* Enfrentan embates de la empresa desde 1999
Obreros de la maquiladora Duro, en Tamaulipas, en pie de lucha
* Exige su líder sindical total respeto a sus derechos laborales
Fabiola Martínez * La lucha que inició Eliud Almaguer Aldape en febrero del año pasado para hacer respetar el contrato colectivo en la maquiladora Duro ųplanta de capital estadunidense instalada en el municipio Río Bravo, Tamaulipasų se convirtió en un embate de la empresa y de su propio sindicato nacional cetemista en contra de los obreros y obreras que buscaban un cambio.
A las protestas, asambleas internas y paro de labores para exigir mejores condiciones de trabajo correspondieron en principio intentos de soborno para Almaguer; después, amenazas, despidos, un desalojo violento de los obreros inconformes a manos de elementos de diversos cuerpos policiacos de Tamaulipas y, finalmente, la detención del líder sindical y su comité.
Duro es una maquiladora ųpropiedad de Charles Shorų ensambladora de bolsas de papel o polietileno para regalo que se comercializan en prestigiadas tiendas de Estados Unidos y México.
Los obreros de la planta en Río Bravo, quienes maquilan en promedio 3 mil bolsas por turno, reciben como salario 56.69 pesos al día en jornadas de siete de la mañana a cinco de la tarde o de esa hora a las 2:30 de la mañana, más algunas compensaciones semanales o mensuales por "sobreproducción", despensa y asistencia.
Hasta ahora, el titular del contrato colectivo de trabajo es la CTM a través del Sindicato Nacional de la Industria Papelera, Cartonera, Maderera, Celulosa, Materias Primas y Conexos de la República Mexicana que encabeza Eduardo Castillo Morales, a quien se buscó vía telefónica para que expusiera su versión pero no devolvió la llamada de este diario.
El conflicto entre empresa y sindicato local inició cuando Almaguer fue elegido en asamblea como secretario general de los más de 600 trabajadores de Duro y, tras algunas semanas, se atrevió a exigir el cumplimiento de las cláusulas que establece el contrato colectivo.
En entrevista ofreció su testimonio de este caso que ha merecido la solidaridad de diversos sindicatos, abogados, académicos y ciudadanos en general de México y otros países, aunque este último elemento es considerado por empresa y sindicato como "injerencia extranjera".
Cuando llegó el tiempo de revisar el contrato colectivo ųrelata Eliudų "me di cuenta que había muchas violaciones empezando por el trato a la gente, una relación en la que los supervisores no lo pensaban dos veces para apurarnos a punta de insultos: "šTú no sirves para una chingada!, šno das producción!, Ƒqué? Ƒestás pendejo o zonzo?, šgüevón!, si no puedes doblar turno, ša la chingada!
"Tampoco respetaban lo estipulado para los trabajadores eventuales, no daban permiso para asistir a consulta en el Seguro (Social), negaban vacaciones y la comida que nos daban era una porquería o estaba fría o la rondaban las cucarachas.
"Por ahí empecé, pero enseguida el gerente general Conrado Hinojosa me llamó para sugerirme que era necesario que ya no realizara asambleas, que mejor nos dedicáramos a mejorar la producción. Como yo no aceptaba, después ya ni me recibían en las oficinas de la empresa.
"En las últimas veces que platiqué con el gerente de Recursos Humanos, Alejandro de la Rosa, me decía: 'Mira Eliud, la gente (obreros) es mañosa, a ti te engañan para que vengas a protestar, lo que pasa es que si no hay disciplina al rato no van a querer hacer nada'.
"Yo le respondía que me diera elementos para ir a decirles a mis compañeros 'no hay problema, todo está bien', pero Ƒcómo iba a decirles eso cuando todo seguía igual o peor, cuando no podías parar ni un minuto (en la línea de producción) o cuando te iban a tocar la puerta del baño si te tardabas un poco más de lo que se tarda uno para orinar?
"Para calmar la cosa primero me ofrecieron dinero: 'Ahí te va un cheque de 80 mil pesos para que te calmes'. Como no acepté me despidieron y me sacaron con guardaespaldas, por lo que al lunes siguiente mis compañeros pararon labores por tres días.
"Al momento de la revisión contractual, con vencimiento 12 de abril de este año, fuimos a México a la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) con el pliego petitorio de mis compañeros en mano, pero ahí ya estaban no sólo los líderes del sindicato a nivel estatal sino nacional acompañados por sus asesores jurídicos.
"Fue entonces cuando el 11 de abril, en presencia del licenciado Gómez Vives (coordinador de conciliadores de la STPS), Eduardo Castillo me informó que la empresa nada de nuestro pliego iba a responder, y que si yo no aceptaba, pues firmaría él, que al cabo era el titular del contrato. La verdad estaban todos bien enojados y nos decían a mí y a la comisión revisora que éramos unos impertinentes porque no permitíamos la negociación.
"El pliego de nosotros era normal: aumento de 8 por ciento en el bono de despensa, seguro de vida, aumento de 2 a 4 por ciento en el fondo de ahorro, aumento salarial de cuando menos 20 por ciento, instalación de la comisión de higiene y que se dotara de ropa de trabajo en las áreas que así lo necesitaran. ƑLe parece mucho?
"Como no aceptamos y la gente seguía bien presionada en la planta, pues me mandaron decir que ya le parara y que me da-rían 14 mil dólares. El conflicto siguió, nos sacaron de la planta y a otros los corrieron según por faltas injustificadas en los tres días del paro. Luego, para taparle el ojo al macho hacen un acta notariada en la que me reconocen como secretario general, mientras que el gerente De la Rosa dijo que yo no volvería jamás a la planta. ƑEntonces, lo uno o lo otro?
"El 13 de junio sacan de la planta a 250 trabajadores que abiertamente nos apoyaban; una semana después mandan a la policía a golpearnos en una manifestación que teníamos afuera de la fábrica y a algunos nos arrestan por los cargos de privación ilegal de la libertad y pandillerismo, aunque luego nos dejaron libres por falta de pruebas.
"Ahora seguimos en lucha, exigimos el regreso a la planta de todos mis compañeros y que el gobernador Tomás Yarrington intervenga en este caso porque queremos que se respeten nuestros derechos personales y sindicales, eso queremos".