DOMINGO 16 DE JULIO DE 2000

Ť Un grupo obliga a censurar ocho pinturas


Arte de Chiarito, insoportable para las buenas conciencias

Ť La muestra, calificada de pornográfica y aun de satánica

Angel Vargas Ť Ni dos días transcurrieron desde su inauguración cuando El mundo de Robert Chiarito fue víctima de la censura. Ocho de las 22 pinturas que integran la exposición del artista italianoestadunidense en la Casa de la Cultura de Tlalpan penden desde el jueves pasado vueltas hacia la pared.

La presión de un grupo de padres de familia, que calificó de inmoral, pornográfica y hasta satánica a parte de la muestra, fue lo que obligó a la directora del recinto, Magda Hofmann, a tomar tal medida, según declaró ella misma vía telefónica el viernes.

Las reacciones no se han hecho esperar y, en la bitácora de la muestra, más de una veintena de visitantes han manifestado su molestia y desacuerdo por encontrarse con los cuadros como si fueran "santitos incumplidos" de la iglesia de San Juan Chamula, Chiapas:

"Me gusta la obra que se presenta, son temas expresados tal cual se sienten. Lo malo es la existencia y la posibilidad de la censura (con doble subrayado). No estoy de acuerdo con ella. La sugerencia es poner algún aviso en la entrada sobre el contenido de la exposición, para quien quiera entrar lo haga y no nos priven de ver la obra completa", escribe la investigadora universitaria Patricia Hernández.

Por supuesto que hay ópticas y matices allende lo estético, como el de corte político del profesor Tomás Ríos: "...porque deseo vivir en la verdadera tolerancia, las obras se deben exhibir tal como estaban. ƑSe trata de lo que vamos a vivir por seis años con el gobierno de Fox?, señoras y señores. ƑSomos una sociedad moderna? o Ƒvamos a dejar que nos lleven a la época de la Colonia?"

O la de espíritu respetuoso y tolerante de la señora Loreto Fernández: "En lo personal no me parece muy bueno o de mi gusto (el trabajo del pintor), pero jamás pediría la censura. Hay que crecer y pensar".

Inaugurada el martes 11 de julio, la exposición El mundo de Robert Chiarito está distribuida prácticamente en todo el Centro Cultural de Tlalpan. El carácter "humoroso y provocadoramente reflexivo" de su temática -definida por el autor como "la complejidad sicológica del mundo contemporáneo", expresada en "la metamorfosis de la condición humana"-, de inmediato alarmó sobre todo a las madres que tienen inscritos a sus hijos en los talleres que se imparten en el lugar.

El coordinador de dichos cursos, José Antonio Reyes, explicó que fueron varias las exigencias para que se quitara de la mirada de los infantes "los desnudos y las imágenes agresivas" que se encierran en algunas de las pinturas, las cuales, por cierto, no permitió fotografiar.

"šHorrorosa! Satánica. Quítenla", es el comentario que inaugura la mencionada bitácora y de cuya escritura se encargó una madre de familia de nombre ininteligible.

"Respeto el arte y el derecho a expresarse pero este es un lugar donde vienen muchos niños (subrayado) y las mamás tenemos otra expectativa. No es lugar para estos cuadros. šPerdón, pero no!", opinión de Carmen Pasquel, que coincide con la de otra mujer cuyo nombre es Angela:

"La exposición está muy padre, pero aquí entran muchos niños (subrayado). Señora Hofmann, piense en ellos antes de aceptar rentar (subrayado) este recinto porque, šojo, no es sólo suyo! Es de la comunidad".

A excepción de la que está ubicada en la entrada, de las piezas que tienen su vista hacia la pared se explica el porqué de esa posición en una pequeña cartulina: "Esta obra (fue) censurada por las madres de familia asistentes a esta Casa de Cultura Tlalpan. Atentamente".

De las piezas censuradas se puede advertir que su mensaje no dista mucho de las que sí están a la vista. Por ejemplo, entre las primeras está la titulada Loss of joy, la cual muestra un hombre de tórax abierto a la mitad y del cual extrae una de sus tripas para comérsela. Cerca de la boca, ésta adquiere forma fálica. Y entre las segundas, The Martyr destaca porque se puede ver a un hombre que reza al tiempo que su cabeza es partida por un hacha y atravesada por una flecha, lo mismo que su espalda. No falta la sangre, por supuesto.

Sobre la exposición -que cerrará a finales de julio-, escribe Hofmann en la presentación: El arte de Chiarito "refleja propuesta y nos invita a viajar con sus personajes al mismo yo, en su concepción conserva fielmente sus raíces culturales y su propuesta de anhelo en el cambio".