posibles espacios de solidaridad.

2. Un paréntesis mexicano: no será fácil negociar con ese Behemot expansionista que nos tocó de vecino. Y aquí hay dos puntos sensibles. Primero: el trato inhumano que reciben los mexicanos que cruzan la frontera. La libre circulación del trabajo (o sea, de los ciudadanos) es complemento ineludible entre mercados que quieren acercarse. Intolerable que los actuales maestros de toda posible verdad económica, lo olviden. Segundo: hacer entender al "vecino del norte" la necesidad de políticas de solidaridad regional en pro de los más marginados del proceso de integración de América del Norte. Si dos organismos se acercan e interactúan más que antes, es ridículo suponer que una dolencia, localizada en el mapa del nuevo espacio, sea irrelevante para cualquiera de los dos protagonistas de la integración. (Que, en realidad, son tres). Lo que ocurre desde hace años en la Unión Europea, a través de los fondos estructurales y de cohesión, cuyos mayores beneficiarios son España, Grecia, Portugal e Irlanda.

3. El debate permanente sobre los espacios donde la voluntad puede mejorar la calidad de la vida colectiva. Aquí debe pervivir la insatisfacción con el presente. Un terco recordatorio de que lo humano es búsqueda, un ir adelante que a veces es un extraviarse. Con cinismo: nadie nada sin mojarse. Con clasicismo pompeiano: Navigare necesse est.

4. Izquierda como recordatorio de que el capitalismo no es (sobre todo: no debe ser) el fin de la historia. Pero ese capitalismo realmente existente ųque hoy goza de una vitalidad inesperadaų debe ser civilizado mientras la humanidad define otros, mejores, caminos. La clave de nuestro tiempo histórico es: conservar el espíritu de empresa buscando puntos más altos de equilibrio con el espíritu de solidaridad, sin el cual caemos debajo del nivel de la manada de lobos. Que una sociedad sea menos solidaria que los animales no es, o, por lo menos, no debería ser, título de orgullo para nadie.

5. Izquierda como opción en favor de una Atenas mejorada y en contra de una Esparta de patriotismo belicoso y reglamentadora de cada aspecto de la vida.

Una apostilla personal: considero un privilegio escribir en estas páginas, donde lo nuevo es buscado (como en cualquier empresa humana) entre desvaríos. Compartir la idea de la perfectibilidad humana es cemento firme que requiere recordar que la homogeneidad es camino a la muerte de cualquier especie.