LUNES 17 DE JULIO DE 2000

Chihuahua: el PRD inexistente

 

* Samuel Schmidt *

Chihuahua es lugar de vanguardia en muchos sentidos. Muchos priístas reclaman como gran mérito que su partido haya ensayado el inicio de las elecciones primarias con voto universal y secreto, lo que no es despreciable, porque rompió una inercia impositiva en el PRI, que sirvió a ese partido para quitarle la gubernatura al PAN, aunque tal vez llegó tarde para reavivarlo. Parece natural preguntarse, por qué este paso se dio en Chihuahua, y la respuesta posiblemente resida en la larga historia de movimientos populares que hubo en la entidad.

Chihuahua fue cuna de la Revolución mexicana y, aunque los chihuahuenses no pudieron apoderarse de los regímenes posteriores, este movimiento modificó la forma de hacer política en el México del siglo XX.

Varias décadas más adelante, la rebelión también partió del estado más grande de la República. Ciudad Madera, enclavada en la sierra, atestiguó un levantamiento guerrillero, que si bien fracasó --muchos dicen que por traición de algunos intelectuales-- abrió la puerta a un movimiento que sacudió la conciencia nacional y al sistema político en la década de los setenta. La explosión guerrillera posiblemente fue uno de los factores que rompió las grandes resistencias al autoritarismo mexicano, que finalmente fracturaron al sistema de partido hegemónico, que cayó el pasado día 2 de julio. De Chihuahua salieron grandes teóricos de izquierda y movimientos innovadores, como Tierra y Libertad, que aunque posteriormente cayó bajo la dinámica de corrupción que dominó a la política mexicana, generó una innovación en la transgresión de la política urbana.

Paradójicamente, frente a estos antecedentes políticos, quien fue capaz de cosechar las mieles de la victoria fue la derecha. No solamente el PAN convirtió Ciudad Juárez en su plataforma de lanzamiento nacional, sino que a la fecha, la influencia de la izquierda, está tan disminuida, que ni siquiera tiene presencia intelectual. El estado es para todos los própositos prácticos bipartidista y ahí luchan el PAN y el PRI.

En Ciudad Juárez, una de las ciudades industriales más importantes del país, los sindicatos carecen de influencia y capacidad de movilización y el PRD parece un fantasma. Llega a tal grado la desfiguración de la izquierda, que en el pasado aniversario del partido no solamente no se celebró en Juárez, sino que a no ser por un programa de radio dominical, el tema pasó completamente desapercibido. El PRD está enquistado en la universidad, pero fue incapaz siquiera de convertir el tema en una cuestión académica.

Durante estas elecciones, la votación para el PRD se derrumbó, en algunos distritos, casi en 50 por ciento respecto a la elección anterior, en parte porque algunos votaron por el PAN y, en parte, porque la alianza concertada con el PT presentó como candidatos a diputados a personajes que la sociedad juarense hace todo lo posible por olvidar. Uno de los líderes "morales" del partido en Chihuahua optó por escoger como enemigo al gobernador, ya sea con la conciencia o la inocencia de que sus ataques solamente le producían apoyos al PAN y no le acarreaban ninguna simpatía ni apoyos al PRD. Esta miopía política lo llevó a gastar un capital político muy magro, en una lucha que no ha producido ni producirá ninguna ganancia, a menos que ese líder tenga como única agenda, igual que Manuel Camacho, la derrota del PRI.

La campaña presidencial pasó tan desapercibida como el aniversario del partido. Difícilmente se veía propaganda a favor de Cuauhtémoc Cárdenas y, por si fuera poco, el cierre de campaña, que contó con la presencia del gobernador de Zacatecas, Ricardo Monreal, no agrupó a más de un par de miles de personas. Si lo compara usted con los 30 mil que fueron a ver a Fox y los 20 mil que vieron a Juanga --y que los priístas pensaban que era para celebrar la campaña de Labastida--, notará que la capacidad de convocatoria del PRD es prácticamente nula. Lejos están del momento aquel en que con un solo diputado podían determinar el rumbo del congreso local; hoy prácticamente no cuentan. El PRD chihuahuense parece ser un proyecto de familia, porque ni siquiera ha entrado al juego de los cacicazgos históricos y, como bien me decía quejándose Salvador Martínez della Rocca, El Pino, las tribus del PRD siguen dominando al partido; pero en Chihuahua ni siquiera estas tribus se han asentado creando una política de competencia interna.

Por el contrario, lo que parece dominar es la política endogámica: la candidata a gobernadora, una magnífica científica, era prima del presidente del Comité Ejecutivo estatal y muchos todavía hoy piensan que fue seleccionada por su parentesco y no por sus méritos político-científicos. No está de más decir que la campaña no llevó a ningún lado. El PRD chihuahuense está abúlico, adormilado, no parece haber entendido los cambios estatales y nacionales, y parece haber abandonado la plaza a manos de la derecha. ƑSerá ese solamente un problema en Chihuahua? *

 

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