LUNES 17 DE JULIO DE 2000

* Interesantes confirmaciones en la última corrida en Pamplona


Observar la normativa, clave para la supervivencia de la fiesta de toros

* Miura, leyenda sin bravura * Política taurina, no politiquería * Digna actuación de El Zotoluco

Lumbrera Chico * Hipotecado por tiempo indefinido a ciencia y paciencia de sus gobernantes, partidos políticos y ciudadanos, México no ha sabido preservar de la falsa globalización ni siquiera a su fiesta brava, inmersa hace años en un deliberado subdesarrollo, gracias a sus falsos promotores.

Esa nefasta política de privilegiar la menguada percepción de las élites, característica de los regímenes-gerencias de sucursales aleladas pero cumplidoras, si no de un destino mejor sí de abonos puntuales a intereses de una impagable deuda externa contraída por unos cuantos y padecida por todos (blindaje mata imaginación), se refleja en el espectáculo de toros en dos vertientes: decadencia y, como efecto inmediato, mayor dependencia, que no internacionalismo.

En la décima y última corrida de la Feria de San Fermín, en Pamplona, trasmitida a México a través de una deficiente producción de Televisión Española Internacional, y no precisamente por los comentarios del experimentado cronista español Fernando Fernández Román, que en el primero de El Zotoluco vio nobleza donde sólo hubo genio (embestida áspera del manso que se defiende), varias otras cosas se pudieron comprobar:

1. Debido a que desde 1992 el reglamento taurino de España se aplica en todo su territorio, sin que para ello sea obstáculo la autonomía de varias comunidades, su fiesta taurina conserva, no obstante, los permanentes intentos de empresas y apoderados por simplificarla, un respeto prioritario por el principal protagonista del espectáculo: el toro con edad, trapío y astas íntegras.

2. Contra lo que muchos espectadores latinoamericanos suponen, el peso mínimo que el reglamento español exige para las reses lidiadas en plazas de primera categoría es de 460 kilos, si bien la falta de figuras de gran arrastre ha hecho que los ganaderos presenten sus corridas por encima de los 500 kilos y más, no sólo por satisfacción propia sino como elemental plus al espectáculo, hoy sin fenómenos ni rivalidades apasionantes.

3. Ello fue corroborado en los recientes sanfermines, sobre todo en el último festejo, en que se lidió una corrida del legendario hierro de Miura, hace muchos años venido a menos pues prevalece en sus astados la mansedumbre con peligro (genio) por encima de la bravura con calidad.

Seriedad con autoridad

4. A pesar de ser la de Pamplona la feria más alharaquienta y bebedora de España ųTexcoco es una primera comuniónų, y donde la tauromaquia local se centra en el viejo arte de correr delante del encierro que es lidiado por la tarde y sólo después en la corrida convencional, no por ello dejan de lidiarse allí reses por encima de la edad y el trapío reglamentarios.

5. Esa seriedad en el ganado por lo general determina la seriedad de las actuaciones de los diestros quienes, independientemente del jolgorio de los pamplonicas en el repleto tendido de la plaza ųcerca de 20 mil localidadesų, no pueden caer en el mismo tono, sino que buscan dar ese plus tauromáquico que capte, así sea momentáneamente, la atención del enfiestado público.

6. No obstante que el tercer espada Juan José Padilla había cortado la oreja de su primer toro y que el público pedía insistentemente la de su segundo, lo que le hubiera representado salir a hombros por la puerta grande, el presidente (juez de plaza) consideró que no la merecía e hizo valer su decisión a cambio de rechiflas e insultos. A su lado, la alcaldesa de Pamplona no se permitió la menor recomendación a su representante en el palco de la autoridad, en contraste con los papelones de algunos jueces en la Plaza México por órdenes del promotor.

7. Siendo ya un torero importante en su país, triunfador en las principales plazas y en la pasada feria de San Isidro en Madrid, El Zotoluco (DF, 32 años de edad y 14 de alternativa) en España recibe trato de torero modesto que debe enfrentar corridas de las llamadas duras ųcon el peor lote tuvo salida al tercio en su primero y silencio en su segundoų, a diferencia de las postraciones acomplejadas que los dependientes empresarios mexicanos adoptan para con cualquier medianía española, no digamos con las figuras.

8. No obstante su incuestionable valor, oficio, afición y probada dignidad torera, El Zotoluco sólo podrá aspirar a ser un diestro con imán de taquilla en la medida en que las empresas de aquí lo hagan alternar con las supuestas primeras figuras de México (Eloy, Gutiérrez y Espinosa) y no únicamente con las de España que, triunfen o no en nuestros cosos, en su país les esperan cien o más corridas por temporada.