DOMINGO 16 DE JULIO DE 2000

Segregacion de fumadores

Afp, Chicago, 15 de julio * En pleno centro de Chicago, fumadores aglutinados en las veredas se toman una pausa para fumar un cigarrillo fuera de sus lugares de trabajo, una escena ya habitual en las ciudades estadunidenses.

Impedidos de fumar en su lugar de trabajo por las reglamentaciones sobre la calidad del aire, decenas de miles de estadunidenses deben salir de su oficina para disfrutar de un cigarrillo.

Pero el hecho de fumar se ha convertido en un comportamiento tan común para la sociedad estadunidense que muchos fumadores no tienen la impresión de ser puestos en cuarentena.

"Pienso que es algo bueno no poder fumar en el trabajo", dice Tony Marino, de 30 años, y que labora en un banco en Chicago desde hace 15 años.

El Centro de Control de enfermedades de Atlanta (CDC) invirtió, sólo en 1999, 50 millones de dólares en su campaña antitabaco, pero el número de fumadores adultos estadunidenses no se modificó y sigue representando la cuarta parte de la población en Estados Unidos, unas 48 millones de personas.

Entre 1965 y 1990, el número de fumadores disminuyó de forma drástica, pasando de 42.4 por ciento de la población a 24.7 por ciento, según cifras de la CDC.

Pero en los años 90 esta tendencia se detuvo ya que un gran número de adolescentes habían comenzado a fumar. A finales de los 90, cerca de un tercio de los jóvenes de menos de 18 años eran fumadores, indica el citado centro de control.

Según las estimaciones del CDC, unos 3 mil adolescentes de menos de 18 años se unen cada día a las listas de personas dependientes del tabaco.

Sin embargo, en California, uno de los estados de la nación más antitabaco, las autoridades lograron disminuir las tasas de tabaquismo entre los adolescentes.

El porcentaje de jóvenes fumadores bajó a 6.9 por ciento en 1999, contra 10.7 por ciento en 1998, según la oficina del gobernador Gray Davis.

El gobernador atribuyó esta baja principalmente a una mejora en las campañas de advertencia y a las medidas antitabaco en los restaurantes, tiendas y escuelas de California.

El estado prohíbe fumar en los bares, restaurantes, clubes nocturnos y lugares de trabajo.

"Nunca trabajé en un lugar donde esté permitido fumar, así que eso no me molesta", señala Elizabeth Nobriga, una productora de Internet de 31 años.

"Pero cuando debemos salir de un club nocturno o de un bar para fumar un cigarrillo... se siente una segregación", agregó.

Por su parte, Brion Fox, investigador en el Centro de Investigación y de Intervención del tabaco de la Universidad de Wisconsin, atribuye esta disminución del consumo a las iniciativas para educar a la población y sobre todo a las tasas que se cobran al consumidor final de cigarrillos.

El consumo de cigarros provoca la muerte de 400 mil personas cada año en Estados Unidos.